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Los escoltas se dividen
Los escoltas ya no están unidos. Desde hace meses la Asociación Española de Escoltas (ASES) -hasta ahora, la única que les agrupaba- viene sufriendo un incesante goteo de bajas. Algunos miembros de su cúpula y, sobre todo, asociados de base han decidido abandonar el colectivo por diferencias en la forma de gestionar la institución y defender los intereses de la profesión, según explica uno de los guardaespaldas que se dieron de baja.
La mayoría de los abandonos se han producido en el País Vasco y Navarra, donde se concentra el 80% de los escoltas que trabajan en España. Esto provoca que ASES también pierda fuerza desde ese punto de vista, ya que la sede de la asociación está en Madrid. Algunos de los guardaespaldas críticos barajan la posibilidad de conformar nuevas asociaciones alternativas a ASES con objeto de reunir al mayor número posible de los que se han dado de baja. Existen cerca de 4.000 escoltas en España, la inmensa mayoría en el País Vasco y Navarra, donde fundamentalmente protegen a amenazados por ETA.
El colectivo está en una situación crítica, no sólo por la división interna, sino también por la cantidad de asuntos que amenazan su profesionalidad. Algunos, incluso, han echado leña al fuego de las discrepancias que han provocado el goteo de abandonos. Destacan, por ejemplo, la incorporación de los guardaespaldas a la defensa de atuneros ante el acoso de los piratas. La baja potencia de las armas o el desamparo jurídico son algunos de los argumentos que utilizan los escoltas para criticar la decisión de ASES de enviarlos allí sin formación.
El intrusismo que sufre el gremio también es uno de los puntos calientes. La falta de profesionalización del colectivo y el poco interés por mejorar su formación ocupa siempre un lugar de fricción. Asimismo, la reducción de sueldo que han sufrido los profesionales durante los últimos años mina cada día la moral de los trabajadores. En ocho años, los escoltas han visto cómo su salario bajaba hasta la mitad. Mientras en 2000 cobraban entre 5.000 y 6.000 euros al mes, ahora sus ingresos rondan los 2.500 euros. El sueldo ha bajado por los esfuerzos que hacen las empresas para hacerse con los concursos públicos, ya que el Gobierno vasco premia a los que ofrecen el mismo trabajo más barato, lo cual, según fuentes de ASES, siempre perjudica al mismo: al empleado.
La utilización de armas para autoprotección es otro de los conflictos. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, prometió hace dos años que tomaría medidas para permitir a los escoltas llevar su arma 24 horas. Hasta el momento, sólo tienen permiso para portarla cuando están junto al protegido. El resto de la jornada deben dejarla en las dependencias policiales. El espíritu de la ley entiende que la pistola es para proteger a un tercero, no para defenderse ellos.
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/vigilantes-de-seguridad-y-especialidades-f1/los-escoltas-se-dividen-t4992.htm
Los escoltas ya no están unidos. Desde hace meses la Asociación Española de Escoltas (ASES) -hasta ahora, la única que les agrupaba- viene sufriendo un incesante goteo de bajas. Algunos miembros de su cúpula y, sobre todo, asociados de base han decidido abandonar el colectivo por diferencias en la forma de gestionar la institución y defender los intereses de la profesión, según explica uno de los guardaespaldas que se dieron de baja.
La mayoría de los abandonos se han producido en el País Vasco y Navarra, donde se concentra el 80% de los escoltas que trabajan en España. Esto provoca que ASES también pierda fuerza desde ese punto de vista, ya que la sede de la asociación está en Madrid. Algunos de los guardaespaldas críticos barajan la posibilidad de conformar nuevas asociaciones alternativas a ASES con objeto de reunir al mayor número posible de los que se han dado de baja. Existen cerca de 4.000 escoltas en España, la inmensa mayoría en el País Vasco y Navarra, donde fundamentalmente protegen a amenazados por ETA.
El colectivo está en una situación crítica, no sólo por la división interna, sino también por la cantidad de asuntos que amenazan su profesionalidad. Algunos, incluso, han echado leña al fuego de las discrepancias que han provocado el goteo de abandonos. Destacan, por ejemplo, la incorporación de los guardaespaldas a la defensa de atuneros ante el acoso de los piratas. La baja potencia de las armas o el desamparo jurídico son algunos de los argumentos que utilizan los escoltas para criticar la decisión de ASES de enviarlos allí sin formación.
El intrusismo que sufre el gremio también es uno de los puntos calientes. La falta de profesionalización del colectivo y el poco interés por mejorar su formación ocupa siempre un lugar de fricción. Asimismo, la reducción de sueldo que han sufrido los profesionales durante los últimos años mina cada día la moral de los trabajadores. En ocho años, los escoltas han visto cómo su salario bajaba hasta la mitad. Mientras en 2000 cobraban entre 5.000 y 6.000 euros al mes, ahora sus ingresos rondan los 2.500 euros. El sueldo ha bajado por los esfuerzos que hacen las empresas para hacerse con los concursos públicos, ya que el Gobierno vasco premia a los que ofrecen el mismo trabajo más barato, lo cual, según fuentes de ASES, siempre perjudica al mismo: al empleado.
La utilización de armas para autoprotección es otro de los conflictos. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, prometió hace dos años que tomaría medidas para permitir a los escoltas llevar su arma 24 horas. Hasta el momento, sólo tienen permiso para portarla cuando están junto al protegido. El resto de la jornada deben dejarla en las dependencias policiales. El espíritu de la ley entiende que la pistola es para proteger a un tercero, no para defenderse ellos.
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/vigilantes-de-seguridad-y-especialidades-f1/los-escoltas-se-dividen-t4992.htm
