La gran mayoría de sus artículos carecían de etiquetado y eran de origen rumano.
Desde bollería industrial y carnes enlatadas hasta bebidas refrescantes. Todo estaría en regla si no fuera porque ninguno de los productos cumplían los requisitos sanitarios ni tenían el etiquetado en regla, sino que era el de su lugar de origen, Rumania. Por este motivo el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de La Puebla del Río formuló tres denuncias contra los dueños de dos tiendas de ultramarinos, ubicadas en Villamanrique de la Condesa, que habían cometido infracciones administrativas vinculadas al incumplimiento de las normas sanitarias.
El Seprona señaló que la patrulla de La Puebla del Río tenía fundadas sospechas de que, en varias tiendas de Villamanrique de la Condesa se podría estar vendiendo alimentos destinados al consumo sin contar con las mínimas condiciones sanitarias.
De esta forma, la Guardia Civil del municipio, prestando apoyo a sus compañeros del Seprona, procedió a realizar la inspección a dos establecimientos del ramo de la alimentación, regentados ambos por ciudadanos comunitarios no españoles. Cuál es la sorpresa que al comprobar su contenido detectan que se expone para su venta alimentos de todo tipo procedentes, en su mayoría, del país de los denunciados. Las cantidad exacta no ha trascendido, pero fuentes del Instituto Armado aseguran que "es importante" y, de hecho, ocupaba casi la totalidad de las dos tiendas,
Tras la inspección, los agentes comprobaron que se incumplía el Real Decreto 1334/99 sobre el régimen de etiquetado, por lo que se intervino alimentos de todo tipo, entre los que destacan sobremanera bollería industrial, carnes enlatadas y bebidas refrescantes. Estos productos fueron entregados a la Delegación Provincial de Salud y Consumo de Sevilla para que se hicieran ellos cargo de la investigación.
Sin embargo, no fue la única irregularidad que detectaron los agentes de la Guardia Civil. También comprobaron que una de las tiendas carecía de la correspondiente licencia municipal de Actividad. Por estos motivos se elevaron un total de tres denuncias contra los responsables de los mencionados establecimientos.
El último caso que se dio a conocer en la provincia tuvo lugar a finales de noviembre en Écija, donde se descubrió que el dueño de un establecimiento falsificaba el etiquetado de sus productos y ofrecía a sus clientes alimentos de uso habitual que estaban caducados, como papillas de bebés, cereales, queso fresco o chocolate.
http://www.elcorreoweb.es/sevilla/provincia/120418/guardia/civil/halla/tiendas/alimentos/ilegales
Desde bollería industrial y carnes enlatadas hasta bebidas refrescantes. Todo estaría en regla si no fuera porque ninguno de los productos cumplían los requisitos sanitarios ni tenían el etiquetado en regla, sino que era el de su lugar de origen, Rumania. Por este motivo el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de La Puebla del Río formuló tres denuncias contra los dueños de dos tiendas de ultramarinos, ubicadas en Villamanrique de la Condesa, que habían cometido infracciones administrativas vinculadas al incumplimiento de las normas sanitarias.
El Seprona señaló que la patrulla de La Puebla del Río tenía fundadas sospechas de que, en varias tiendas de Villamanrique de la Condesa se podría estar vendiendo alimentos destinados al consumo sin contar con las mínimas condiciones sanitarias.
De esta forma, la Guardia Civil del municipio, prestando apoyo a sus compañeros del Seprona, procedió a realizar la inspección a dos establecimientos del ramo de la alimentación, regentados ambos por ciudadanos comunitarios no españoles. Cuál es la sorpresa que al comprobar su contenido detectan que se expone para su venta alimentos de todo tipo procedentes, en su mayoría, del país de los denunciados. Las cantidad exacta no ha trascendido, pero fuentes del Instituto Armado aseguran que "es importante" y, de hecho, ocupaba casi la totalidad de las dos tiendas,
Tras la inspección, los agentes comprobaron que se incumplía el Real Decreto 1334/99 sobre el régimen de etiquetado, por lo que se intervino alimentos de todo tipo, entre los que destacan sobremanera bollería industrial, carnes enlatadas y bebidas refrescantes. Estos productos fueron entregados a la Delegación Provincial de Salud y Consumo de Sevilla para que se hicieran ellos cargo de la investigación.
Sin embargo, no fue la única irregularidad que detectaron los agentes de la Guardia Civil. También comprobaron que una de las tiendas carecía de la correspondiente licencia municipal de Actividad. Por estos motivos se elevaron un total de tres denuncias contra los responsables de los mencionados establecimientos.
El último caso que se dio a conocer en la provincia tuvo lugar a finales de noviembre en Écija, donde se descubrió que el dueño de un establecimiento falsificaba el etiquetado de sus productos y ofrecía a sus clientes alimentos de uso habitual que estaban caducados, como papillas de bebés, cereales, queso fresco o chocolate.
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