Un comunicado ahora tendría escaso eco informativo / La opinión pública exigiría al Gobierno la misma firmeza que con la crisis aérea
ETA revisa su estrategia ante el Estado de Alarma
El interés informativo que ha suscitado la huelga de controladores, el caos producido en los aeropuertos y la declaración del Estado de Alarma, podrían haber trastocado los planes que tenía ETA sobre la emisión de comunicados en los próximos días, según han informado a LA RAZÓN expertos antiterroristas. Salvo que el texto esté ya en el «canal», que tarda algunos días y que termina invariablemente en el diario «Gara».
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Desde su última entrevista en «Gara», el pasado 26 de septiembre, se espera un comunicado de la banda
6 Diciembre 10 - Madrid - J. M. Zuloaga
Imagen de autoridad
A este factor, hay que añadir la imagen de autoridad con la que ha salido el Gobierno de la crisis, en especial el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que es «el miembro del Ejecutivo que más concierne a la banda criminal», agregaron.
El citado diario no tardó un minuto en insertar en su página web, de forma destacada, las declaraciones efectuadas ayer por Rubalcaba en Onda Cero, en las que advertía que «quien echa un pulso al Estado, pierde»
Desde la última entrevista publicada por ETA en «Gara», el pasado 26 de septiembre, se espera un nuevo comunicado, cuyo contenido, lógicamente, se desconoce, pero del que el Gobierno y los partidos democráticos esperan muy poco. La disolución de la organización criminal, sin ningún tipo de exigencias políticas a cambio, única opción que podría ser considerada en estos momentos, parece totalmente descartada.
Algunas informaciones apuntaban a que la banda podría hacer algún tipo de anuncio o comunicación durante este puente, en el que se celebra el aniversario de la Constitución, cuyo marco legal no es aceptado por los terroristas, aunque su brazo político esté preparando la quinta escenificación de un «partido legal» que respete la legislación vigente.
Si los terroristas hicieran público un comunicado ahora, la repercusión informativa sería prácticamente nula. El interés de los ciudadanos está centrado en las consecuencias de la huelga.
A lo largo de su siniestra historia, ETA se ha caracterizado por intentar «echar pulsos» al Gobierno de turno, algo que, en un plano laboral y reivindicativo, ajeno por completo al terrorismo, han protagonizado los controladores.
Respuesta contundente
La contundente respuesta del Ejecutivo es algo que, en cualquier caso, ha perjudicado a los planes de los etarras.
Intentan, según las mismas fuentes, jugar con la debilidad de un gabinete, que en muchos asuntos (no precisamente en la lucha antiterrorista) parece transitar sin brújula ni destino definido, y al que no le vendría mal un gesto de la banda que pudiera hacer pensar a los ciudadanos que el problema entra, por fin, en vías de solución.
Se trataría, como siempre, de un engaño, porque ETA no se ha planteado su desaparición. De hecho, continúa con el robo de dinero a los empresarios y, según reveló recientemente el presidente del Gobierno vasco, Patxi López, con seguimientos a personas contra las que podrían atentar cuando les interese.
Sin embargo, los acontecimientos han jugado esta vez en su contra. La firmeza esgrimida por el Ejecutivo, con la Constitución en la mano, contra los controladores, nunca puede ser menor ante un chantaje, aunque los pistoleros lo vistan con ropajes de pacificación y diálogo. El Estado de Alarma también es para ETA.
ETA revisa su estrategia ante el Estado de Alarma
El interés informativo que ha suscitado la huelga de controladores, el caos producido en los aeropuertos y la declaración del Estado de Alarma, podrían haber trastocado los planes que tenía ETA sobre la emisión de comunicados en los próximos días, según han informado a LA RAZÓN expertos antiterroristas. Salvo que el texto esté ya en el «canal», que tarda algunos días y que termina invariablemente en el diario «Gara».
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Desde su última entrevista en «Gara», el pasado 26 de septiembre, se espera un comunicado de la banda
6 Diciembre 10 - Madrid - J. M. Zuloaga
Imagen de autoridad
A este factor, hay que añadir la imagen de autoridad con la que ha salido el Gobierno de la crisis, en especial el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que es «el miembro del Ejecutivo que más concierne a la banda criminal», agregaron.
El citado diario no tardó un minuto en insertar en su página web, de forma destacada, las declaraciones efectuadas ayer por Rubalcaba en Onda Cero, en las que advertía que «quien echa un pulso al Estado, pierde»
Desde la última entrevista publicada por ETA en «Gara», el pasado 26 de septiembre, se espera un nuevo comunicado, cuyo contenido, lógicamente, se desconoce, pero del que el Gobierno y los partidos democráticos esperan muy poco. La disolución de la organización criminal, sin ningún tipo de exigencias políticas a cambio, única opción que podría ser considerada en estos momentos, parece totalmente descartada.
Algunas informaciones apuntaban a que la banda podría hacer algún tipo de anuncio o comunicación durante este puente, en el que se celebra el aniversario de la Constitución, cuyo marco legal no es aceptado por los terroristas, aunque su brazo político esté preparando la quinta escenificación de un «partido legal» que respete la legislación vigente.
Si los terroristas hicieran público un comunicado ahora, la repercusión informativa sería prácticamente nula. El interés de los ciudadanos está centrado en las consecuencias de la huelga.
A lo largo de su siniestra historia, ETA se ha caracterizado por intentar «echar pulsos» al Gobierno de turno, algo que, en un plano laboral y reivindicativo, ajeno por completo al terrorismo, han protagonizado los controladores.
Respuesta contundente
La contundente respuesta del Ejecutivo es algo que, en cualquier caso, ha perjudicado a los planes de los etarras.
Intentan, según las mismas fuentes, jugar con la debilidad de un gabinete, que en muchos asuntos (no precisamente en la lucha antiterrorista) parece transitar sin brújula ni destino definido, y al que no le vendría mal un gesto de la banda que pudiera hacer pensar a los ciudadanos que el problema entra, por fin, en vías de solución.
Se trataría, como siempre, de un engaño, porque ETA no se ha planteado su desaparición. De hecho, continúa con el robo de dinero a los empresarios y, según reveló recientemente el presidente del Gobierno vasco, Patxi López, con seguimientos a personas contra las que podrían atentar cuando les interese.
Sin embargo, los acontecimientos han jugado esta vez en su contra. La firmeza esgrimida por el Ejecutivo, con la Constitución en la mano, contra los controladores, nunca puede ser menor ante un chantaje, aunque los pistoleros lo vistan con ropajes de pacificación y diálogo. El Estado de Alarma también es para ETA.