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Ertzaintza confidencial

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1Ertzaintza confidencial Empty Ertzaintza confidencial Dom Jul 18, 2010 12:44 pm

Juanito

Juanito
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A mediados de 2008, un grupo de agentes de la unidad antiterrorista de la Ertzaintza en Álava recibió la orden de colocar una cámara de vídeo en un balcón del Casco Viejo de Vitoria. El objetivo era vigilar un lugar en el que se reunían varios sospechosos de tener vínculos con la violencia callejera. El dispositivo les iba a permitir el control de la zona sin que los ertzainas tuvieran que arriesgarse a ser sorprendidos sobre el terreno. Los policías cumplieron las órdenes pero, unos minutos después de poner la cámara, comprobaron que ésta se veía desde la calle. Avisaron a sus mandos y solicitaron cambiarla de lugar de inmediato.
Sorprendentemente, sus superiores se negaron. Durante varios días, los agentes estuvieron atentos a la cámara y las imágenes que tomaba. Cada hora se asombraban de que no fuera localizada por los sospechosos. Sin embargo, apenas una semana después de haberla instalado, los vigilados comenzaron a hacer bromas y reírse ante el vídeo. Unos días más tarde, los vecinos denunciaban en la prensa la existencia del aparato de espionaje. La decepción de los ertzainas fue absoluta. Sus mandos en la Unidad de Investigación y Análisis (UIA) no les dieron ninguna explicación sobre su actitud.
A esa célula de élite, por la que pasan todos los grandes secretos que maneja la Policía vasca, es a la que pertenecen los dos ertzainas imputados por el juez por el presunto espionaje a diversos políticos y personalidades alavesas, cuyos dossieres -con datos íntimos- aparecieron en el despacho del ex número dos del PNV en Álava, Aitor Telleria.
La incógnita que siempre ha sobrevolado a esta unidad, que debería ser la vanguardia de la lucha antiterrorista, es si sus errores son simplemente fruto de la ineficacia o si existen otro tipo de factores que influyen en sus desaciertos. Un agente que ha trabajado con miembros de la UIA de Álava, sumergida ahora en el escándalo del presunto espionaje político, asegura: «Yo nunca en la vida, jamás, he recibido órdenes de no actuar. Lo que sí he visto es que el trabajo se ralentizaba. Que muchas informaciones se desaprovechaban y las investigaciones no avanzaban hasta que al final se abandonaban. Cada uno puede pensar lo que quiera», sentencia.
La polémica alavesa se desató después de que en el ordenador del ex burukide Aitor Tellería, investigado y detenido por el 'caso de Miguel', se localizaran unos informes privados sobre políticos, empresarios y otras personalidades de la vida alavesa. Tras un mes de pesquisas, el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Vitoria llamó a declarar como imputados al propio Telleria y a dos agentes de la unidad antiterrorista, a quienes se consideró los presuntos autores de los informes localizados en poder de la mano derecha de Iñaki Gerenabarrena. Este escándalo se sumaba a las polémicas que han rodeado históricamente a esta sección de la Ertzaintza.
Un veterano componente de la unidad no tiene dudas a la hora de explicar el origen de las anomalías de estas y otras unidades 'sensibles' de la Policía vasca. «Para entender la UIA sólo hay que acordarse de lo que pasó con Genaro García Andoain». En noviembre de 1986, García Andoain, un veterano militante del PNV, era el delegado general de la Ertzaintza. ETA acababa de secuestrar en Vitoria al empresario jeltzale Lucio Aginagalde. La Policía vasca recibió una información confidencial sobre el paradero del industrial. Según la versión oficial, un ertzaina que paseaba por el monte descubrió que la entrada a una cueva en el monte, cerca del alto de Barazar, estaba cerrada con una losa. El propio jefe de la Ertzaintza, acompañado de una decena de agentes de confianza, se desplazó hasta el paraje para intentar liberar a Aginagalde. Hubo un tiroteo en el que uno de los tres etarras que custodiaba al rehén consiguió escapar . Genaro García de Andoain murió en la refriega. «Ningún cuerpo policial habría actuado así. ¿Te imaginas al director de la Guardia Civil encabezando a un grupo de guardias de confianza en la puerta de un zulo?», se pregunta el veterano, dos décadas después.
En el germen de la Policía vasca se primó la confianza sobre la profesionalidad. La lealtad sobre la eficacia. La primera promoción de la Ertzaintza fueron los 'berroci', un grupo de jóvenes jeltzales a los que mercenarios británicos y de otras nacionalidades instruyeron en el pueblo alavés abandonado que les da el nombre. De ellos surgieron los primeros mandos de la Policía autónoma. Hoy en día, muchos de ellos siguen ocupando puestos destacados en la cúpula del Cuerpo.
Información de los batzokis
Cuando hubo que sacar adelante las primeras promociones en la Academia de Arkaute, fueron estos 'berrocis', apoyados por la información procedente de los batzokis, quienes hicieron el filtrado de los aspirantes. Los listados en los que se valoraba a cada alumno en función de sus preferencias políticas, personales o de sus relaciones familiares fueron públicos y provocaron cierto escándalo. Sin embargo, en la convulsa política de los 80, fue un pecado perdonado.
Un veterano agente, en conversación con este periódico, asegura que estos hombres de confianza se fueron convirtiendo con el tiempo en «los chicos de los recados». Muchos agentes comenzaron a pagar favores. Así nacieron, por ejemplo, los rumores sobre la existencia del denominado 'grupo de choque' o 'grupo 5', al que pertenecerían ertzainas de probada filiación jeltzale que han llegado a alardear ante sus compañeros de haber realizado trabajos para el PNV. Y las misiones no eran policiales. Las propias escuchas al lehendakari Carlos Garaikoetxea daban consistencia a esta leyenda. «En aquellos primeros tiempos se creó una cultura muy especial. Si muchos habían entrado en el Cuerpo gracias a informaciones obtenidas de forma extraña, nadie se sorprendió de que luego se continuase buscando datos al margen de los cauces oficiales. Probablemente, el intercambio de datos entre partido e Interior aumentó y se consideró algo normal», afirma un veterano de la unidad.
Esa relación Ertzaintza-PNV estaba especialmente volcada al control de los alumnos de las nuevas promociones de Arkaute. «A mí un día me llegó que siempre tendría una raya en el historial. Nunca lo entendí hasta que pasado el tiempo me dijeron que un familiar mío iba mucho a un txoko con gente de la izquierda abertzale», recuerda un veterano.
Ese control inicial se convirtió en paranoia. El mismo agente recuerda que hace una década, en una comisaría vizcaína, varios policías comenzaron a quejarse de que la máquina del aire acondicionado funcionaba mal. Unos días más tarde apareció una destacada miembro de los Adjuntos a la Viceconsejería de Seguridad (AVCS), el embrión de las unidades antiterroristas. La ertzaina fue hasta el aparato, sacó de su interior una cámara de vídeo mientras era observada por sus compañeros de la comisaría y se marchó. «Ni dio explicaciones ni dijo nada. Todos sabíamos lo que nos jugábamos así que todo el mundo se quedó callado por su bien», rememora el policía vasco.
En la unidad de información de Álava, los dos ertzainas imputados ahora por el espionaje a políticos y personalidades del territorio, no ocultaban sus simpatías nacionalistas. Uno de ellos declaró sin tapujos ante el juez que era militante del PNV. El segundo procede del mundo del deporte rural y tampoco disfrazaba su ideología. Según uno de sus compañeros, ambos alardeaban de sus preferencias políticas y, en alguna ocasión, «podían ser excesivos». Pero se trata de una crítica parcial. Muchos de sus compañeros rechazan su forma de actuar, pero el 'esprit de corps' se impone en algunos casos. «¿Esto no se hace en otros Cuerpos?», se pregunta un amigo de los acusados. El ertzaina, cuestionado por este periódico, no duda en defender la actuación de los dos agentes imputados ni en afirmar que serán absueltos. Esta sensación de que la ropa sucia se lava en casa se ha escuchado estos días en boca de varios miembros de la sección.
Chivatazo sobre ETA
El mayor escándalo en el que se vio envuelta la Unidad de Información de Álava se produjo en 2007. La Ertzaintza iba a detener a un supuesto colaborador de ETA que, según la acusación -de la que posteriormente fue absuelto- había ayudado a un comando que había intentado matar a dos ertzainas en el alto de Herrera. Sin embargo, unos días antes de la detención, un policía vasco hizo llegar al sospechoso toda la información sobre su arresto. No sólo le avisó de su inminente captura sino que le facilitó los datos necesarios para que pudiese fabricarse una coartada. Le dio datos que sólo estaban en manos de los miembros de la UIA alavesa.
En muchos sectores de la Policía vasca aquel 'chivatazo' fue como una puñalada. Las simpatías nacionalistas que en un momento dado habían permitido ser condescendientes con algunos comportamientos de la principal unidad de élite de la Ertzaintza no fueron suficientes para enmascarar el enfado que surgió en muchos agentes ante una delación que afectaba al intento de asesinato de dos compañeros. Sin embargo, el caso se cerró sin hallar un autor conocido. Nadie fue acusado jamás de haber filtrado esa información. Hoy en día, son varios los agentes vascos cercanos a la UIA que se quejan de que el caso no hubiese acabado en la Audiencia Nacional con algún procesamiento por colaboración con banda armada.
Según ertzainas destinados en Vitoria, la unidad ya se había visto superada en muchas ocasiones por los agentes de comisaría en la persecución de delitos como la kale borroka. A finales de los 90, las propias comisarías disponían de grupos especiales de lucha contra la violencia callejera, con resultados muy superiores a los obtenidos por la UIA. Sin embargo, en 1999, con la tregua de Lizarra, estas unidades fueron disueltas y desapareció el control de los autores de las algaradas que se ejercía desde los servicios de patrulla.
«Desde entonces debíamos entregar la información a la UIA y eso era frustrante. En Álava, teníamos que dar todos los datos sobre sospechosos a los miembros de la unidad antiterrorista, pero luego no sabíamos qué recorrido tenían. De lo que estábamos seguros es de que no había resultados», afirma un patrullero. Otro agente, que llegó a formar parte de esa unidad de élite, muestra su desconsuelo con la forma de trabajar que se impuso. «Cada día nos cambiaban el objetivo. No éramos capaces de reunir una información eficaz porque igual una mañana seguías a una persona, al día siguiente a otra y el tercero a otra. Cuando volvías a controlar al primer sospechoso, ya era inútil porque no tenías datos de lo que había hecho en ese tiempo. Todos los días empezábamos las investigaciones desde cero». La frustración de esos agentes es común en muchos sectores de la Policía vasca, que durante años han sentido un fuerte malestar hacia una unidad que debía protegerles de los terroristas pero que, a la hora de la verdad, no ofrecía resultados.
El episodio más sangrante sobre ese malestar se produjo en septiembre de 2008 , cuando ETA colocó un coche bomba que destrozó la sede de la Caja Vital, junto al parque vitoriano de Salburua. Cuando los agentes de la UIA llegaron hasta la zona, acordonada tras la detonación, los patrulleros no se cortaron a la hora de insultarles, aprovechando el anonimato de las emisoras de radio. «Fue humillante», recuerda ahora un ertzaina que abandonó tiempo más tarde los servicios antiterroristas.
En una ciudad pequeña como Vitoria, algunos agentes de la Unidad de Investigación y Análisis (UIA) eran muy conocidos y sus comportamientos provocaban recelos en en las filas de varios partidos políticos, que veían en ellos a presuntos espías. Tanto en el PP como en el PSE existía una cierta alerta sobre cualquiera que tuviera relación con esos ertzainas, que no ocultaban su condición de miembros de la unidad. Tras el descubrimiento del supuesto caso de espionaje, varios políticos alaveses han creído ver refrendadas sus sospechas. «El problema es que la historia de este país nos ha hecho ver normal algo que en otro lugar sería detestable. Cuando convives todos los días con esa situación, te acostumbras», resume un ertzaina.

http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/terrorismo-f19/ertzaintza-confidencial-t7258.htm

2Ertzaintza confidencial Empty Re: Ertzaintza confidencial Lun Jul 19, 2010 10:50 am

PARRUCU

PARRUCU
COLABORADOR
COLABORADOR

Parece que la Ertzaintza vuelve a los problemas de antaño,que es lo mismo que decir que los mandos son mas del otro bando que del de los buenos.Que dificil tiene que ser trabajar en esas condiciones sabiendo que otros que llevan el mismo uniforme te pueden vender al enemigo y luego ponerse sus medallas para llorarte en el funeral Exclamation Exclamation

3Ertzaintza confidencial Empty Re: Ertzaintza confidencial Lun Jul 19, 2010 4:16 pm

Juanito

Juanito
ADMINISTRADOR
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Pues si compi y siempre tapados que pene medan

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