Inaugurado en 1972
Los 40 años castizos del Templo de Debod
Ni sus vigilantes sabían que este año cumple cuatro décadas
Es uno de los monumentos más visitados en la ciudad de Madrid
Alfredo Merino | Madrid
Actualizado sábado 21/07/2012 20:25 horas
"La verdad es que no tenía ni idea". Virginia, una de las vigilantes del Templo de Debod, aseguraba desconocer que tal día como el viernes hace 40 años, se inauguró uno de los monumentos más interesantes y visitados de Madrid.
Ni ella ni ningún miembro del equipo de vigilantes, de una empresa privada de seguridad contratada por el Ayuntamiento de Madrid, lo sabía. "Tampoco creo que se vaya a celebrar nada aquí, pues nadie nos ha prevenido", concluye mientras marcha a llamar la atención a una señora que se ha apoyado en un dintel de la capilla de Adijalami.
Luego le dice a un turista inglés que se ponga la mochila en el pecho en vez de la espalda, para no rozar las paredes, y llama la atención a un chaval que está demasiado cerca de la hornacina de la capilla de la naos. "No se puede tocar, piensa que aquí estaba la imagen del dios de los egipcios". Y el chico asiente mientras retrocede detrás de su padre, que se ha quedado con las ganas de hacerle allí una foto.
Son las 12 de la mañana y, aseguran los vigilantes, ya han entrado unas 100 personas. "Esto es lo normal", dicen, aclarando que más de la mitad son extranjeros.
Es el caso de Pancho, mexicano de pro que cuando llegó a Madrid hace dos días no sabía nada del Templo de Debod y que no tenía programado venir a verlo. "Hemos venido porque nos lo dijo un empleado del hotel que le gusta mucho lo de Egipto. Y hemos acertado, ha merecido la pena", cuenta. Al lado, su mujer corrobora: "Es sensacional, poder viajar al Antiguo Egipto sin salir de Madrid".
El más vistado
Debod es el séptimo monumento madrileño más visitado. Según datos del Ayuntamiento de Madrid, responsable del templo, durante 2011 fue visitado por 228.898 visitantes. Esto produce un aumento de la humedad relativa del aire de su interior que perjudica la piedra.
Llega un grupo de niños. Virginia y sus compañeros resoplan y toman posiciones. Entre el "¡Niños no se toca nada!" y el "¡Atended todos aquí un momento!", a Encarni, una de las cuidadoras, le da tiempo a contar que es una actividad de un campamento de verano que estaba hace tiempo programada y que tampoco sabían en el colegio San Saturio, de donde vienen, nada de la efeméride, pero se muestra encantada de contársela a gritos a sus chicos.
La presión de tan alto número de visitantes es visible en el Templo de Debod. A pesar de los inagotables esfuerzos de Virginia y compañeros por tener a raya a la concurrencia, las exiguas dimensiones del monumento hace casi imposible que alguien no roce un muro, no se apoye en alguna de las piezas únicas al alcance de la mano.
Esto produce un aumento de la humedad relativa del aire de su interior que perjudica la piedra y que ha hecho cerrar a las visitas a monumentos relativamente parecidos a este templo como las cuevas de Altamira y Laschaux.
La acumulación de personas y lo angosto de sus pasajes obliga a continuos roces de paredes y piezas, que muestran importantes desgastes y la inconfundible patina oscura de aquellas partes de la piedra que son repetidamente tocadas por dedos y manos.
Acciones vandálicas injustificables
No es el peor mal que sufre el Templo de Debod y muchos expertos se contentarían con él, si pudieran evitarse el resto. Más grave e irreversible son las sucesivas acciones vandálicas injustificables que han plagado los muros del exterior de grabados en la piedra irreversibles.
La situación del templo, en el exterior y sometido a unas condiciones ambientales muy agresivas, es otro factor que ha convertido a Debod en un enfermo crónico. Y la presión de un intenso tráfico rodado también es un problema importante.
Se acerca el reloj a la una del mediodía y hace un calor africano. Los pájaros buscan refugio bajo la mínima sombra del muro. La temperatura se acerca a los 40º y cruzar la explanada es un asunto de valientes. El sol cae a plomo y el Templo de Debod luce con todo esplendor el brillo de sus rubias piedras calizas. Se le ve a gusto. Otra cosa será dentro de seis meses. Cuando el termómetro se coloque bajo cero y acaso nieve
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/07/21/madrid/1342894579.html
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/t16775-los-40-anos-castizos-del-templo-de-debod
Los 40 años castizos del Templo de Debod
Ni sus vigilantes sabían que este año cumple cuatro décadas
Es uno de los monumentos más visitados en la ciudad de Madrid
Alfredo Merino | Madrid
Actualizado sábado 21/07/2012 20:25 horas
"La verdad es que no tenía ni idea". Virginia, una de las vigilantes del Templo de Debod, aseguraba desconocer que tal día como el viernes hace 40 años, se inauguró uno de los monumentos más interesantes y visitados de Madrid.
Ni ella ni ningún miembro del equipo de vigilantes, de una empresa privada de seguridad contratada por el Ayuntamiento de Madrid, lo sabía. "Tampoco creo que se vaya a celebrar nada aquí, pues nadie nos ha prevenido", concluye mientras marcha a llamar la atención a una señora que se ha apoyado en un dintel de la capilla de Adijalami.
Luego le dice a un turista inglés que se ponga la mochila en el pecho en vez de la espalda, para no rozar las paredes, y llama la atención a un chaval que está demasiado cerca de la hornacina de la capilla de la naos. "No se puede tocar, piensa que aquí estaba la imagen del dios de los egipcios". Y el chico asiente mientras retrocede detrás de su padre, que se ha quedado con las ganas de hacerle allí una foto.
Son las 12 de la mañana y, aseguran los vigilantes, ya han entrado unas 100 personas. "Esto es lo normal", dicen, aclarando que más de la mitad son extranjeros.
Es el caso de Pancho, mexicano de pro que cuando llegó a Madrid hace dos días no sabía nada del Templo de Debod y que no tenía programado venir a verlo. "Hemos venido porque nos lo dijo un empleado del hotel que le gusta mucho lo de Egipto. Y hemos acertado, ha merecido la pena", cuenta. Al lado, su mujer corrobora: "Es sensacional, poder viajar al Antiguo Egipto sin salir de Madrid".
El más vistado
Debod es el séptimo monumento madrileño más visitado. Según datos del Ayuntamiento de Madrid, responsable del templo, durante 2011 fue visitado por 228.898 visitantes. Esto produce un aumento de la humedad relativa del aire de su interior que perjudica la piedra.
Llega un grupo de niños. Virginia y sus compañeros resoplan y toman posiciones. Entre el "¡Niños no se toca nada!" y el "¡Atended todos aquí un momento!", a Encarni, una de las cuidadoras, le da tiempo a contar que es una actividad de un campamento de verano que estaba hace tiempo programada y que tampoco sabían en el colegio San Saturio, de donde vienen, nada de la efeméride, pero se muestra encantada de contársela a gritos a sus chicos.
La presión de tan alto número de visitantes es visible en el Templo de Debod. A pesar de los inagotables esfuerzos de Virginia y compañeros por tener a raya a la concurrencia, las exiguas dimensiones del monumento hace casi imposible que alguien no roce un muro, no se apoye en alguna de las piezas únicas al alcance de la mano.
Esto produce un aumento de la humedad relativa del aire de su interior que perjudica la piedra y que ha hecho cerrar a las visitas a monumentos relativamente parecidos a este templo como las cuevas de Altamira y Laschaux.
La acumulación de personas y lo angosto de sus pasajes obliga a continuos roces de paredes y piezas, que muestran importantes desgastes y la inconfundible patina oscura de aquellas partes de la piedra que son repetidamente tocadas por dedos y manos.
Acciones vandálicas injustificables
No es el peor mal que sufre el Templo de Debod y muchos expertos se contentarían con él, si pudieran evitarse el resto. Más grave e irreversible son las sucesivas acciones vandálicas injustificables que han plagado los muros del exterior de grabados en la piedra irreversibles.
La situación del templo, en el exterior y sometido a unas condiciones ambientales muy agresivas, es otro factor que ha convertido a Debod en un enfermo crónico. Y la presión de un intenso tráfico rodado también es un problema importante.
Se acerca el reloj a la una del mediodía y hace un calor africano. Los pájaros buscan refugio bajo la mínima sombra del muro. La temperatura se acerca a los 40º y cruzar la explanada es un asunto de valientes. El sol cae a plomo y el Templo de Debod luce con todo esplendor el brillo de sus rubias piedras calizas. Se le ve a gusto. Otra cosa será dentro de seis meses. Cuando el termómetro se coloque bajo cero y acaso nieve
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/07/21/madrid/1342894579.html
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/t16775-los-40-anos-castizos-del-templo-de-debod