Atraco de película en una sucursal del centro de Madrid
Los ladrones hicieron un butrón durante la Semana Santa y esperaron a los empleados dentro del local pistola en mano
Parece el guión de una película, pero ocurrió el pasado lunes en una sucursal de Caja Madrid en pleno distrito de Arganzuela de Madrid. Tres encapuchados esperaron pistola en mano a los trabajadores de la entidad bancaria y se hicieron con todo el dinero, incluido el de los cajeros automáticos, según han explicado fuentes policiales. Antes habían practicado un butrón durante la Semana Santa desde una alcantarilla próxima al establecimiento e inutilizaron los sistemas de seguridad.
Los empleados de esta sucursal, en el número 2 de la calle de las Delicias, notaron que en los últimos días habían percibido un fuerte mal olor procedente de las alcantarillas. Llamaron a la policía y entraron los especialistas de Subsuelo, sin que se percataran de nada extraño. El caso se quedó allí, sin más novedades.
Armados con pistolas y encapuchados
Lo que no sabían los policías es que los atracadores accedieron desde una alcantarilla a la sucursal. Hicieron un butrón durante los últimos días -aprovecharon los días de fiesta para poder hacer el agujero y no levantar la sospecha de los vecinos de la zona-. Por ese método llegaron hasta el sótano de la sucursal y esperaron a que llegaran los trabajadores. Antes habían inutilizado los sistemas de alarma, en especial, los sensores de movimiento y de presencia para evitar ser descubiertos, según fuentes del caso.
A las ocho de la mañana del lunes el primer empleado en entrar fue el cajero. Le estaban esperando tres hombres armados con pistolas y encapuchados, que le conocían incluso por su nombre de pila. Le retuvieron al igual que el resto de empleados, a los que también llamaron por su nombre. De una incluso le dijeron que llevaba poco tiempo en esa sucursal, que la habían trasladado desde otra oficina cercana. "Eso nos hace pensar que se trata de unos atracadores muy profesionales, que han vigilado la sucursal durante mucho tiempo. También puede ser que sean clientes habituales y que por eso conozcan tanto a los empleados", destacan fuentes del caso. En principio la policía busca a dos españoles y a un suramericano por el acento que tenían al dirigirse a sus víctimas. Los tres llevaban guantes para no dejar huellas.
Los atracadores habían logrado inutilizar los cajeros automáticos de forma que no daba dinero a los clientes. Al ser un fin de semana largo, la incidencia no fue resuelta. Los tres encapuchados esperaron a que se abriera la caja de seguridad de la entidad y se apoderaron de todo el dinero que había dentro. También obligaron a que abrieran los cajeros para hacerse con el efectivo. Estaban prácticamente a rebosar dado que nadie había podido hacer reintegros. Además pusieron una especie de bridas a los trabajadores para inmovilizarles.
Y tal cual llegaron se marcharon, según las mismas fuentes, que no han podido precisar la cuantía exacta del botín, ya que el banco estaba pendiente de ampliar la denuncia. También desconoce el método en el que huyeron de la zona, ya que los trabajadores estaban retirados de la salida cuando se marcharon de la sucursal.
Los ladrones hicieron un butrón durante la Semana Santa y esperaron a los empleados dentro del local pistola en mano
Parece el guión de una película, pero ocurrió el pasado lunes en una sucursal de Caja Madrid en pleno distrito de Arganzuela de Madrid. Tres encapuchados esperaron pistola en mano a los trabajadores de la entidad bancaria y se hicieron con todo el dinero, incluido el de los cajeros automáticos, según han explicado fuentes policiales. Antes habían practicado un butrón durante la Semana Santa desde una alcantarilla próxima al establecimiento e inutilizaron los sistemas de seguridad.
Los empleados de esta sucursal, en el número 2 de la calle de las Delicias, notaron que en los últimos días habían percibido un fuerte mal olor procedente de las alcantarillas. Llamaron a la policía y entraron los especialistas de Subsuelo, sin que se percataran de nada extraño. El caso se quedó allí, sin más novedades.
Armados con pistolas y encapuchados
Lo que no sabían los policías es que los atracadores accedieron desde una alcantarilla a la sucursal. Hicieron un butrón durante los últimos días -aprovecharon los días de fiesta para poder hacer el agujero y no levantar la sospecha de los vecinos de la zona-. Por ese método llegaron hasta el sótano de la sucursal y esperaron a que llegaran los trabajadores. Antes habían inutilizado los sistemas de alarma, en especial, los sensores de movimiento y de presencia para evitar ser descubiertos, según fuentes del caso.
A las ocho de la mañana del lunes el primer empleado en entrar fue el cajero. Le estaban esperando tres hombres armados con pistolas y encapuchados, que le conocían incluso por su nombre de pila. Le retuvieron al igual que el resto de empleados, a los que también llamaron por su nombre. De una incluso le dijeron que llevaba poco tiempo en esa sucursal, que la habían trasladado desde otra oficina cercana. "Eso nos hace pensar que se trata de unos atracadores muy profesionales, que han vigilado la sucursal durante mucho tiempo. También puede ser que sean clientes habituales y que por eso conozcan tanto a los empleados", destacan fuentes del caso. En principio la policía busca a dos españoles y a un suramericano por el acento que tenían al dirigirse a sus víctimas. Los tres llevaban guantes para no dejar huellas.
Los atracadores habían logrado inutilizar los cajeros automáticos de forma que no daba dinero a los clientes. Al ser un fin de semana largo, la incidencia no fue resuelta. Los tres encapuchados esperaron a que se abriera la caja de seguridad de la entidad y se apoderaron de todo el dinero que había dentro. También obligaron a que abrieran los cajeros para hacerse con el efectivo. Estaban prácticamente a rebosar dado que nadie había podido hacer reintegros. Además pusieron una especie de bridas a los trabajadores para inmovilizarles.
Y tal cual llegaron se marcharon, según las mismas fuentes, que no han podido precisar la cuantía exacta del botín, ya que el banco estaba pendiente de ampliar la denuncia. También desconoce el método en el que huyeron de la zona, ya que los trabajadores estaban retirados de la salida cuando se marcharon de la sucursal.