A pedradas y escupitajos contra los vigilantes del Templo de Debod
Grupos de jóvenes borrachos intentan colarse en el monumento egipcio los fines de semana y se enfrentan a los guardias de seguridad violentamente
El viernes 5 de abril, a las 21.30 horas, el alcohol ya hacía de las suyas entre un grupo de jóvenes que se había congregado a hacer botellón en el Templo de Debod.
«Vinieron siete u ocho chavales y uno de ellos se intentó meter en el recinto del monumento, saltándose la valla», nos explica uno de los vigilantes de seguridad del Templo. Allí estaba también un compañero, que, junto a él, fueron víctimas del lanzamiento de botellas, piedras y hasta bolas de barro.
Empezaron a «pastorear» a los guardas: unos les agredían desde un punto, otros desde un lado diferente... Para marearlos y tenerlos a su merced. Entonces, uno de los vigilantes tomó su móvil e hizo como que llamaba a la Policía, y así se quitaron de encima a los gamberros.
Pero este viernes último, los vándalos regresaron. «Eran más, unos 15 -afirma el vigilante-. Han venido a buscarme a mí, pero como yo aún no había llegado, la han emprendido a escupitajos con mi compañero. También nos insultan». Aseguran que no son hechos aislados, sino el pan de cada fin de semana, debido al botellón.
Farolas destrozadas
A unos metros de allí, unos operarios municipales trabajan en una de las farolas del parque con una grúa, mientras a medio metro de ellos, en un banco, unos chavales hacen botellón.
Los trabajadores narran que los jóvenes lanzan piedras o botellas para romper las farolas y así quedarse a oscuras. «Se deben de sentir más protegidos sin luz», dicen. Este tipo de gamberrismo tampoco es una anécdota. «Esa farola de ahí -señalan a otro punto de los jardines- hay que cambiarla entera».
carlos hidalgo@carloshidalgo_ / madrid Día 14/04/2013 - 00.15h
Grupos de jóvenes borrachos intentan colarse en el monumento egipcio los fines de semana y se enfrentan a los guardias de seguridad violentamente
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Atardecer en el Templo de Debod
Atardecer en el Templo de Debod
El viernes 5 de abril, a las 21.30 horas, el alcohol ya hacía de las suyas entre un grupo de jóvenes que se había congregado a hacer botellón en el Templo de Debod.
«Vinieron siete u ocho chavales y uno de ellos se intentó meter en el recinto del monumento, saltándose la valla», nos explica uno de los vigilantes de seguridad del Templo. Allí estaba también un compañero, que, junto a él, fueron víctimas del lanzamiento de botellas, piedras y hasta bolas de barro.
Empezaron a «pastorear» a los guardas: unos les agredían desde un punto, otros desde un lado diferente... Para marearlos y tenerlos a su merced. Entonces, uno de los vigilantes tomó su móvil e hizo como que llamaba a la Policía, y así se quitaron de encima a los gamberros.
Pero este viernes último, los vándalos regresaron. «Eran más, unos 15 -afirma el vigilante-. Han venido a buscarme a mí, pero como yo aún no había llegado, la han emprendido a escupitajos con mi compañero. También nos insultan». Aseguran que no son hechos aislados, sino el pan de cada fin de semana, debido al botellón.
Farolas destrozadas
A unos metros de allí, unos operarios municipales trabajan en una de las farolas del parque con una grúa, mientras a medio metro de ellos, en un banco, unos chavales hacen botellón.
Los trabajadores narran que los jóvenes lanzan piedras o botellas para romper las farolas y así quedarse a oscuras. «Se deben de sentir más protegidos sin luz», dicen. Este tipo de gamberrismo tampoco es una anécdota. «Esa farola de ahí -señalan a otro punto de los jardines- hay que cambiarla entera».
carlos hidalgo@carloshidalgo_ / madrid Día 14/04/2013 - 00.15h