ETA lleva ante el juez a 15 agentes que evitaron la matanza de Azca
El fiscal pide cárcel para cuatro guardias civiles por supuestas torturas a los asesinos de la T-4
S. N. / SAN SEBASTIÁN
Día 23/10/2010
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POOL
Portu y Sarasola durante el juicio en el que fueron condenados.
Quince guardias civiles que participaron en la detención, traslado y custodia de dos de los autores del atentado de la T-4 de Barajas, Igor Portu y Mattin Sarasola, serán juzgados a partir del lunes en San Sebastián, acusados de un supuesto delito de torturas a ambos etarras, que el pasado mes de mayo fueron condenados por la Audiencia Nacional a 1.040 años de prisión. La Fiscalía de Guipúzcoa reclama tres años de cárcel para dos de los encausados (un sargento y un cabo) y dos años para otros dos (un cabo y un guardia); imputa faltas de lesiones a otros seis agentes, para los que pide diez días de localización permanente, y no ve indicios de delito en los cinco restantes. La detención de los dos terroristas tuvo lugar en Mondragón (Guipúzcoa) el 6 de enero de 2008, un año después del atentado de Barajas que segó la vida de los dos ciudadanos ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio y que frustró el último proceso de negociación con la banda. Con el arresto de los asesinos Portu y Sarasola, estos miembros de la Guardia Civil evitaron sendas matanzas, en el complejo comercial Azca, de Madrid, y en una urbanización turística de Castellón.
En su escrito de acusación, el Ministerio Público ignora la versión de los procesados que, desde un primer momento y respaldados por el propio Ministerio de Interior, mantuvieron que la detención fue violenta, ya que, tras un intento inicial de huida por parte de Portu, los agentes tuvieron que forcejear con contundencia para reducirlo lo antes posible. Ello, porque un grupo de vecinos comenzó a concentrarse en la zona y los guardias no llevaban material antidisturbio para actuar en caso de verse rodeados. Esta versión sostenía que un agente corpulento se dejó caer sobre el etarra lo que explicaría sus numerosas lesiones.
El fiscal, sin embargo, se basa en la declaración de Portu y Sarasola, así como en un testigo presencial que dice que los detenidos fueron golpeados dentro de los vehículos de la Benemérita. Un testigo que resulta ser sobrino del asesino en serie de ETA Jesús María Zabarte Arregi, «Carnicerito de Mondragón». El fiscal obvia también el documento incautado a «Txeroki», que aludía a las «denuncias falsas» presentadas por Sarasola y Portu. Sin embargo, hace un juicio de valor al señalar que los agentes actuaron «conmocionados» por el asesinato, unas semanas antes, de dos compañeros en Capbreton.
Abogado ex etarra
Se da la circunstancia de que durante el juicio a los dos asesinos de la T-4, el fiscal de la Audiencia Nacional, Daniel Campos, no dio credibilidad a las supuestas torturas que esgrimieron. A los dos asesinos les representa el ex etarra Juan Carlos Yoldi.
El fiscal pide cárcel para cuatro guardias civiles por supuestas torturas a los asesinos de la T-4
S. N. / SAN SEBASTIÁN
Día 23/10/2010
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Portu y Sarasola durante el juicio en el que fueron condenados.
Quince guardias civiles que participaron en la detención, traslado y custodia de dos de los autores del atentado de la T-4 de Barajas, Igor Portu y Mattin Sarasola, serán juzgados a partir del lunes en San Sebastián, acusados de un supuesto delito de torturas a ambos etarras, que el pasado mes de mayo fueron condenados por la Audiencia Nacional a 1.040 años de prisión. La Fiscalía de Guipúzcoa reclama tres años de cárcel para dos de los encausados (un sargento y un cabo) y dos años para otros dos (un cabo y un guardia); imputa faltas de lesiones a otros seis agentes, para los que pide diez días de localización permanente, y no ve indicios de delito en los cinco restantes. La detención de los dos terroristas tuvo lugar en Mondragón (Guipúzcoa) el 6 de enero de 2008, un año después del atentado de Barajas que segó la vida de los dos ciudadanos ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio y que frustró el último proceso de negociación con la banda. Con el arresto de los asesinos Portu y Sarasola, estos miembros de la Guardia Civil evitaron sendas matanzas, en el complejo comercial Azca, de Madrid, y en una urbanización turística de Castellón.
En su escrito de acusación, el Ministerio Público ignora la versión de los procesados que, desde un primer momento y respaldados por el propio Ministerio de Interior, mantuvieron que la detención fue violenta, ya que, tras un intento inicial de huida por parte de Portu, los agentes tuvieron que forcejear con contundencia para reducirlo lo antes posible. Ello, porque un grupo de vecinos comenzó a concentrarse en la zona y los guardias no llevaban material antidisturbio para actuar en caso de verse rodeados. Esta versión sostenía que un agente corpulento se dejó caer sobre el etarra lo que explicaría sus numerosas lesiones.
El fiscal, sin embargo, se basa en la declaración de Portu y Sarasola, así como en un testigo presencial que dice que los detenidos fueron golpeados dentro de los vehículos de la Benemérita. Un testigo que resulta ser sobrino del asesino en serie de ETA Jesús María Zabarte Arregi, «Carnicerito de Mondragón». El fiscal obvia también el documento incautado a «Txeroki», que aludía a las «denuncias falsas» presentadas por Sarasola y Portu. Sin embargo, hace un juicio de valor al señalar que los agentes actuaron «conmocionados» por el asesinato, unas semanas antes, de dos compañeros en Capbreton.
Abogado ex etarra
Se da la circunstancia de que durante el juicio a los dos asesinos de la T-4, el fiscal de la Audiencia Nacional, Daniel Campos, no dio credibilidad a las supuestas torturas que esgrimieron. A los dos asesinos les representa el ex etarra Juan Carlos Yoldi.