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Un testigo revela que los vigilantes del Nivaria ´pactaron´ su declaración
La ATS del centro de menores asegura en el juicio que "Philipp era un niño muy dicharachero", por lo que le "sorprendió" saber que se había quitado la vida
MIGUEL ÁNGEL AUTERO
SANTA CRUZ DE TENERIFE Un exvigilante del centro de menores bajo medidas judiciales Nivaria, en Tenerife, reveló ayer en el juicio por la muerte del joven de 16 años Philipp García Zoch, el 13 de noviembre de 2004, que "escuchó" cómo parte del personal de seguridad "pactó" lo que tenían que declarar ante la Guardia Civil y los juzgados. Este testigo, J. R. A., declaró: "Los vigilantes se dijeron entre sí que eran un equipo y tenían que declarar todos lo mismo".
J. R. A. afirmó que, tras la muerte de Philipp, la empresa de seguridad despidió a casi todos los trabajadores que estuvieron en aquel turno y que a él lo ascendieron a jefe de control. A este respecto, destacó que "antes no se apuntaba nunca en los partes de incidencias las incautaciones de droga, ni sé qué se hacía con las sustancias, pero desde que yo entré en el control, se daba cuenta de todo ello".
En la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, declararon menores que cumplían medidas judiciales en el centro Nivaria, extrabajadores –la directora del centro en aquella fecha, la psicóloga, una ATS, educadores y vigilantes–, guardias civiles, los forenses que practicaron la autopsia a Philipp y sus padres.
La ATS afirmó que Philipp estaba bajo tratamiento psiquiátrico y se le administraba Tranxilium tres veces al día. "Era un chico muy simpático, muy agradable y dicharachero; por eso cuando me informaron de que se había quitado la vida en su celda, me sorprendió mucho porque no mostró nunca signos de que pudiera hacer eso". En este mismo sentido declaró la por entonces directora del centro Nivaria, quien corroboró que "nadie del gabinete consideró que Philipp tuviera un comportamiento indiciario de autólisis".
Otras de las educadoras, la que halló el cadáver de Philipp, aseguró que "el niño era muy nervioso, pero muy bueno. Siempre pensé que no debía estar internado en un centro de medidas judiciales".
El guardia civil que visionó las cintas de vídeo de las cámaras de seguridad e hizo el informe correspondiente, señaló ayer que contabilizó cómo Manuel A. D. A. (también conocido por sus compañeros como Lolo, el gordo) "se ausentó del módulo II, en el que estaba asignado, hasta en siete ocasiones aquella noche", lo que corrobora lo declarado por otros extrabajadores del centro.
"Lolo insultó y amenazó a Philipp varias veces esa noche". Esto lo dijeron tanto vigilantes como educadores que salían de su turno a las 20:30 horas del 12 de noviembre, como los que llegaban para incorporarse al turno de noche.
Seis exvigilantes de Seguridad Integral Canarias y una coordinadora de educadores de la Fundación Ideo, están acusados de un delito contra la integridad moral de las personas. El abogado de la familia de Philipp pide seis años de prisión para Manuel Antonio D. A. y José G. P., y cinco años para Vicente R. R., José M. E. A., Miguel B. S., Francisco L. F. y Nieves C. H. H.
El guardia civil señaló también que a las 06:40 horas, la cámara de vigilancia de la entrada del centro la giraron hacia un chalé con todo el zoom y dejó de captar la puerta de acceso. Además, había un desfase de segundos entre el reloj del sistema de grabación y la cinta que se guardó de aquella noche.
Uno de los menores, interno en 2004, manifestó que "los vigilantes maltrataban en general a los chicos" y algunos de ellos, incluso, facilitaban las llaves de las celdas a algunos menores de "confianza". Añadió que para él "la culpa de todo debe tenerla la empresa que contrató a los vigilantes" –algunos con antecedentes penales– "porque no tenían formación ni sabían tratar con los chicos".
"Mi hijo sufría en silencio"
Manuel García y Petra Zoch, los padres de Philipp relataron ayer cómo era su hijo. Padecía hiperactividad y a los nueve años estuvo en manos de un psiquiatra infantil. Tenía problemas de adaptación a la dinámica escolar y lo marginaban. Los padres pidieron auxilio a la Dirección General del Menor. "Lo enviaron a un centro de La Rioja de drogodependientes sin saber por qué. Luego, a uno de Málaga, del que se fugó". Ya en Tenerife, los técnicos de la Dirección General dijeron que "no podían hacer nada más por Philipp, salvo denunciarle y que renunciaran a la tutela". Siguieron el consejo de los técnicos "pero como no había ni hay un centro para niños con estos problemas, a Philipp lo internaron en Tabares y Nivaria". Manuel García lamentó que su hijo no fuera un "chivato", como le acusaron menores y vigilantes ya que "de haberlo sido, si no se hubiera callado por qué tenía moratones cada vez que lo íbamos a ver, hoy estaría vivo".
http://www.laopinion.es/sociedad/2012/09/26/testigo-revela-vigilantes-nivaria-pactaron-declaracion/436767.html
La ATS del centro de menores asegura en el juicio que "Philipp era un niño muy dicharachero", por lo que le "sorprendió" saber que se había quitado la vida
MIGUEL ÁNGEL AUTERO
SANTA CRUZ DE TENERIFE Un exvigilante del centro de menores bajo medidas judiciales Nivaria, en Tenerife, reveló ayer en el juicio por la muerte del joven de 16 años Philipp García Zoch, el 13 de noviembre de 2004, que "escuchó" cómo parte del personal de seguridad "pactó" lo que tenían que declarar ante la Guardia Civil y los juzgados. Este testigo, J. R. A., declaró: "Los vigilantes se dijeron entre sí que eran un equipo y tenían que declarar todos lo mismo".
J. R. A. afirmó que, tras la muerte de Philipp, la empresa de seguridad despidió a casi todos los trabajadores que estuvieron en aquel turno y que a él lo ascendieron a jefe de control. A este respecto, destacó que "antes no se apuntaba nunca en los partes de incidencias las incautaciones de droga, ni sé qué se hacía con las sustancias, pero desde que yo entré en el control, se daba cuenta de todo ello".
En la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, declararon menores que cumplían medidas judiciales en el centro Nivaria, extrabajadores –la directora del centro en aquella fecha, la psicóloga, una ATS, educadores y vigilantes–, guardias civiles, los forenses que practicaron la autopsia a Philipp y sus padres.
La ATS afirmó que Philipp estaba bajo tratamiento psiquiátrico y se le administraba Tranxilium tres veces al día. "Era un chico muy simpático, muy agradable y dicharachero; por eso cuando me informaron de que se había quitado la vida en su celda, me sorprendió mucho porque no mostró nunca signos de que pudiera hacer eso". En este mismo sentido declaró la por entonces directora del centro Nivaria, quien corroboró que "nadie del gabinete consideró que Philipp tuviera un comportamiento indiciario de autólisis".
Otras de las educadoras, la que halló el cadáver de Philipp, aseguró que "el niño era muy nervioso, pero muy bueno. Siempre pensé que no debía estar internado en un centro de medidas judiciales".
El guardia civil que visionó las cintas de vídeo de las cámaras de seguridad e hizo el informe correspondiente, señaló ayer que contabilizó cómo Manuel A. D. A. (también conocido por sus compañeros como Lolo, el gordo) "se ausentó del módulo II, en el que estaba asignado, hasta en siete ocasiones aquella noche", lo que corrobora lo declarado por otros extrabajadores del centro.
"Lolo insultó y amenazó a Philipp varias veces esa noche". Esto lo dijeron tanto vigilantes como educadores que salían de su turno a las 20:30 horas del 12 de noviembre, como los que llegaban para incorporarse al turno de noche.
Seis exvigilantes de Seguridad Integral Canarias y una coordinadora de educadores de la Fundación Ideo, están acusados de un delito contra la integridad moral de las personas. El abogado de la familia de Philipp pide seis años de prisión para Manuel Antonio D. A. y José G. P., y cinco años para Vicente R. R., José M. E. A., Miguel B. S., Francisco L. F. y Nieves C. H. H.
El guardia civil señaló también que a las 06:40 horas, la cámara de vigilancia de la entrada del centro la giraron hacia un chalé con todo el zoom y dejó de captar la puerta de acceso. Además, había un desfase de segundos entre el reloj del sistema de grabación y la cinta que se guardó de aquella noche.
Uno de los menores, interno en 2004, manifestó que "los vigilantes maltrataban en general a los chicos" y algunos de ellos, incluso, facilitaban las llaves de las celdas a algunos menores de "confianza". Añadió que para él "la culpa de todo debe tenerla la empresa que contrató a los vigilantes" –algunos con antecedentes penales– "porque no tenían formación ni sabían tratar con los chicos".
"Mi hijo sufría en silencio"
Manuel García y Petra Zoch, los padres de Philipp relataron ayer cómo era su hijo. Padecía hiperactividad y a los nueve años estuvo en manos de un psiquiatra infantil. Tenía problemas de adaptación a la dinámica escolar y lo marginaban. Los padres pidieron auxilio a la Dirección General del Menor. "Lo enviaron a un centro de La Rioja de drogodependientes sin saber por qué. Luego, a uno de Málaga, del que se fugó". Ya en Tenerife, los técnicos de la Dirección General dijeron que "no podían hacer nada más por Philipp, salvo denunciarle y que renunciaran a la tutela". Siguieron el consejo de los técnicos "pero como no había ni hay un centro para niños con estos problemas, a Philipp lo internaron en Tabares y Nivaria". Manuel García lamentó que su hijo no fuera un "chivato", como le acusaron menores y vigilantes ya que "de haberlo sido, si no se hubiera callado por qué tenía moratones cada vez que lo íbamos a ver, hoy estaría vivo".
http://www.laopinion.es/sociedad/2012/09/26/testigo-revela-vigilantes-nivaria-pactaron-declaracion/436767.html
