Una banda asalta una finca y agrede al vigilante con una barra
La sensación de inseguridad y miedo en el campo cordobés es cada vez mayor, ya no sólo porque los robos en fincas y explotaciones agrarias se han incrementado en los últimos meses, sino también por la violencia con la que se están perpetrando.
Según denunció ayer Asaja-Córdoba, el pasado martes por la noche se produjo un nuevo asalto en una explotación olivarera de la Campiña Sur, en la que, además de llevarse diverso y costoso material de trabajo, hirieron a un guardia de seguridad con una barra de hierro en un brazo.
«El propietario ha presentado la denuncia ante la Guardia Civil, pero prefiere permanecer en el anonimato y no decir dónde se encuentra su propiedad, porque se encuentra bajo amenazas de muerte», aseguró el secretario general de la organización agraria en Córdoba, Rafael Navas. Además, no es el único robo que ha sufrido este agricultor, al haber presentado ya «cinco o seis denuncias en los últimos meses».
Robo de maquinaria
Tanto es así, que la presencia del vigilante se explica para controlar la maquinaria agrícola que el hombre mantiene a resguardo en una nave. No obstante, y a pesar de que el guardia tenía una carabina, varios hombres, «probablemente extranjeros, por su acento», según Navas, se presentaron en la finca y le atacaron, quitándole la documentación y el arma.
Acto seguido, uno de ellos le agredió en un brazo con una barra de hierro hasta rompérselo mientras los demás abrían la nave y se dedicaron a extraer diversa maquinaria agrícola usada para la recolección de la aceituna —como vibradoras—, amén de otro material y piezas de hierro que tenía guardadas en el interior.
Sin embargo, saltó el sistema de alarma que el hombre instaló después de haber sido robado en anteriores ocasiones y los malhechores se marcharon no sin antes intimidar al maltrecho vigilante diciéndole que «ellos volverían en otra ocasión y que lo mejor es que él no estuviera allí, porque lo matarían», abundó el secretario general de Asaja-Córdoba.
Para esta patronal agraria, todo esto viene a demostrar «lo abandonado que está el campo cordobés», puesto que apenas sí hay suficientes agentes de la Guardia Civil para cubrir todo el territorio, y esta «no es la única banda que actúa en la provincia», añadió Navas.
El problema, en opinión de Asaja-Córdoba, es la «desidia que se está generando entre los agricultores que han sido asaltados», ya que la falta de resultados para la detención de los ladrones y la recuperación del material está llevando a muchos de ellos a no denunciar, a pesar de que «nosotros seguimos insistiendo en que es algo imprescindible».
www.abc.es/
La sensación de inseguridad y miedo en el campo cordobés es cada vez mayor, ya no sólo porque los robos en fincas y explotaciones agrarias se han incrementado en los últimos meses, sino también por la violencia con la que se están perpetrando.
Según denunció ayer Asaja-Córdoba, el pasado martes por la noche se produjo un nuevo asalto en una explotación olivarera de la Campiña Sur, en la que, además de llevarse diverso y costoso material de trabajo, hirieron a un guardia de seguridad con una barra de hierro en un brazo.
«El propietario ha presentado la denuncia ante la Guardia Civil, pero prefiere permanecer en el anonimato y no decir dónde se encuentra su propiedad, porque se encuentra bajo amenazas de muerte», aseguró el secretario general de la organización agraria en Córdoba, Rafael Navas. Además, no es el único robo que ha sufrido este agricultor, al haber presentado ya «cinco o seis denuncias en los últimos meses».
Robo de maquinaria
Tanto es así, que la presencia del vigilante se explica para controlar la maquinaria agrícola que el hombre mantiene a resguardo en una nave. No obstante, y a pesar de que el guardia tenía una carabina, varios hombres, «probablemente extranjeros, por su acento», según Navas, se presentaron en la finca y le atacaron, quitándole la documentación y el arma.
Acto seguido, uno de ellos le agredió en un brazo con una barra de hierro hasta rompérselo mientras los demás abrían la nave y se dedicaron a extraer diversa maquinaria agrícola usada para la recolección de la aceituna —como vibradoras—, amén de otro material y piezas de hierro que tenía guardadas en el interior.
Sin embargo, saltó el sistema de alarma que el hombre instaló después de haber sido robado en anteriores ocasiones y los malhechores se marcharon no sin antes intimidar al maltrecho vigilante diciéndole que «ellos volverían en otra ocasión y que lo mejor es que él no estuviera allí, porque lo matarían», abundó el secretario general de Asaja-Córdoba.
Para esta patronal agraria, todo esto viene a demostrar «lo abandonado que está el campo cordobés», puesto que apenas sí hay suficientes agentes de la Guardia Civil para cubrir todo el territorio, y esta «no es la única banda que actúa en la provincia», añadió Navas.
El problema, en opinión de Asaja-Córdoba, es la «desidia que se está generando entre los agricultores que han sido asaltados», ya que la falta de resultados para la detención de los ladrones y la recuperación del material está llevando a muchos de ellos a no denunciar, a pesar de que «nosotros seguimos insistiendo en que es algo imprescindible».
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