SESIÓN DE CONTROL AL GOBIERNO
El PP acorrala a Rubalcaba con el chivatazo a ETA y el caso Matsa
Apunta que es el «míster X» del soplo a los terroristas en el bar Faisán
Autor: Enrique clemente Localidad: Madrid / La Voz Fecha de publicación: 27/1/2011
El PP volvió a situar en su punto de mira a Alfredo Pérez Rubalcaba en la primera sesión de control del año. Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría se reservaron las preguntas de más altura -sobre el «escándalo» del paro juvenil, el primero, y el castigo a las clases medias, la segunda- y dejaron a los segundos espadas la labor de acoso al vicepresidente. Los populares le pusieron contra las cuerdas sobre todo por el caso Faisán, pero también por el de Matsa y la agresión al consejero de Murcia Pedro Antonio Cruz. Munición pesada, ya que en los dos primeros contaban con senas recientes resoluciones judiciales comprometedoras para el Gobierno.
El PP apuntó al ministro del Interior como el «míster X» del supuesto chivatazo a ETA y este contraatacó diciendo que está utilizando este asunto para minusvalorar los éxitos del Gobierno en la lucha antiterrorista. De nuevo fue Ignacio Gil Lázaro quien preguntó a Rubalcaba, después de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz rechazara archivar el caso, como había solicitado el fiscal, y ordenara nuevas diligencias. El diputado popular, que ha formulado más de treinta preguntas sobre la materia, señaló que el magistrado había dicho que los hechos fueron cometidos presuntamente por funcionarios policiales y que el objetivo de estos era impedir la detención de determinadas personas. «Eso es lo que he estado diciendo en esta cámara exactamente desde el 14 de octubre del 2009 y usted lo ha negado», señaló. Gil Lázaro dijo que la resolución judicial es un triunfo del Estado de Derecho frente a las «maniobras turbias» de políticos como Rubalcaba, «acostumbrados a la prepotencia, la manipulación y la mentira y que creen que su poder les hace impunes». El popular terminó diciendo que el caso Faisán sigue abierto «para su vergüenza y para su desgracia».
El vicepresidente primero le recordó que todos los afectados por la operación terminaron siendo detenidos, encarcelados y procesados y le exigió que «deje de constituirse en juez de instrucción». Y terminó diciéndole que «la lucha contra ETA va bien, muy bien, mejor que nunca», lo que «seguramente explique algunas de las cosas que estamos oyendo en esta cámara».
No entra en el fondo
Ricardo Tarno atacó por el flanco del caso Matsa y se remitió a la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que anula la decisión del Gobierno andaluz de no abrir expedientar a Manuel Chaves por no inhibirse en la concesión de la subvención a la empresa en la que trabajaba su hija y ordena a la Junta que lo haga. Tarno acusó a su sucesor, José Antonio Griñán, de dictar una «resolución contraria e injustificada» para salvarle.
Rubalcaba se defendió señalando que la sentencia «no entra en el fondo del asunto, solo ordena a la Junta de Andalucía «completar un trámite administrativo» y aún no es firme. Y recordó que el Tribunal Supremo, al que acudió el PP «del bracete de la extrema derecha», le dio «un revolcón» al considerar «conjeturas» sus acusaciones. En el fondo, concluyó, hay «insidias y muchísimo rencor» contra el que fuera presidente andaluz.
El PP acorrala a Rubalcaba con el chivatazo a ETA y el caso Matsa
Apunta que es el «míster X» del soplo a los terroristas en el bar Faisán
Autor: Enrique clemente Localidad: Madrid / La Voz Fecha de publicación: 27/1/2011
El PP volvió a situar en su punto de mira a Alfredo Pérez Rubalcaba en la primera sesión de control del año. Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría se reservaron las preguntas de más altura -sobre el «escándalo» del paro juvenil, el primero, y el castigo a las clases medias, la segunda- y dejaron a los segundos espadas la labor de acoso al vicepresidente. Los populares le pusieron contra las cuerdas sobre todo por el caso Faisán, pero también por el de Matsa y la agresión al consejero de Murcia Pedro Antonio Cruz. Munición pesada, ya que en los dos primeros contaban con senas recientes resoluciones judiciales comprometedoras para el Gobierno.
El PP apuntó al ministro del Interior como el «míster X» del supuesto chivatazo a ETA y este contraatacó diciendo que está utilizando este asunto para minusvalorar los éxitos del Gobierno en la lucha antiterrorista. De nuevo fue Ignacio Gil Lázaro quien preguntó a Rubalcaba, después de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz rechazara archivar el caso, como había solicitado el fiscal, y ordenara nuevas diligencias. El diputado popular, que ha formulado más de treinta preguntas sobre la materia, señaló que el magistrado había dicho que los hechos fueron cometidos presuntamente por funcionarios policiales y que el objetivo de estos era impedir la detención de determinadas personas. «Eso es lo que he estado diciendo en esta cámara exactamente desde el 14 de octubre del 2009 y usted lo ha negado», señaló. Gil Lázaro dijo que la resolución judicial es un triunfo del Estado de Derecho frente a las «maniobras turbias» de políticos como Rubalcaba, «acostumbrados a la prepotencia, la manipulación y la mentira y que creen que su poder les hace impunes». El popular terminó diciendo que el caso Faisán sigue abierto «para su vergüenza y para su desgracia».
El vicepresidente primero le recordó que todos los afectados por la operación terminaron siendo detenidos, encarcelados y procesados y le exigió que «deje de constituirse en juez de instrucción». Y terminó diciéndole que «la lucha contra ETA va bien, muy bien, mejor que nunca», lo que «seguramente explique algunas de las cosas que estamos oyendo en esta cámara».
No entra en el fondo
Ricardo Tarno atacó por el flanco del caso Matsa y se remitió a la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que anula la decisión del Gobierno andaluz de no abrir expedientar a Manuel Chaves por no inhibirse en la concesión de la subvención a la empresa en la que trabajaba su hija y ordena a la Junta que lo haga. Tarno acusó a su sucesor, José Antonio Griñán, de dictar una «resolución contraria e injustificada» para salvarle.
Rubalcaba se defendió señalando que la sentencia «no entra en el fondo del asunto, solo ordena a la Junta de Andalucía «completar un trámite administrativo» y aún no es firme. Y recordó que el Tribunal Supremo, al que acudió el PP «del bracete de la extrema derecha», le dio «un revolcón» al considerar «conjeturas» sus acusaciones. En el fondo, concluyó, hay «insidias y muchísimo rencor» contra el que fuera presidente andaluz.