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La primera zapatilla diseñada para navegar por Internet llega al mercado
Dos altoaragoneses han creado este calzado para el hogar que aisla de las cargas eléctricas
La superficie de la zapatilla se ha diseñado teniendo en cuenta las porturas delante del ordenador. | P. SEGURA
HUESCA.- Seguro que en más de una ocasión han estado conectados al ordenador y han recibido una pequeña descarga o, incluso, manejando, por ejemplo, una maquinilla de afeitar. Algo que ya explicó el doctor Daniel Reid, experto en Medicina y filosofía tradicional china, quien insistió en su obra "El tao de la salud, el sexo y la buena vida" sobre los efectos negativos que tienen las cargas eléctricas y la radiación constante, causando transtornos físicos y mentales. Una preocupación que, sumada a la inquietud y experiencia del diseñador industrial barbastrense Juan Manuel Cobos y del profesor de Nuevas Tecnologías y asesor del Centro de Profesores y Recursos (CPR) de Monzón, Claudio Barrabés, dio como resultado una zapatilla para ir por casa que ayuda a eliminar las energías electroestáticas y electromagnéticas.
Un proyecto fruto de dos años de trabajo que hace pocos días ha comenzado a venderse por Internet (www.zbyte.eu) y que está en el mercado gracias a la apuesta de un fabricante alicantino, Calzados Aranza. Pronto podrá estar disponible en establecimientos oscenses y en un futuro podría sumarse a un importe socio vinculado al mundo de las nuevas tecnologías para sus distribución. Según como responda el mercado, el diseño podría ampliarse a calzado urbano o para el puesto de trabajo. "Si encaja -comenta este joven diseñador-, sí que haremos la siguientes tandas pero, claro, es una inversión muchísimo mayor, ya que requiere un tratamiento de pieles y del tejido, gasto de material y del tratamiento. Lo primero lo tenemos, pero no es lo mismo producir una zapatilla que un zapato de calle".
De momento, esperan a ver los resultados de la que han bautizado como la primera zapatilla creada para navegar por Internet, disponible en una amplia variedad de colores y tallajes. Hicieron esta asociación, según explica Cobos, además por el márketing, porque "el ordenador es el referente de información, para trabajar, ocio, redes sociales... y tiene las cargas electroestáticas más negativas, tanto pantallas como CPU".
FUNCIONAL, CÓMODA Y PRECIO ADECUADO
Su precio, 29,95 euros, asegura uno de sus creadores, Juan Manuel Cobos, responde al desarro llo tecnológico y la inversión, "bastante considerable", realizada en este tiempo, ya que desde la concepción del hilo a los plásticos tienen un tratamiento ionizado, con materiales traídos de Alemania y Francia que garantizan su seguridad y, ante todo, comodidad. "El fabricante -que corrió con los gastos- hizo mucho hincapié en añadir una suela de ocho milímetros de látex especial", para que, además de funcional, la zapatilla resultara confortable.
Aparte, este diseño tiene detrás un trabajo de campo, realizado con un grupo de personas en un "ciber", a las que se les pidió que usaran las zapatillas mientras se conectaban a la red. En este análisis postural prestaron atención al modo en que los internautas se sentaban frente al ordenador. Esa posición siempre tendía a una ligera flexión, con lo que mejoraron y ampliaron la superficie para asegurar en todo momento "un contacto para eliminar las malas energías que genera el ordenador" y conectar al usuario con las energías positivas de la tierra.
Lo más llamativo, comenta Cobos, es que a ninguno de ellos se las mencionó el posible "efecto placebo" del uso y comprobaron que a unos cuantos, habituados a estar todo el día delante de una pantalla y aquejados por dolores de cabeza, desaparecía el malestar. Un ejemplo de lo que decía Reid en su obra y respaldado por el Catedrático de Educación Física de la Universidad de Lérida, Paco Lagardera.
Posteriormente, la zapatilla superó correctamente un test con 62 pruebas del Instituto Tecnológico de Calzado y Conexas (Inescop), única institución que certifica la capacidad conductora y que comprueba que el tratamiento de los materiales funciona, probando, por ejemplo, las corrientes que pasan por el cuerpo de una persona. "No es una zapatilla convencional -señala Cobos- y los parámetros generales que se utilizan en una zapatilla normal ya están estipulados y los baremos son más amplios". Y contar con este sello, recalca, "es un certificado de garantía".
Dos altoaragoneses han creado este calzado para el hogar que aisla de las cargas eléctricas
La superficie de la zapatilla se ha diseñado teniendo en cuenta las porturas delante del ordenador. | P. SEGURA
HUESCA.- Seguro que en más de una ocasión han estado conectados al ordenador y han recibido una pequeña descarga o, incluso, manejando, por ejemplo, una maquinilla de afeitar. Algo que ya explicó el doctor Daniel Reid, experto en Medicina y filosofía tradicional china, quien insistió en su obra "El tao de la salud, el sexo y la buena vida" sobre los efectos negativos que tienen las cargas eléctricas y la radiación constante, causando transtornos físicos y mentales. Una preocupación que, sumada a la inquietud y experiencia del diseñador industrial barbastrense Juan Manuel Cobos y del profesor de Nuevas Tecnologías y asesor del Centro de Profesores y Recursos (CPR) de Monzón, Claudio Barrabés, dio como resultado una zapatilla para ir por casa que ayuda a eliminar las energías electroestáticas y electromagnéticas.
Un proyecto fruto de dos años de trabajo que hace pocos días ha comenzado a venderse por Internet (www.zbyte.eu) y que está en el mercado gracias a la apuesta de un fabricante alicantino, Calzados Aranza. Pronto podrá estar disponible en establecimientos oscenses y en un futuro podría sumarse a un importe socio vinculado al mundo de las nuevas tecnologías para sus distribución. Según como responda el mercado, el diseño podría ampliarse a calzado urbano o para el puesto de trabajo. "Si encaja -comenta este joven diseñador-, sí que haremos la siguientes tandas pero, claro, es una inversión muchísimo mayor, ya que requiere un tratamiento de pieles y del tejido, gasto de material y del tratamiento. Lo primero lo tenemos, pero no es lo mismo producir una zapatilla que un zapato de calle".
De momento, esperan a ver los resultados de la que han bautizado como la primera zapatilla creada para navegar por Internet, disponible en una amplia variedad de colores y tallajes. Hicieron esta asociación, según explica Cobos, además por el márketing, porque "el ordenador es el referente de información, para trabajar, ocio, redes sociales... y tiene las cargas electroestáticas más negativas, tanto pantallas como CPU".
FUNCIONAL, CÓMODA Y PRECIO ADECUADO
Su precio, 29,95 euros, asegura uno de sus creadores, Juan Manuel Cobos, responde al desarro llo tecnológico y la inversión, "bastante considerable", realizada en este tiempo, ya que desde la concepción del hilo a los plásticos tienen un tratamiento ionizado, con materiales traídos de Alemania y Francia que garantizan su seguridad y, ante todo, comodidad. "El fabricante -que corrió con los gastos- hizo mucho hincapié en añadir una suela de ocho milímetros de látex especial", para que, además de funcional, la zapatilla resultara confortable.
Aparte, este diseño tiene detrás un trabajo de campo, realizado con un grupo de personas en un "ciber", a las que se les pidió que usaran las zapatillas mientras se conectaban a la red. En este análisis postural prestaron atención al modo en que los internautas se sentaban frente al ordenador. Esa posición siempre tendía a una ligera flexión, con lo que mejoraron y ampliaron la superficie para asegurar en todo momento "un contacto para eliminar las malas energías que genera el ordenador" y conectar al usuario con las energías positivas de la tierra.
Lo más llamativo, comenta Cobos, es que a ninguno de ellos se las mencionó el posible "efecto placebo" del uso y comprobaron que a unos cuantos, habituados a estar todo el día delante de una pantalla y aquejados por dolores de cabeza, desaparecía el malestar. Un ejemplo de lo que decía Reid en su obra y respaldado por el Catedrático de Educación Física de la Universidad de Lérida, Paco Lagardera.
Posteriormente, la zapatilla superó correctamente un test con 62 pruebas del Instituto Tecnológico de Calzado y Conexas (Inescop), única institución que certifica la capacidad conductora y que comprueba que el tratamiento de los materiales funciona, probando, por ejemplo, las corrientes que pasan por el cuerpo de una persona. "No es una zapatilla convencional -señala Cobos- y los parámetros generales que se utilizan en una zapatilla normal ya están estipulados y los baremos son más amplios". Y contar con este sello, recalca, "es un certificado de garantía".
