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“Negro” inicio de año para la vigilancia privada
La vigilancia privada se ha convertido en una profesión muy peligrosa en la que los oficiales de seguridad son blancos del hampa, al igual que la ciudadanía. La primera muerte que abrió este año fue de un vigilante privado de la empresa de electrodomésticos "Andina Comercializadora". A José Freddy Altuve Ortiz le dispararon, solamente para despojarlo de su arma de reglamento.
La vigilancia privada tuvo un "negro" inicio este año. De los 55 crímenes perpetrados durante enero de 2010 en el estado Táchira, cuatro de las muertes correspondieron a vigilantes de la entidad.
La primera muerte que abrió este año fue de un vigilante privado de la empresa de electrodomésticos "Andina Comercializadora", ubicada en la calle 5 de La Concordia -en las adyacencias de la plaza Miranda-.
José Freddy Altuve Ortiz, de 29 años, estaba en la puerta del negocio ese martes 5 de enero, cumpliendo con las labores de seguridad en el local cuando, pasadas las once de la mañana, dos atracadores llegaron y le dispararon, solamente para despojarlo de su arma de reglamento.
Altuve Ortiz sufre un impacto de bala en la cara que lo fulminó; quedó tendido a las puertas del establecimiento, y minutos después murió a pesar de los esfuerzos de los paramédicos del Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal. Luego de que robaran el arma de dotación de su trabajo, un revólver calibre 38, los antisociales se dieron a la fuga en una moto.
El oficial de seguridad había prestado sus servicios a la empresa de seguridad privada Gutiérrez Protección y Seguridad C.A. El jefe de Operaciones de dicha empresa, Silvestre Jaimes, aseguró que el vigilante había evadido el robo del arma hacía unos quince días. En esa oportunidad Altuve había reportado que dos hombres en una moto intentaron robarle el revólver y logró evadirlos, y aunque le propusieron cambiarlo a otro lugar, él se negó a ello; por ello, la empresa no descartaba que hayan sido los mismos asaltantes quienes lo mataron. Jaimes destacó que en menos de un mes la delincuencia les había robado cinco revólveres.
Arrollado y destrozado
El 18 de enero las autoridades informaron del hallazgo del cuerpo sin vida de William Ernesto Jaimes Zambrano, de 42 años de edad, quien se desempeñaba como vigilante de la empresa "Construbol C. A.", empresa constructora dependiente del Seniat, en Peracal. Jaimes pereció por traumatismos generalizados al ser víctima de arrollamiento por varios vehículos, cuyos conductores se dieron a la fuga entre Rubio y San Antonio del Táchira. El cuerpo fue localizado a primeras horas de la mañana del domingo 17, en el sector Las Adjuntas, por un conductor que notificó del hecho a las autoridades.
Jaimes Zambrano estaba casi destrozado, producto del arrollamiento de varios vehículos que, posiblemente no se percataron de la presencia del cadáver en plena vía. Se estimó que su muerte ocurrió entre las 4:30 y 5 de la madrugada, por lo que era extraño su presencia en ese sector a aquella hora debido a que ese domingo debía recibir guardia a las 12 del mediodía.
Atraco a Mille Miglia
El 24 de enero Johon Gilmer Molina Rampira, de 42 años de edad, quien prestaba servicios de seguridad en el restaurante " Mille Miglia Ristorante CA", ubicado en Barrio Obrero, fue sorprendido en su lugar de trabajo por dos asaltantes que atracaron a empleados y clientes del lugar.
Desde que irrumpieron en el local, los delincuentes advirtieron que se trataba de un atraco, y Molina sorprendido, al ver que los atracadores estaban armados, disparó contra ellos, aunque sin lograr alcanzarlos.
Uno de los criminales respondió con varios disparos e hirió gravemente al vigilante, quien se desplomó agonizante, mientras que los atracadores se dispusieron a despojar de sus pertenencias a todos los presentes, cargando además con dos mil bolívares de la caja registradora.
El personal del restaurant trasladó al vigilante hasta una clínica privada pero murió a los pocos minutos de su ingreso.
Gracias a que a la denuncia oportuna de las víctimas, los cuerpos de seguridad del estado desplegaron un operativo en la zona de Barrio Obrero y sectores adyacentes, y lograron aprehender en un inmueble de la avenida Carabobo a los asaltantes, dos muchachos de 19 y 20 años de edad, residenciados en el barrio El Paraíso y en la avenida Carabobo.
Vigilante y esposa
El 30 de enero un supervisor de vigilancia de una empresa de seguridad y su esposa fueron ultimados a tiros en la aldea Llano de Jorge, en San Antonio del Táchira.
Celedonio Enrique Jiménez, de 43 años de edad, y su esposa, Lucy América Díaz Torres, de 38 años, ambos residentes en San Antonio del Táchira, fueron asesinados por desconocidos que los interceptaron este viernes, cerca de las 10 de la noche, en la invasión "Juan Vicente Gómez". Jiménez tenía varios años trabajando para empresas de seguridad en la región. De manera extraoficial que Jiménez había recibido algunas amenazas de muerte por parte de desconocidos, que le exigían ciertas cosas. Entre ellas que se retirara del Consejo Comunal.
Hace una semana
Hace ocho días dos sicarios motorizados mataron a tiros a un vigilante privado en el sector Colinas de Barrancas, frente a su esposa. Franklin Antonio Carrero, de 28 años de edad, fue asesinado el pasado sábado 24 de abril, cerca de las 7:30 de la noche, en el sector que divide a Barrancas parte alta con el mercado de Táriba. Familiares de la víctima aseguraron que Carrero se movilizaba en una moto, junto a su esposa, cuando fueron sorprendidos por los homicidas, que de repente los interceptaron y le dispararon sin contemplación al vigilante.
La vigilancia privada se ha convertido en una profesión muy peligrosa en la que los oficiales de seguridad son blancos del hampa, al igual que la ciudadanía. La primera muerte que abrió este año fue de un vigilante privado de la empresa de electrodomésticos "Andina Comercializadora". A José Freddy Altuve Ortiz le dispararon, solamente para despojarlo de su arma de reglamento.
La vigilancia privada tuvo un "negro" inicio este año. De los 55 crímenes perpetrados durante enero de 2010 en el estado Táchira, cuatro de las muertes correspondieron a vigilantes de la entidad.
La primera muerte que abrió este año fue de un vigilante privado de la empresa de electrodomésticos "Andina Comercializadora", ubicada en la calle 5 de La Concordia -en las adyacencias de la plaza Miranda-.
José Freddy Altuve Ortiz, de 29 años, estaba en la puerta del negocio ese martes 5 de enero, cumpliendo con las labores de seguridad en el local cuando, pasadas las once de la mañana, dos atracadores llegaron y le dispararon, solamente para despojarlo de su arma de reglamento.
Altuve Ortiz sufre un impacto de bala en la cara que lo fulminó; quedó tendido a las puertas del establecimiento, y minutos después murió a pesar de los esfuerzos de los paramédicos del Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal. Luego de que robaran el arma de dotación de su trabajo, un revólver calibre 38, los antisociales se dieron a la fuga en una moto.
El oficial de seguridad había prestado sus servicios a la empresa de seguridad privada Gutiérrez Protección y Seguridad C.A. El jefe de Operaciones de dicha empresa, Silvestre Jaimes, aseguró que el vigilante había evadido el robo del arma hacía unos quince días. En esa oportunidad Altuve había reportado que dos hombres en una moto intentaron robarle el revólver y logró evadirlos, y aunque le propusieron cambiarlo a otro lugar, él se negó a ello; por ello, la empresa no descartaba que hayan sido los mismos asaltantes quienes lo mataron. Jaimes destacó que en menos de un mes la delincuencia les había robado cinco revólveres.
Arrollado y destrozado
El 18 de enero las autoridades informaron del hallazgo del cuerpo sin vida de William Ernesto Jaimes Zambrano, de 42 años de edad, quien se desempeñaba como vigilante de la empresa "Construbol C. A.", empresa constructora dependiente del Seniat, en Peracal. Jaimes pereció por traumatismos generalizados al ser víctima de arrollamiento por varios vehículos, cuyos conductores se dieron a la fuga entre Rubio y San Antonio del Táchira. El cuerpo fue localizado a primeras horas de la mañana del domingo 17, en el sector Las Adjuntas, por un conductor que notificó del hecho a las autoridades.
Jaimes Zambrano estaba casi destrozado, producto del arrollamiento de varios vehículos que, posiblemente no se percataron de la presencia del cadáver en plena vía. Se estimó que su muerte ocurrió entre las 4:30 y 5 de la madrugada, por lo que era extraño su presencia en ese sector a aquella hora debido a que ese domingo debía recibir guardia a las 12 del mediodía.
Atraco a Mille Miglia
El 24 de enero Johon Gilmer Molina Rampira, de 42 años de edad, quien prestaba servicios de seguridad en el restaurante " Mille Miglia Ristorante CA", ubicado en Barrio Obrero, fue sorprendido en su lugar de trabajo por dos asaltantes que atracaron a empleados y clientes del lugar.
Desde que irrumpieron en el local, los delincuentes advirtieron que se trataba de un atraco, y Molina sorprendido, al ver que los atracadores estaban armados, disparó contra ellos, aunque sin lograr alcanzarlos.
Uno de los criminales respondió con varios disparos e hirió gravemente al vigilante, quien se desplomó agonizante, mientras que los atracadores se dispusieron a despojar de sus pertenencias a todos los presentes, cargando además con dos mil bolívares de la caja registradora.
El personal del restaurant trasladó al vigilante hasta una clínica privada pero murió a los pocos minutos de su ingreso.
Gracias a que a la denuncia oportuna de las víctimas, los cuerpos de seguridad del estado desplegaron un operativo en la zona de Barrio Obrero y sectores adyacentes, y lograron aprehender en un inmueble de la avenida Carabobo a los asaltantes, dos muchachos de 19 y 20 años de edad, residenciados en el barrio El Paraíso y en la avenida Carabobo.
Vigilante y esposa
El 30 de enero un supervisor de vigilancia de una empresa de seguridad y su esposa fueron ultimados a tiros en la aldea Llano de Jorge, en San Antonio del Táchira.
Celedonio Enrique Jiménez, de 43 años de edad, y su esposa, Lucy América Díaz Torres, de 38 años, ambos residentes en San Antonio del Táchira, fueron asesinados por desconocidos que los interceptaron este viernes, cerca de las 10 de la noche, en la invasión "Juan Vicente Gómez". Jiménez tenía varios años trabajando para empresas de seguridad en la región. De manera extraoficial que Jiménez había recibido algunas amenazas de muerte por parte de desconocidos, que le exigían ciertas cosas. Entre ellas que se retirara del Consejo Comunal.
Hace una semana
Hace ocho días dos sicarios motorizados mataron a tiros a un vigilante privado en el sector Colinas de Barrancas, frente a su esposa. Franklin Antonio Carrero, de 28 años de edad, fue asesinado el pasado sábado 24 de abril, cerca de las 7:30 de la noche, en el sector que divide a Barrancas parte alta con el mercado de Táriba. Familiares de la víctima aseguraron que Carrero se movilizaba en una moto, junto a su esposa, cuando fueron sorprendidos por los homicidas, que de repente los interceptaron y le dispararon sin contemplación al vigilante.
