Alarma en Prisiones. Dos presos de la cárcel de alta seguridad de Topas se fugaron de su celda y grabaron un paseo nocturno por los pasillos.
‘El duende’ y ‘Carlitos’. Dos reclusos de la prisión de Topas, en Salamanca, salen de su celda en plena noche y, con un dispositivo móvil, graban lo que ven. El incidente, considerado “muy grave”, está siendo investigado por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.
En las imágenes (que puede ver al final de la información) se observa a un recluso que coge una cámara y graba en el interior de su celda. “Mira, Topas”, se le escucha. Sacando el brazo por la ventana, muestra la torre de vigilancia del centro penitenciario y los módulos cinco y seis.
“Aquí, el chavolito”. Y el recluso enseña su celda. Tiene una pantalla de televisión encendida y, de fondo, se escucha música flamenca. El preso, apodado ‘El duende’, presenta incluso ante la cámara a su compañero, Carlitos, y se graba a sí mismo.
Acto seguido, ambos internos comentan: “Ahora vamos a ver cómo vamos a abrir la puerta”. Apagan la luz de la celda y, a continuación, aparecen ya en el exterior de la misma. Concretamente, en la galería de su módulo. Ambos se dirigen hacia una zona separada con rejas donde se sitúan los funcionarios. No hay ninguno.
Con varios movimientos de cámara, enseñan la zona donde normalmente se sitúan los funcionarios de la prisión. Y comentan: “Una cárcel de alta seguridad y aquí estamos”.
Abierta una investigación
Ambos reclusos cuidan todos los detalles para no ser vistos. Incluso, han tapado el ángulo de la cámara con papeles para evitar que les descubran.
Según ha podido saber El Confidencial Digital, Instituciones Penitenciaras ha abierto una investigación para tratar de averiguar qué es lo que ocurrió esa noche. “Es algo totalmente excepcional, muy extraño, y se va a investigar”, afirman.
Las fuentes consultadas explican que es prácticamente imposible que los presos puedan abrir la puerta desde dentro: “Funcionan con un sistema eléctrico y no pueden ser forzadas”. La investigación, por tanto, se centra en dos líneas principales:
-- Que hubiera un fallo del sistema eléctrico. En este caso, habría que revisar la instalación.
-- Que se produjera un error humano por parte de los funcionarios. “Si el cierre automático funciona, el error tuvo que ser de los funcionarios de prisiones”, aseguran.
Un veterano funcionario de la prisión de Topas ha explicado a ECD que, prácticamente desde la apertura de la cárcel, ha habido problemas con el cierre de las celdas.
Para los casos como este, el protocolo de Instituciones Penitenciarias contempla que los internos sean ingresados en el módulo de aislamiento.
‘El duende’ y ‘Carlitos’. Dos reclusos de la prisión de Topas, en Salamanca, salen de su celda en plena noche y, con un dispositivo móvil, graban lo que ven. El incidente, considerado “muy grave”, está siendo investigado por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.
En las imágenes (que puede ver al final de la información) se observa a un recluso que coge una cámara y graba en el interior de su celda. “Mira, Topas”, se le escucha. Sacando el brazo por la ventana, muestra la torre de vigilancia del centro penitenciario y los módulos cinco y seis.
“Aquí, el chavolito”. Y el recluso enseña su celda. Tiene una pantalla de televisión encendida y, de fondo, se escucha música flamenca. El preso, apodado ‘El duende’, presenta incluso ante la cámara a su compañero, Carlitos, y se graba a sí mismo.
Acto seguido, ambos internos comentan: “Ahora vamos a ver cómo vamos a abrir la puerta”. Apagan la luz de la celda y, a continuación, aparecen ya en el exterior de la misma. Concretamente, en la galería de su módulo. Ambos se dirigen hacia una zona separada con rejas donde se sitúan los funcionarios. No hay ninguno.
Con varios movimientos de cámara, enseñan la zona donde normalmente se sitúan los funcionarios de la prisión. Y comentan: “Una cárcel de alta seguridad y aquí estamos”.
Abierta una investigación
Ambos reclusos cuidan todos los detalles para no ser vistos. Incluso, han tapado el ángulo de la cámara con papeles para evitar que les descubran.
Según ha podido saber El Confidencial Digital, Instituciones Penitenciaras ha abierto una investigación para tratar de averiguar qué es lo que ocurrió esa noche. “Es algo totalmente excepcional, muy extraño, y se va a investigar”, afirman.
Las fuentes consultadas explican que es prácticamente imposible que los presos puedan abrir la puerta desde dentro: “Funcionan con un sistema eléctrico y no pueden ser forzadas”. La investigación, por tanto, se centra en dos líneas principales:
-- Que hubiera un fallo del sistema eléctrico. En este caso, habría que revisar la instalación.
-- Que se produjera un error humano por parte de los funcionarios. “Si el cierre automático funciona, el error tuvo que ser de los funcionarios de prisiones”, aseguran.
Un veterano funcionario de la prisión de Topas ha explicado a ECD que, prácticamente desde la apertura de la cárcel, ha habido problemas con el cierre de las celdas.
Para los casos como este, el protocolo de Instituciones Penitenciarias contempla que los internos sean ingresados en el módulo de aislamiento.