DIFERENTES EDADES EN EL TRABAJO
Trabajamos para ser personas dignas en esta sociedad, para poder tener un sustento diario, para servir de ejemplo a nuestros hijos, para sostener esta sociedad.
Cuando comienzas de mozo en tu primer curre, ese que es de verano, te asaltan los nervios por hacerlo todo lo mejor posible, estar a la altura de las circunstancias. Es ahí, cuando renuncias a todo, horarios, fines de semana, fiestas….porque te ves con fuerzas, porque es tu primer trabajo, porque quieres ganar más dinero para ese coche, ese viaje, esa ropa, ese sueño post-adolescente….te esfuerzas y das el 110%, total eres joven.
Pasa el tiempo y mantienes esa línea férrea que te has marcado desde el principio, trabajo trabajo trabajo, sigues renunciando a tu tiempo, aun a costa alguna veces de tu salud. Dos trabajos a la vez, incluso tres. Todavía eres joven, no hay nadie que te espere en casa, puedes hacer y deshacer planes a tu antojo.
Pasa el tiempo y conoces a la que esperas sea tu media naranja, muy trabajadora también ella.
En tu oficio, sigues fiel a esa disciplina, vigilando cada detalle de esa piedra que estas tallando…
Los días de de libranza, parece, comienzan a tener relevancia. El horario de ambos hace que no os veáis mucho, comienza a tomar forma el solicitar algún fin de semana al mes para veros un poco más. Continúas con tus horas extras.
Pasas por el altar y dices SI QUIERO, (igualito que a tu empresa cuando te llama por un renuncio) todavía estas ciego/a.
Largas horas en un hospital. Nervios, llantos, dolores, horas y horas………..
Bien puede ser un parto o una enfermedad, en mi caso lo primero. 22 horas de larga espera.
Esa noche, piensas y piensas, lo insignificante del ser y como las personas le damos fuerza y valor a determinadas cuestiones que realmente en si no la tienen.
El poder prometerle a mi hija que determinado día iremos al circo, la playa me da la vida.
Poder sonreír y estar orgulloso de ver como comienza a nadar, andar en bici, aprender a contar hasta diez, hace que la satisfacción aflore en mi y me olvide completamente de esas horas extras y revertirlo todo ello a solicitar una reducción de jornada.
No me puedo permitir el lujo de desaprovechar la niñez de mi hija, porque eso si que es un tesoro. Si a alguien he de dedicarle horas extras será a ella y con las mejor de las sonrisas, porque para eso se tiene una FAMILIA.
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/varios-f15/el-porque-de-una-reduccion-de-jornada-t7857.htm
Trabajamos para ser personas dignas en esta sociedad, para poder tener un sustento diario, para servir de ejemplo a nuestros hijos, para sostener esta sociedad.
Cuando comienzas de mozo en tu primer curre, ese que es de verano, te asaltan los nervios por hacerlo todo lo mejor posible, estar a la altura de las circunstancias. Es ahí, cuando renuncias a todo, horarios, fines de semana, fiestas….porque te ves con fuerzas, porque es tu primer trabajo, porque quieres ganar más dinero para ese coche, ese viaje, esa ropa, ese sueño post-adolescente….te esfuerzas y das el 110%, total eres joven.
Pasa el tiempo y mantienes esa línea férrea que te has marcado desde el principio, trabajo trabajo trabajo, sigues renunciando a tu tiempo, aun a costa alguna veces de tu salud. Dos trabajos a la vez, incluso tres. Todavía eres joven, no hay nadie que te espere en casa, puedes hacer y deshacer planes a tu antojo.
Pasa el tiempo y conoces a la que esperas sea tu media naranja, muy trabajadora también ella.
En tu oficio, sigues fiel a esa disciplina, vigilando cada detalle de esa piedra que estas tallando…
Los días de de libranza, parece, comienzan a tener relevancia. El horario de ambos hace que no os veáis mucho, comienza a tomar forma el solicitar algún fin de semana al mes para veros un poco más. Continúas con tus horas extras.
Pasas por el altar y dices SI QUIERO, (igualito que a tu empresa cuando te llama por un renuncio) todavía estas ciego/a.
Largas horas en un hospital. Nervios, llantos, dolores, horas y horas………..
Bien puede ser un parto o una enfermedad, en mi caso lo primero. 22 horas de larga espera.
Esa noche, piensas y piensas, lo insignificante del ser y como las personas le damos fuerza y valor a determinadas cuestiones que realmente en si no la tienen.
El poder prometerle a mi hija que determinado día iremos al circo, la playa me da la vida.
Poder sonreír y estar orgulloso de ver como comienza a nadar, andar en bici, aprender a contar hasta diez, hace que la satisfacción aflore en mi y me olvide completamente de esas horas extras y revertirlo todo ello a solicitar una reducción de jornada.
No me puedo permitir el lujo de desaprovechar la niñez de mi hija, porque eso si que es un tesoro. Si a alguien he de dedicarle horas extras será a ella y con las mejor de las sonrisas, porque para eso se tiene una FAMILIA.
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/varios-f15/el-porque-de-una-reduccion-de-jornada-t7857.htm