El Almería.es
OPINIÓN
Seguridad, responsabilidad de todos
Francisco / Vargas | Actualizado 04.12.2010 - 01:00
VIGILAR una superficie tan extensa y de difícil acceso como es el campo resulta una necesidad imperiosa y a la vez casi misión imposible. Los agricultores y ganaderos somos conscientes de eso, y así desde Asaja-Almería lo hemos trasladado a los responsables de los Cuerpos de Seguridad y a la propia Subdelegación del Gobierno en las diferentes reuniones que hemos mantenido en los últimos años sobre este asunto. Ahora, según afirmaba estos días el Ministro Rubalcaba, desde el pasado 15 de noviembre la Guardia Civil dispone de planes específicos para luchar contra los robos y asaltos que se producen en el campo, una buena noticia a la que tendremos que dar una nueva oportunidad.
El hurto en el campo no es un fenómeno nuevo y de hecho, son muy pocas las ocasiones en las que las víctimas deciden denunciar los hechos. ¿Por qué? En algunas ocasiones se debe a la urgencia, a la falta de tiempo, a la presencia de amenazas...; la saturación en las comisarías junto a la sensación de impunidad existente son causas directas de que el número de denuncias no se corresponda con la realidad. ¿Un propietario de una finca va a denunciar un mismo hecho 3 y 4 veces en un mes? ¿No es comprensible que finalmente muchos decidan no denunciar? Algunos agricultores me han llegado a comentar incluso que han decidido no poner candados en los almacenes que tienen en las fincas para evitar al menos que le destrocen las puertas, otros han optado por alarmas, cámaras, por contratar seguridad privada (que no está exenta de algún que otro susto), pero nada parece disuadir a los cacos.
El problema de la inseguridad en las zonas rurales tiene su origen en varios aspectos: uno de ellos es la escasez de efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado en las vías de acceso a las explotaciones por las propias características físicas del campo, junto a la falta de medios de los propios, la falta de coordinación entre las Administraciones provoca que no exista un programa de vigilancia conjunto, la transferencia de información mutua o incluso para la propia presentación de denuncias por parte de los afectados, cuestiones éstas que para Asaja mejorarían mucho la calidad del servicio a los ciudadanos y mejorarían la eficacia de las actuaciones que se llevan a cabo diariamente, y por supuesto las deficiencias de interpretación del actual código penal que no castiga con la dureza necesaria a quienes son reincidentes en este tipo de delitos. Desde Asaja ya propusimos en su momento que se dejara que los agricultores y ganaderos pudieran denunciar estos hechos en las oficinas de la organización evitando así el tiempo de espera en las comisarías y agilizando parte del papeleo necesario. Una explotación a la que le quitan el sistema de riego no puede esperar, un agricultor al que le roban el camión tampoco.
Todos estos factores se han unido para dar alas a esa sensación de indefensión presente en el medio rural, y que ha desmotivado a muchos agricultores a la hora de denunciar, y opten por métodos propios para defender su medio de vida. Desde Asaja siempre nos hemos opuesto a estas "patrullas", los agricultores no son profesionales de la seguridad y pueden darse situaciones peligrosas para la propia integridad del agricultor, hechos que hemos comprobado desgraciadamente.
Así que no sólo se requieren más medios y más sanciones a quienes se lucran de los robos de las explotaciones, sino que se requiere una mayor vigilancia en los puntos de venta con sanciones incluidas al que vende y al que compra, para permitir que los agricultores puedan irse por las noches a su casa con cierta tranquilidad.
Esta semana lamentablemente el tema ha vuelto a resurgir, no es la primera vez que se roba producto, la pregunta es ¿dónde van a parar todos esos kilos de producto? ¿Quién los compra? La vigilancia en los puntos de venta debe comenzar de forma inmediata y además se deben conocer las empresas o particulares que venden ese producto robado, sólo así conseguiremos entre todos acabar con esta lacra; los agricultores denunciando e informando a la Guardia Civil de cualquier hecho sospechoso, los cuerpos de seguridad vigilando y estableciendo controles, y los políticos creando leyes que no permitan la impunidad de quienes deciden apropiarse de lo ajeno.
OPINIÓN
Seguridad, responsabilidad de todos
Francisco / Vargas | Actualizado 04.12.2010 - 01:00
VIGILAR una superficie tan extensa y de difícil acceso como es el campo resulta una necesidad imperiosa y a la vez casi misión imposible. Los agricultores y ganaderos somos conscientes de eso, y así desde Asaja-Almería lo hemos trasladado a los responsables de los Cuerpos de Seguridad y a la propia Subdelegación del Gobierno en las diferentes reuniones que hemos mantenido en los últimos años sobre este asunto. Ahora, según afirmaba estos días el Ministro Rubalcaba, desde el pasado 15 de noviembre la Guardia Civil dispone de planes específicos para luchar contra los robos y asaltos que se producen en el campo, una buena noticia a la que tendremos que dar una nueva oportunidad.
El hurto en el campo no es un fenómeno nuevo y de hecho, son muy pocas las ocasiones en las que las víctimas deciden denunciar los hechos. ¿Por qué? En algunas ocasiones se debe a la urgencia, a la falta de tiempo, a la presencia de amenazas...; la saturación en las comisarías junto a la sensación de impunidad existente son causas directas de que el número de denuncias no se corresponda con la realidad. ¿Un propietario de una finca va a denunciar un mismo hecho 3 y 4 veces en un mes? ¿No es comprensible que finalmente muchos decidan no denunciar? Algunos agricultores me han llegado a comentar incluso que han decidido no poner candados en los almacenes que tienen en las fincas para evitar al menos que le destrocen las puertas, otros han optado por alarmas, cámaras, por contratar seguridad privada (que no está exenta de algún que otro susto), pero nada parece disuadir a los cacos.
El problema de la inseguridad en las zonas rurales tiene su origen en varios aspectos: uno de ellos es la escasez de efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado en las vías de acceso a las explotaciones por las propias características físicas del campo, junto a la falta de medios de los propios, la falta de coordinación entre las Administraciones provoca que no exista un programa de vigilancia conjunto, la transferencia de información mutua o incluso para la propia presentación de denuncias por parte de los afectados, cuestiones éstas que para Asaja mejorarían mucho la calidad del servicio a los ciudadanos y mejorarían la eficacia de las actuaciones que se llevan a cabo diariamente, y por supuesto las deficiencias de interpretación del actual código penal que no castiga con la dureza necesaria a quienes son reincidentes en este tipo de delitos. Desde Asaja ya propusimos en su momento que se dejara que los agricultores y ganaderos pudieran denunciar estos hechos en las oficinas de la organización evitando así el tiempo de espera en las comisarías y agilizando parte del papeleo necesario. Una explotación a la que le quitan el sistema de riego no puede esperar, un agricultor al que le roban el camión tampoco.
Todos estos factores se han unido para dar alas a esa sensación de indefensión presente en el medio rural, y que ha desmotivado a muchos agricultores a la hora de denunciar, y opten por métodos propios para defender su medio de vida. Desde Asaja siempre nos hemos opuesto a estas "patrullas", los agricultores no son profesionales de la seguridad y pueden darse situaciones peligrosas para la propia integridad del agricultor, hechos que hemos comprobado desgraciadamente.
Así que no sólo se requieren más medios y más sanciones a quienes se lucran de los robos de las explotaciones, sino que se requiere una mayor vigilancia en los puntos de venta con sanciones incluidas al que vende y al que compra, para permitir que los agricultores puedan irse por las noches a su casa con cierta tranquilidad.
Esta semana lamentablemente el tema ha vuelto a resurgir, no es la primera vez que se roba producto, la pregunta es ¿dónde van a parar todos esos kilos de producto? ¿Quién los compra? La vigilancia en los puntos de venta debe comenzar de forma inmediata y además se deben conocer las empresas o particulares que venden ese producto robado, sólo así conseguiremos entre todos acabar con esta lacra; los agricultores denunciando e informando a la Guardia Civil de cualquier hecho sospechoso, los cuerpos de seguridad vigilando y estableciendo controles, y los políticos creando leyes que no permitan la impunidad de quienes deciden apropiarse de lo ajeno.