La mafia china financiaba a empresarios españoles
Dos grupos, uno de origen hebreo con base en Madrid y otro en Barcelona, ayudaban a la trama a blanquear y sacar entre 200 y 300 millones al año
CRUZ MORCILLO/PABLO MUÑOZ / MADRID
Día 19/10/2012 - 16.54hLa «operación Emperador» contra la mafia china puesta en marcha ayer en distintos puntos de España es, sin duda, la más importante de cuantas se han realizado en Europa contra estas organizaciones. No solo ha puesto al descubierto las enormes cantidades de dinero que blanqueaban estos grupos -entre 200 y 300 millones al año, según datos del fiscal jefe Anticorrución, Antonio Salinas-, sino también las peligrosas relaciones que mantenían con empresarios españoles, a los que financiaban al margen de los circuitos legales.
Casi 500 policías -el peso de la investigación lo ha llevado la UDYCO Central y la UDEF de la Comisaría General de Policía Judicial- y medio centenar de agentes de Vigilancia Aduanera realizaron ayer más de 80 detenciones (había solicitadas 110) y 124 entradas y registros. Los objetivos estaban en distintos puntos de Madrid, Barcelona, Alicante, Murcia, Guipúzcoa, Málaga y Zamora, si bien fue el polígono industrial de Cobo Calleja en Fuenlabrada (Madrid) el epicentro de la operación.
Hay casi 400 cuentas bloqueadas y 200 vehículos intervenidos
Al margen de las espectaculares cifras -hay casi 400 cuentas bloqueadas, entre personas físicas y sociedades y 200 vehículos intervenidos-, la operación «Emperador» ha demostrado que empresarios españoles se financiaban a través de estos grupos criminales y por tanto de forma opaca para el Estado, a través del sistema de compensación. Estos industriales tienen parte de su patrimonio fuera de España, en paraísos fiscales, y si quieren disponer de él en nuestro país tendrían que declararlo a Hacienda. Para evitarlo, se ponían en contacto con los intermediarios de los grupos mafiosos, que les ponían a su disposición el dinero en efectivo solicitado. Luego, se realizaban los correspondientes envíos de dinero, con el corretaje convenido por el «trabajo», desde las citadas cuentas hasta el banco de China con el que trabajan los jefes del grupo desmantelado. Hay que precisar que el dinero pedido por los españoles no tenía por qué estar destinado a mantener su actividad laboral, sino para seguir con su importante nivel de vida.
El dinero que las redes chinas ponían a disposición de los empresarios procedía del resto de sus actividades: contrabando, extorsión, cobro de deudas o inmigración ilegal, entre otros.
Relevo en la oficina
Resulta muy relevante en la operación el desmantelamiento de dos grupos que, por una parte, ayudaban a la trama a blanquear -una de las modalidades era la anteriormente descrita- y a sacar dinero de España, por otra. Uno de ellos tenía su base de operaciones en Barcelona, mientras que el otro, cuyos cabecillas son de origen hebreo, actuaba desde Madrid.
En cuanto al de la Ciudad Condal, estaba dirigido por Rafael Pallardo, que trabajaba en su oficina con la segunda de las personas relevantes de esta célula, su secretaria María José Jordá, hermana del actor porno Nacho Vidal, que estaba haciéndose con las riendas. Ambos se encagaban de recoger el dinero de los chinos -tenían relaciones con la organización liderada por Gao Ping- y enviarlo luego a su país. A cambio, se quedaban con un porcentaje de cada operación, que podía llegar al 4 por ciento.
Las operaciones en Barcelona las dirigía Rafael Pallardo
La segunda célula de blanqueo estaba liderada por Malka Mamman Levy y Mesod Muyak Pinto, alias «el Abuelo», éste con domicilio en Barcelona, que tenían recursos suficientes para lavar entre 300.000 y 400.000 euros a la semana. Este grupo trabajaba no solo para chinos sino para otros grupos organizados. Uno de sus cabecillas, Isaac Cohen, fue arrestado en Torremolinos.
La salida ilegal del dinero de España hacia China se hacía, además de mediante la compensación, de otras dos formas fundamentalmente: la primera, de forma física, en maletas, furgonetas, trenes o cualquier medio de transporte. El volumen de dinero que movían era tal que no les importaba que cada cierto tiempo hubiera «caídas» de sus correos.
La segunda se basaba en transferencias bancarias -en muchas ocasiones camufladas de remesas de inmigrantes-, que finalmente acababan en cuentas controladas por Gao Ping en su país. Incluso habían creado su propias agencias para transferir.
Dos grupos, uno de origen hebreo con base en Madrid y otro en Barcelona, ayudaban a la trama a blanquear y sacar entre 200 y 300 millones al año
CRUZ MORCILLO/PABLO MUÑOZ / MADRID
Día 19/10/2012 - 16.54hLa «operación Emperador» contra la mafia china puesta en marcha ayer en distintos puntos de España es, sin duda, la más importante de cuantas se han realizado en Europa contra estas organizaciones. No solo ha puesto al descubierto las enormes cantidades de dinero que blanqueaban estos grupos -entre 200 y 300 millones al año, según datos del fiscal jefe Anticorrución, Antonio Salinas-, sino también las peligrosas relaciones que mantenían con empresarios españoles, a los que financiaban al margen de los circuitos legales.
Casi 500 policías -el peso de la investigación lo ha llevado la UDYCO Central y la UDEF de la Comisaría General de Policía Judicial- y medio centenar de agentes de Vigilancia Aduanera realizaron ayer más de 80 detenciones (había solicitadas 110) y 124 entradas y registros. Los objetivos estaban en distintos puntos de Madrid, Barcelona, Alicante, Murcia, Guipúzcoa, Málaga y Zamora, si bien fue el polígono industrial de Cobo Calleja en Fuenlabrada (Madrid) el epicentro de la operación.
Hay casi 400 cuentas bloqueadas y 200 vehículos intervenidos
Al margen de las espectaculares cifras -hay casi 400 cuentas bloqueadas, entre personas físicas y sociedades y 200 vehículos intervenidos-, la operación «Emperador» ha demostrado que empresarios españoles se financiaban a través de estos grupos criminales y por tanto de forma opaca para el Estado, a través del sistema de compensación. Estos industriales tienen parte de su patrimonio fuera de España, en paraísos fiscales, y si quieren disponer de él en nuestro país tendrían que declararlo a Hacienda. Para evitarlo, se ponían en contacto con los intermediarios de los grupos mafiosos, que les ponían a su disposición el dinero en efectivo solicitado. Luego, se realizaban los correspondientes envíos de dinero, con el corretaje convenido por el «trabajo», desde las citadas cuentas hasta el banco de China con el que trabajan los jefes del grupo desmantelado. Hay que precisar que el dinero pedido por los españoles no tenía por qué estar destinado a mantener su actividad laboral, sino para seguir con su importante nivel de vida.
El dinero que las redes chinas ponían a disposición de los empresarios procedía del resto de sus actividades: contrabando, extorsión, cobro de deudas o inmigración ilegal, entre otros.
Relevo en la oficina
Resulta muy relevante en la operación el desmantelamiento de dos grupos que, por una parte, ayudaban a la trama a blanquear -una de las modalidades era la anteriormente descrita- y a sacar dinero de España, por otra. Uno de ellos tenía su base de operaciones en Barcelona, mientras que el otro, cuyos cabecillas son de origen hebreo, actuaba desde Madrid.
En cuanto al de la Ciudad Condal, estaba dirigido por Rafael Pallardo, que trabajaba en su oficina con la segunda de las personas relevantes de esta célula, su secretaria María José Jordá, hermana del actor porno Nacho Vidal, que estaba haciéndose con las riendas. Ambos se encagaban de recoger el dinero de los chinos -tenían relaciones con la organización liderada por Gao Ping- y enviarlo luego a su país. A cambio, se quedaban con un porcentaje de cada operación, que podía llegar al 4 por ciento.
Las operaciones en Barcelona las dirigía Rafael Pallardo
La segunda célula de blanqueo estaba liderada por Malka Mamman Levy y Mesod Muyak Pinto, alias «el Abuelo», éste con domicilio en Barcelona, que tenían recursos suficientes para lavar entre 300.000 y 400.000 euros a la semana. Este grupo trabajaba no solo para chinos sino para otros grupos organizados. Uno de sus cabecillas, Isaac Cohen, fue arrestado en Torremolinos.
La salida ilegal del dinero de España hacia China se hacía, además de mediante la compensación, de otras dos formas fundamentalmente: la primera, de forma física, en maletas, furgonetas, trenes o cualquier medio de transporte. El volumen de dinero que movían era tal que no les importaba que cada cierto tiempo hubiera «caídas» de sus correos.
La segunda se basaba en transferencias bancarias -en muchas ocasiones camufladas de remesas de inmigrantes-, que finalmente acababan en cuentas controladas por Gao Ping en su país. Incluso habían creado su propias agencias para transferir.