Tengo un amigo que vive en un aislado chalet situado entre Pozuelo y Majadahonda. Es un hombre afortunado en muchos sentidos, y en su domicilio guarda, además de bienes de cierto valor, una bella esposa y dos hijas adolescentes por las que suspiran todos los jóvenes de las cercanías.
Mi amigo es hombre prudente, quizá algo temeroso, por lo que ha dotado a su vivienda de medidas de seguridad de última tecnología:
barreras de microondas, volumétricos, cámaras de infrarrojos, sensores estereofónicos... a los que suma dos perros especialmente adiestrados y la presencia durante las noches de un vigilante de seguridad.
Aun así hace unos días tuvo un pequeño incidente: observó por una de las cámaras que una par de desconocidos aparcaban semioculta una furgoneta y merodeban por su domicilio, buscando el punto más fácil introducirse en su finca.
Sin perder un segundo llamó al teléfono de emergencias y explicó lo que estaba pasando y cómo pretendían asaltar su vivienda.
El operador telefónico muy cortésmente le informó:
-En estos momentos todos nuestros operativos están ocupados. Tomamos nota y nuestros agentes se pasarán por su domicilio en cuanto sea posible.
Mi amigo veía en sus monitores cómo los ladrones trataban de saltar la valla a pesar de la presencia de los perros.
Raudo cogió el teléfono y llamó de nuevo a emergencias.
-Oiga, que ya no hace falta que vengan.
-Se han ido los merodeadores?
-No, pero he cogido la escopeta, he apuntado bien y les he volado la cabeza cuando saltaban la valla. Los perros se están comiendo los despojos. Gracias por todo.
Tres minutos más tarde una estruendosa cacofonía se imponía sobre el canto de los grillos. Numerosas sirenas aullaban al otro lado de la valla y un helicóptero, del que descendieron rapelando varios miembros de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil sobrevolaba la zona. Varias ambulancias se aproximaban quemando ruedas. Docenas de guardias civiles, policías nacionales, autonómicos y locales rodearon la zona.
Los delincuentes, viéndose así sorprendidos no se atrevieron a dar un paso y se entregaron a las fuerzas del orden, que se taparon la nariz al acercarse a ellos y observar ciertas manchas en los pantalones.
Cinco minutos más tarde ya habían llegado el juez de guardia, el fiscal, un par de diputados y miembros de una asociación de defensa de los derechos humanos y de otra defensora de inmigrantes, por si se diera el caso de que no fueran españoles.
El jefe del operativo desplegado, viendo que los delincuentes estaban sanos y salvos montó en cólera, y echando espumarajos por la boca, saliéndosele los ojos de las órbitas se dirigió dando grandes zancadas a mi amigo y a voces le espetó:
-Pero no dijo Ud. que los había volado la cabeza y se los estaban comiendo los perros?
Sin perder la calma y con una amable sonrisa mi amigo le contestó:
-Y no me dijo Ud. que no tenía efectivos disponibles?
Sencillamente, los españoles no podemos defender nuestra vida, ni la de nuestros seres queridos, y mucho menos nuestra hacienda.
Hoy un constructor ha sido condenado a pagar 300 mil euros a los descendientes de un delincuente que se encontraba ilícitamente en su propiedad.
Este hombre oyó voces en su propiedad, sacó su escopeta de caza y con el ánimo de asustar a los asaltantes disparó varias veces a ciegas, con tan mala fortuna que mató a uno de los intrusos.
El fiscal le pedía 7 años de cárcel por homicidio, pero una negociación de su abogado ha rebajado la pena de cárcel a menos de dos años, por lo que no tendrá que ingresar en prisión.
En caso de haber sido asesinado él o alguno de sus familiares, está por ver que los asesinos hubieran sido identificados, detenidos y juzgados. Está por ver cómo hubieran sido calificados los hechos por la acusación y qué penas les hubieran sido impuestas. La única certeza es que los asesinos se hubieran declarado insolventes y la familia del constructor no hubiera cobrado un solo céntimo de euro de indemnización.
http://aspirante-labusquedadelconocimiento.blogspot.com/2010/05/denuncias.html
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La Seguridad es válida cuando previene; casi no vale nada cuando corrige
Mi amigo es hombre prudente, quizá algo temeroso, por lo que ha dotado a su vivienda de medidas de seguridad de última tecnología:
barreras de microondas, volumétricos, cámaras de infrarrojos, sensores estereofónicos... a los que suma dos perros especialmente adiestrados y la presencia durante las noches de un vigilante de seguridad.
Aun así hace unos días tuvo un pequeño incidente: observó por una de las cámaras que una par de desconocidos aparcaban semioculta una furgoneta y merodeban por su domicilio, buscando el punto más fácil introducirse en su finca.
Sin perder un segundo llamó al teléfono de emergencias y explicó lo que estaba pasando y cómo pretendían asaltar su vivienda.
El operador telefónico muy cortésmente le informó:
-En estos momentos todos nuestros operativos están ocupados. Tomamos nota y nuestros agentes se pasarán por su domicilio en cuanto sea posible.
Mi amigo veía en sus monitores cómo los ladrones trataban de saltar la valla a pesar de la presencia de los perros.
Raudo cogió el teléfono y llamó de nuevo a emergencias.
-Oiga, que ya no hace falta que vengan.
-Se han ido los merodeadores?
-No, pero he cogido la escopeta, he apuntado bien y les he volado la cabeza cuando saltaban la valla. Los perros se están comiendo los despojos. Gracias por todo.
Tres minutos más tarde una estruendosa cacofonía se imponía sobre el canto de los grillos. Numerosas sirenas aullaban al otro lado de la valla y un helicóptero, del que descendieron rapelando varios miembros de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil sobrevolaba la zona. Varias ambulancias se aproximaban quemando ruedas. Docenas de guardias civiles, policías nacionales, autonómicos y locales rodearon la zona.
Los delincuentes, viéndose así sorprendidos no se atrevieron a dar un paso y se entregaron a las fuerzas del orden, que se taparon la nariz al acercarse a ellos y observar ciertas manchas en los pantalones.
Cinco minutos más tarde ya habían llegado el juez de guardia, el fiscal, un par de diputados y miembros de una asociación de defensa de los derechos humanos y de otra defensora de inmigrantes, por si se diera el caso de que no fueran españoles.
El jefe del operativo desplegado, viendo que los delincuentes estaban sanos y salvos montó en cólera, y echando espumarajos por la boca, saliéndosele los ojos de las órbitas se dirigió dando grandes zancadas a mi amigo y a voces le espetó:
-Pero no dijo Ud. que los había volado la cabeza y se los estaban comiendo los perros?
Sin perder la calma y con una amable sonrisa mi amigo le contestó:
-Y no me dijo Ud. que no tenía efectivos disponibles?
Sencillamente, los españoles no podemos defender nuestra vida, ni la de nuestros seres queridos, y mucho menos nuestra hacienda.
Hoy un constructor ha sido condenado a pagar 300 mil euros a los descendientes de un delincuente que se encontraba ilícitamente en su propiedad.
Este hombre oyó voces en su propiedad, sacó su escopeta de caza y con el ánimo de asustar a los asaltantes disparó varias veces a ciegas, con tan mala fortuna que mató a uno de los intrusos.
El fiscal le pedía 7 años de cárcel por homicidio, pero una negociación de su abogado ha rebajado la pena de cárcel a menos de dos años, por lo que no tendrá que ingresar en prisión.
En caso de haber sido asesinado él o alguno de sus familiares, está por ver que los asesinos hubieran sido identificados, detenidos y juzgados. Está por ver cómo hubieran sido calificados los hechos por la acusación y qué penas les hubieran sido impuestas. La única certeza es que los asesinos se hubieran declarado insolventes y la familia del constructor no hubiera cobrado un solo céntimo de euro de indemnización.
http://aspirante-labusquedadelconocimiento.blogspot.com/2010/05/denuncias.html
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La Seguridad es válida cuando previene; casi no vale nada cuando corrige