Pistola, hacha y machete para «vengar» su despido
El ex empleado de un burguer de Coslada encañona a compañeros, clientes y policías. Estaba de baja psicológica
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http://www.larazon.es/noticia/203-pistola-hacha-y-machete-para-vengar-su-despido
Fueron muchos los clientes que se acercaron por la tarde al local y se lo encontraron cerrado. Nadie les explicó lo que había pasado - Foto: David G. Folgueiras
4 Abril 12 - - L. L. Álvarez
MADRID- Adrián llevaba tiempo en tratamiento médico
Adrián llevaba tiempo en tratamiento médico por problemas mentales y ayer no asimiló verse, de repente, en el paro. Fue a llevar el parte de baja al Burguer King en el que trabajaba –en la avenida San Pablo, 48, de Coslada– pero se encontró con la carta de despido, según fuentes cercanas al caso. Se fue del local pero regresó sobre las 15:30 horas de la tarde. Entró al restaurante y se sentó en una de las mesas. Los compañeros que le vieron notaron que su actitud no era muy normal pero no le dieron mayor importancia y lo achacaron a su impotencia ante el despido. Pero lo que no sabían era que Adrián había vuelto para vengarse. Allí permaneció sentado unos minutos, esperando a sentir el coraje necesario para arrancarse a lo que pensaba hacer o, quizás, pensando cómo llevarlo a cabo y, cuando se vio con la valentía suficiente, se levantó y se dirigió al mostrador principal. Sin mediar palabra sacó una pistola y apuntó a sus ex compañeros y a los clientes que en ese momento se encontraban disfrutando de su hamburguesa en el establecimiento. Algunos empleados salieron del restaurante y avisaron a los empelados de la empresa de enfrente, Panorama –dedicada a las artes gráficas– para que llamaran a la Policía. Mientras, Adrián seguía en el interior sembrando el pánico. En un momento dado, cogió a uno de sus ex compañeros, a quien apuntó con el arma en al cabeza y lo tomó como rehén. Salió con él fuera del local, por la parte trasera que da a la zona donde se hacen los pedidos desde el coche. Pero enseguida llegó la Policía. Dos coches patrulla de la Policía Nacional de Coslada y uno de la Municipal. Tras sembrar el pánico entre los trabajadores –y los clientes, que consiguieron salir corriendo en cuanto el perturbado salió fuera– Adrián vio que no había marcha atrás y se negaba a cejar en su actitud, pese a las advertencias de los agentes. Amenazó con matar a su compañero pero éste consiguió zafarse. Al verse acorralado por los agentes, el hombre sacó lo que él creía, era su «as bajo la manga», o mejor dicho, un machete y un hacha que llevaba escondidos en la cintura. La Policía efectuó disparos al aire para que el hombre desistiese. Adrián, ya solo, siguió andando por el recinto y llorando. Los agentes le siguieron apúntandole con el arma hasta que en un momento de abatimiento del individiuo procedieron a su detención. Pero no terminó ahí la actuación de los agentes.
Paquete «bomba»
En el interior del local, Adrián I., de nacionalidad española y sin antecedentes policiales, había dejado un supuesto «paquete bomba». La hamburguesería fue acordonada y se activó el habitual protocolo. Los técnicos de desactivación de explosivos (Tedax) analizaron el presunto artefacto explosivo. Finalmente, se trató de un paquete con altavoces que simulaban ser un paquete bomba. Su supuesta pistola también era un arma de fogueo. A las ocho de la tarde, ya sin cordón policial, el servicio de limpieza terminaba sus labores para abrir hoy.
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El ex empleado de un burguer de Coslada encañona a compañeros, clientes y policías. Estaba de baja psicológica
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Fueron muchos los clientes que se acercaron por la tarde al local y se lo encontraron cerrado. Nadie les explicó lo que había pasado - Foto: David G. Folgueiras
4 Abril 12 - - L. L. Álvarez
MADRID- Adrián llevaba tiempo en tratamiento médico
Adrián llevaba tiempo en tratamiento médico por problemas mentales y ayer no asimiló verse, de repente, en el paro. Fue a llevar el parte de baja al Burguer King en el que trabajaba –en la avenida San Pablo, 48, de Coslada– pero se encontró con la carta de despido, según fuentes cercanas al caso. Se fue del local pero regresó sobre las 15:30 horas de la tarde. Entró al restaurante y se sentó en una de las mesas. Los compañeros que le vieron notaron que su actitud no era muy normal pero no le dieron mayor importancia y lo achacaron a su impotencia ante el despido. Pero lo que no sabían era que Adrián había vuelto para vengarse. Allí permaneció sentado unos minutos, esperando a sentir el coraje necesario para arrancarse a lo que pensaba hacer o, quizás, pensando cómo llevarlo a cabo y, cuando se vio con la valentía suficiente, se levantó y se dirigió al mostrador principal. Sin mediar palabra sacó una pistola y apuntó a sus ex compañeros y a los clientes que en ese momento se encontraban disfrutando de su hamburguesa en el establecimiento. Algunos empleados salieron del restaurante y avisaron a los empelados de la empresa de enfrente, Panorama –dedicada a las artes gráficas– para que llamaran a la Policía. Mientras, Adrián seguía en el interior sembrando el pánico. En un momento dado, cogió a uno de sus ex compañeros, a quien apuntó con el arma en al cabeza y lo tomó como rehén. Salió con él fuera del local, por la parte trasera que da a la zona donde se hacen los pedidos desde el coche. Pero enseguida llegó la Policía. Dos coches patrulla de la Policía Nacional de Coslada y uno de la Municipal. Tras sembrar el pánico entre los trabajadores –y los clientes, que consiguieron salir corriendo en cuanto el perturbado salió fuera– Adrián vio que no había marcha atrás y se negaba a cejar en su actitud, pese a las advertencias de los agentes. Amenazó con matar a su compañero pero éste consiguió zafarse. Al verse acorralado por los agentes, el hombre sacó lo que él creía, era su «as bajo la manga», o mejor dicho, un machete y un hacha que llevaba escondidos en la cintura. La Policía efectuó disparos al aire para que el hombre desistiese. Adrián, ya solo, siguió andando por el recinto y llorando. Los agentes le siguieron apúntandole con el arma hasta que en un momento de abatimiento del individiuo procedieron a su detención. Pero no terminó ahí la actuación de los agentes.
Paquete «bomba»
En el interior del local, Adrián I., de nacionalidad española y sin antecedentes policiales, había dejado un supuesto «paquete bomba». La hamburguesería fue acordonada y se activó el habitual protocolo. Los técnicos de desactivación de explosivos (Tedax) analizaron el presunto artefacto explosivo. Finalmente, se trató de un paquete con altavoces que simulaban ser un paquete bomba. Su supuesta pistola también era un arma de fogueo. A las ocho de la tarde, ya sin cordón policial, el servicio de limpieza terminaba sus labores para abrir hoy.
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