Dos policías de Castelldefels, el sargento Víctor E. G. y el agente Alberto M. C., han sido procesados por lanzar una granada de aturdimiento contra un supuesto moroso. Los hechos, ocurridos el pasado 4 de noviembre de 2008, destrozaron el testículo derecho y el 75% del izquierdo de José Antonio Coscolín Mellado, el presunto delincuente.

Al parecer, los Mossos d'Esquadra se disponían a entrar en el domicilio de los sospechosos, cuando determinaron que era una operación demasiado peligrosa y reclamaron la intervención del Grupo Especial de Intervención (GEI) - una unidad de élite que actúa en operaciones de alto riesgo-, del cual ambos procesados son miembros.

Éstos, al llegar al lugar indicado, prefirieron asaltar a los sospechosos en su propio coche, ya en la vía pública, y para ello utilizaron una granada de aturdimiento. Según el auto judicial, el sargento ‘decidió incluir entre el material de intervención (...) un artefacto o granada pese a que su uso está previsto para situaciones tales como entradas a domicilio y motines penitenciarios'.

Además, tal y como indica el informe pericial, el uso del explosivo está muy limitado, y nunca se debe usar contra personas, aún menos en un sitio cerrado, porque igual que en este caso, puede ocasionar lesiones graves.

La granada fue a parar directamente a la entrepierna de la víctima que ‘se dispuso a retirarlo en el mismo momento en que deflagró', según la titular del juzgado de instrucción número 7 de Gavà, pero sin conseguir su objetivo, perdiendo prácticamente sus genitales.

La acusación particular, ejercida por la abogada Susana Sánchez, pedirá la cárcel para los dos Mossos d'Esquadra por un delito contra la integridad moral, uno de lesiones y otro de abuso de autoridad.


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