«Guardia Civil, ¡manos arriba!»
Los agentes exhiben cómo montan un control de tráfico, evacúan un edificio o retienen a un fugado
La Unidad de Seguridad Ciudadana organiza una demostración de su trabajo
22.06.11 - 02:42 - SUSANA NEIRA | OVIEDO.
«Buenos días. Control de la Guardia Civil». Con este saludo de rigor paraba un agente de la Benemérita sobre las once de la mañana de ayer a algunos conductores en sentido de la A-66, a la altura de Grado. Hacía apenas cinco minutos que los agentes habían llegado. Por delante, unos metros con una perfecta señalización, varias patrullas, dos perros antidrogas perfectamente adiestrados, Rikky y Alu, e incluso, por si alguien opone resistencia, metralletas y pinchos para las ruedas. En el aire, un helicóptero de La Morgal sobrevolaba la zona. «Nos facilita información del tráfico y nos avisa si alguien se ponen nervioso y da marcha atrás», explica para justificar su presencia uno de los doce efectivos desplazados.
Evacuación. Los agentes realizan un coraza a la entrada de un edificio para permitir la salida de una autoridad sin que corra peligro. Se comunican por gestos ante el posible ruido exterior.
El factor sorpresa es esencial para los controles en carretera. También la rapidez de los agentes en montar el dispositivo y la seguridad, según remarca el alférez de la Compañía de Plana Mayor, Carlos Fernández. Es tal la planificación que en dos minutos montan y en otros dos desmontan el despliegue.
Los agentes instalaron ayer un dispositivo de control preventivo en la A-66 con agentes, perros adiestrados y un helicóptero sobrevolando la zona. :: ALEX PIÑA
La Unidad de Seguridad Ciudadana de Rubín ofreció ayer una jornada de trabajo guiada, acercando a los medios de comunicación cómo se entrenan los agentes, su planificación, cómo se monta un dispositivo preventivo en autopista, las actuaciones en caso de un delincuente dado a la fuga y que opone resistencia, la evacuación de una autoridad de un edificio por riesgo de daños personales, la entrada a un domicilio, o el trabajo de la unidad Tebyl, responsable de localizar y señalizar objetos sospechosos.
Registro de vivienda. Los efectivos, armados y equipados para evitar riesgos, tiran la puerta abajo y entran con una perfecta planificación en cada habitación para evitar la fuga o la ocultación de pruebas.
«Es una unidad multifuncional. Un 60-70% del trabajo es operativo y el resto, formación», dice el alférez sobre el día a día de los 36 compañeros que forman parte de un grupo que, según remarca, «es un lujo para Asturias» por su preparación y su trabajo en equipo. Otra de sus cualidades es el temple. «De tu madre y tu abuela se acuerdan bastante», bromea Fernández.
Unidad Tebyl. Dos técnicos muestran un traje para evitar riesgos de contaminación, como los ocurridos en la central de Fukushima. Este grupo se encarga de buscar y localizar explosivos y sustancias nocivas.
Durante la media hora que duró ayer el control de carretera, ninguna de las intervenciones detectó alguna irregularidad, aunque entre el 10 y el 20% suelen hacerlo. Logran identificar desde extranjeros en situación irregular, objetos peligrosos, sustancias estupefacientes, ciudadanos con citaciones judiciales pendientes, o incluso, conductores sin permiso. Hace poco, por ejemplo, lograron detener a una banda del Este cargada de objetos robados en Galicia.
Un agente reduce a un posible sospechoso en un simulacro. :: PIÑA
Coraza de protección
La mañana de exhibiciones continuó ayer en el Rubín. Otro de los simulacros más espectaculares fue la evacuación de una autoridad de un edificio. Los vehículos aparcan de forma paralela, sale un agente para dar indicaciones por gestos ante el posible ruido de las concentraciones, y los efectivos crean a la entrada una coraza para proteger su salida y meterlo en el coche.
Con un «Guardia Civil, manos arriba!» también evitan, en otro simulacro, la fuga de un posible sospechoso. En un segundo, un agente, en este caso el instructor Jacobo Argüelles, le saca del coche y le coloca las esposas. «No es que un etarra, por ejemplo, se entregue a la Guardia Civil, es que no les queda otro remedio», dice un compañero para ejemplificar situaciones similares, donde el agente tiene una preparación física muy específica.
En general, matizan, se busca que todas intervenciones «sean lo menos lesivas posibles», pero en ocasiones, «el problema es que a veces es necesario utilizar la fuerza».
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/t12783-guardia-civil-manos-arriba
Los agentes exhiben cómo montan un control de tráfico, evacúan un edificio o retienen a un fugado
La Unidad de Seguridad Ciudadana organiza una demostración de su trabajo
22.06.11 - 02:42 - SUSANA NEIRA | OVIEDO.
«Buenos días. Control de la Guardia Civil». Con este saludo de rigor paraba un agente de la Benemérita sobre las once de la mañana de ayer a algunos conductores en sentido de la A-66, a la altura de Grado. Hacía apenas cinco minutos que los agentes habían llegado. Por delante, unos metros con una perfecta señalización, varias patrullas, dos perros antidrogas perfectamente adiestrados, Rikky y Alu, e incluso, por si alguien opone resistencia, metralletas y pinchos para las ruedas. En el aire, un helicóptero de La Morgal sobrevolaba la zona. «Nos facilita información del tráfico y nos avisa si alguien se ponen nervioso y da marcha atrás», explica para justificar su presencia uno de los doce efectivos desplazados.
Evacuación. Los agentes realizan un coraza a la entrada de un edificio para permitir la salida de una autoridad sin que corra peligro. Se comunican por gestos ante el posible ruido exterior.
El factor sorpresa es esencial para los controles en carretera. También la rapidez de los agentes en montar el dispositivo y la seguridad, según remarca el alférez de la Compañía de Plana Mayor, Carlos Fernández. Es tal la planificación que en dos minutos montan y en otros dos desmontan el despliegue.
Los agentes instalaron ayer un dispositivo de control preventivo en la A-66 con agentes, perros adiestrados y un helicóptero sobrevolando la zona. :: ALEX PIÑA
La Unidad de Seguridad Ciudadana de Rubín ofreció ayer una jornada de trabajo guiada, acercando a los medios de comunicación cómo se entrenan los agentes, su planificación, cómo se monta un dispositivo preventivo en autopista, las actuaciones en caso de un delincuente dado a la fuga y que opone resistencia, la evacuación de una autoridad de un edificio por riesgo de daños personales, la entrada a un domicilio, o el trabajo de la unidad Tebyl, responsable de localizar y señalizar objetos sospechosos.
Registro de vivienda. Los efectivos, armados y equipados para evitar riesgos, tiran la puerta abajo y entran con una perfecta planificación en cada habitación para evitar la fuga o la ocultación de pruebas.
«Es una unidad multifuncional. Un 60-70% del trabajo es operativo y el resto, formación», dice el alférez sobre el día a día de los 36 compañeros que forman parte de un grupo que, según remarca, «es un lujo para Asturias» por su preparación y su trabajo en equipo. Otra de sus cualidades es el temple. «De tu madre y tu abuela se acuerdan bastante», bromea Fernández.
Unidad Tebyl. Dos técnicos muestran un traje para evitar riesgos de contaminación, como los ocurridos en la central de Fukushima. Este grupo se encarga de buscar y localizar explosivos y sustancias nocivas.
Durante la media hora que duró ayer el control de carretera, ninguna de las intervenciones detectó alguna irregularidad, aunque entre el 10 y el 20% suelen hacerlo. Logran identificar desde extranjeros en situación irregular, objetos peligrosos, sustancias estupefacientes, ciudadanos con citaciones judiciales pendientes, o incluso, conductores sin permiso. Hace poco, por ejemplo, lograron detener a una banda del Este cargada de objetos robados en Galicia.
Un agente reduce a un posible sospechoso en un simulacro. :: PIÑA
Coraza de protección
La mañana de exhibiciones continuó ayer en el Rubín. Otro de los simulacros más espectaculares fue la evacuación de una autoridad de un edificio. Los vehículos aparcan de forma paralela, sale un agente para dar indicaciones por gestos ante el posible ruido de las concentraciones, y los efectivos crean a la entrada una coraza para proteger su salida y meterlo en el coche.
Con un «Guardia Civil, manos arriba!» también evitan, en otro simulacro, la fuga de un posible sospechoso. En un segundo, un agente, en este caso el instructor Jacobo Argüelles, le saca del coche y le coloca las esposas. «No es que un etarra, por ejemplo, se entregue a la Guardia Civil, es que no les queda otro remedio», dice un compañero para ejemplificar situaciones similares, donde el agente tiene una preparación física muy específica.
En general, matizan, se busca que todas intervenciones «sean lo menos lesivas posibles», pero en ocasiones, «el problema es que a veces es necesario utilizar la fuerza».
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/t12783-guardia-civil-manos-arriba