Al Qaida, la mayor amenaza del terrorismo en la Comunitat
La cantidad de agentes valencianos destinados a detectar miembros de la Yihad supera ya al de los encargados de vigilar a etarras
04.10.10 - 00:29 - J. A. MARRAHÍ | VALENCIA.
ÚLTIMOS ARRESTOS
ENTRE LA YIHAD Y ETA
24 presuntos miembros de Al Qaida han sido arrestados en los últimos cinco años en tierras valencianas. La última detención es la de Faical Errai, arrestado a finales de agosto por reclutar islamistas y coordinar su desplazamiento a países en conflicto.
6 etarras o personas próximas al entorno de ETA han sido capturadas en los últimos cinco años en la Comunitat Valenciana.
Faical Errai. Detenido en Benitatxell a finales de agosto. Está acusado de reclutar yihadistas a través de internet y difundir propaganda al servicio de Al Qaida.
Mohamed Rukhsar. Fue capturado en Valencia en enero del año pasado, durante la 'Operación Cheapest'. Presuntamente financiaba células islamistas.
Kamel Salhi. Arrestado en Alicante en agosto de 2008. Le imputan, igualmente, labores de financiación de yihadistas al servicio de Al Qaida.
Célula en Castellón. Cinco miembros de un grupo afín al islamismo más radical fueron detenidos en junio de 2008. Llevaban una vida aparentemente normal en Burriana y Vila-real.
Alrededor de un 60% de los agentes que integran los Grupos de Información de la Guardia Civil y Policía Nacional en la Comunitat se centra en dos prioridades: Al Qaida y ETA. Sin embargo, en los últimos cinco años, la balanza se ha inclinado sensiblemente hacia la lucha contra la amenaza islamista.
Así lo indicaron fuentes policiales consultadas por LAS PROVINCIAS. Admiten que el esfuerzo en personal y dispositivos de vigilancia a posibles servidores de la Yihad está actualmente «un punto o dos» por encima del destinado a vigilar acciones de ETA. La razón es obvia: la reiterada presencia de sospechosos islamistas en tierras valencianas supera con creces a la de etarras o personas afines al entorno de la organización terrorista.
El goteo es lento, pero continuo. En la última década no ha habido un sólo año en el que no fuera descubierto algún islamista o célula de Al Qaida en tierras valencianas. El arresto a finales de agosto de Faical Errari, un joven árabe perfectamente integrado en Benitatxell, «demuestra que siguen infiltrando colaboradores en aquellos puntos con cierta presencia de inmigración o turismo», entre ellos la Comunitat, reconoce uno de los agentes consultados.
No obstante, el hecho de que la máxima prioridad ahora mismo sea el terrorismo islamista no significa que se esté bajando la guardia con ETA, especialmente en época de verano. «Su renuncia a las armas no nos la creemos», admite un agente de la Policía Nacional. «La experiencia demuestra que hay que estar siempre atentos», recalca el agente. Los Grupos de Información también investigan los delitos que cometen las tribus urbanas o los incendios de vehículos, como ocurre en la ciudad de Valencia.
Pero la razón de priorizar el combate policial contra los más radicales servidores de Alá es obvia. Analizando sólo los últimos cinco años, la presencia de yihadistas en la Comunitat Valenciana cuadriplica a la de etarras. La ratio es abrumadora: 24 frente a 6.
En este punto surge una pregunta inevitable. ¿Por qué no se destinan entonces cuatro veces más medios policiales contra posibles colaboradores de Al Qaida? Así lo explica un agente de la Guardia Civil: «Un islamista detenido en la Comunitat puede estar colaborando a nivel planetario con Al Qaida a través de redes en internet», como en el caso de Benitatxell.
Sin embargo, la presencia de un etarra en cualquier punto de España puede significar intereses de atentar en ese lugar concreto o bien en el territorio nacional. «Digamos que nos afecta más de cerca, el peligro es directo», añade el investigador.
Según fuentes de la lucha antiterrorista, existen dos frentes bien diferenciados a la hora de combatir la complicada y opaca red de Al Qaida. Por un lado es clave el control de internet y de aquellas páginas web que llaman al islamismo más beligerante y radical.
Otro grupo se centra en coordinar las informaciones sobre sospechosos que llegan a través de la colaboración internacional. El arresto del joven Errai, por ejemplo, partió de algunos datos recabados por servicios policiales de Bélgica, Estados Unidos y Francia, destacaron desde Interior. «El germen de una detención aquí puede haber comenzado a miles de kilómetros de distancia», destacan los agentes.
«Encontrar la mecha»
El tercer esfuerzo es el control local. Algunos efectivos se encargan del seguimiento discreto de sospechosos de colaborar con Al Qaida en la Comunitat. Otros, sin embargo, tienen misiones preventivas, es decir vigilar aquellos puntos en los que puedan generarse movimientos radicales: barrios, asociaciones, comercios, locutorios, entornos religiosos... «Se trata, dicho de una manera muy gráfica, de encontrar la mecha de la bomba antes de que prenda».
En las últimas semanas, por ejemplo, los encargados de la lucha antiterrorista permanecieron atentos a cualquier atisbo de radicalidad tras la amenaza del pastor norteamericano Terry Jones, que el 11-S invitó a quemar libros del Corán. «De momento, no se ha detectado nada anormal en la Comunitat en relación con este hecho», destacaron algunos guardias civiles consultados.
Otra razón de que la mayoría de efectivos antiterroristas se centre actualmente en Al Qaida es que investigar el terrorismo de origen árabe es, por naturaleza, más complicado. Requiere un mayor esfuerzo, adaptación y aprendizaje, pues se trata de un movimiento radical que no nace en el mundo occidental.
Las labores de infiltración y espionaje se topan con una barrera: el aspecto físico y el idioma. En este punto está resultando clave la captación de confidentes de origen árabe capaces de colaborar de manera fiel y permanente con la policía, algo que comenzó a potenciarse desde el 11-M. El perfil de Al Qaida en la Comunitat presenta unas características singulares. Salvo excepciones, los islamistas arrestados «no han participado de modo directo en atentados, sino que sirven a la Yihad en labores de falsificación documental, logística, captación de miembros, financiación o desplazamientos», destacan las fuentes consultadas.
En Alicante se han detectado la mayoría de estas células de financiación. Los agentes que luchan contra el terrorismo islamista en esta provincia permanecen especialmente atentos al destino del dinero obtenido por grupos de delincuencia común. Sospechan que capital procedente de la droga, la falsificación documental o la venta de piratería puede acabar en manos de Al Qaida.
La cantidad de agentes valencianos destinados a detectar miembros de la Yihad supera ya al de los encargados de vigilar a etarras
04.10.10 - 00:29 - J. A. MARRAHÍ | VALENCIA.
ÚLTIMOS ARRESTOS
ENTRE LA YIHAD Y ETA
24 presuntos miembros de Al Qaida han sido arrestados en los últimos cinco años en tierras valencianas. La última detención es la de Faical Errai, arrestado a finales de agosto por reclutar islamistas y coordinar su desplazamiento a países en conflicto.
6 etarras o personas próximas al entorno de ETA han sido capturadas en los últimos cinco años en la Comunitat Valenciana.
Faical Errai. Detenido en Benitatxell a finales de agosto. Está acusado de reclutar yihadistas a través de internet y difundir propaganda al servicio de Al Qaida.
Mohamed Rukhsar. Fue capturado en Valencia en enero del año pasado, durante la 'Operación Cheapest'. Presuntamente financiaba células islamistas.
Kamel Salhi. Arrestado en Alicante en agosto de 2008. Le imputan, igualmente, labores de financiación de yihadistas al servicio de Al Qaida.
Célula en Castellón. Cinco miembros de un grupo afín al islamismo más radical fueron detenidos en junio de 2008. Llevaban una vida aparentemente normal en Burriana y Vila-real.
Alrededor de un 60% de los agentes que integran los Grupos de Información de la Guardia Civil y Policía Nacional en la Comunitat se centra en dos prioridades: Al Qaida y ETA. Sin embargo, en los últimos cinco años, la balanza se ha inclinado sensiblemente hacia la lucha contra la amenaza islamista.
Así lo indicaron fuentes policiales consultadas por LAS PROVINCIAS. Admiten que el esfuerzo en personal y dispositivos de vigilancia a posibles servidores de la Yihad está actualmente «un punto o dos» por encima del destinado a vigilar acciones de ETA. La razón es obvia: la reiterada presencia de sospechosos islamistas en tierras valencianas supera con creces a la de etarras o personas afines al entorno de la organización terrorista.
El goteo es lento, pero continuo. En la última década no ha habido un sólo año en el que no fuera descubierto algún islamista o célula de Al Qaida en tierras valencianas. El arresto a finales de agosto de Faical Errari, un joven árabe perfectamente integrado en Benitatxell, «demuestra que siguen infiltrando colaboradores en aquellos puntos con cierta presencia de inmigración o turismo», entre ellos la Comunitat, reconoce uno de los agentes consultados.
No obstante, el hecho de que la máxima prioridad ahora mismo sea el terrorismo islamista no significa que se esté bajando la guardia con ETA, especialmente en época de verano. «Su renuncia a las armas no nos la creemos», admite un agente de la Policía Nacional. «La experiencia demuestra que hay que estar siempre atentos», recalca el agente. Los Grupos de Información también investigan los delitos que cometen las tribus urbanas o los incendios de vehículos, como ocurre en la ciudad de Valencia.
Pero la razón de priorizar el combate policial contra los más radicales servidores de Alá es obvia. Analizando sólo los últimos cinco años, la presencia de yihadistas en la Comunitat Valenciana cuadriplica a la de etarras. La ratio es abrumadora: 24 frente a 6.
En este punto surge una pregunta inevitable. ¿Por qué no se destinan entonces cuatro veces más medios policiales contra posibles colaboradores de Al Qaida? Así lo explica un agente de la Guardia Civil: «Un islamista detenido en la Comunitat puede estar colaborando a nivel planetario con Al Qaida a través de redes en internet», como en el caso de Benitatxell.
Sin embargo, la presencia de un etarra en cualquier punto de España puede significar intereses de atentar en ese lugar concreto o bien en el territorio nacional. «Digamos que nos afecta más de cerca, el peligro es directo», añade el investigador.
Según fuentes de la lucha antiterrorista, existen dos frentes bien diferenciados a la hora de combatir la complicada y opaca red de Al Qaida. Por un lado es clave el control de internet y de aquellas páginas web que llaman al islamismo más beligerante y radical.
Otro grupo se centra en coordinar las informaciones sobre sospechosos que llegan a través de la colaboración internacional. El arresto del joven Errai, por ejemplo, partió de algunos datos recabados por servicios policiales de Bélgica, Estados Unidos y Francia, destacaron desde Interior. «El germen de una detención aquí puede haber comenzado a miles de kilómetros de distancia», destacan los agentes.
«Encontrar la mecha»
El tercer esfuerzo es el control local. Algunos efectivos se encargan del seguimiento discreto de sospechosos de colaborar con Al Qaida en la Comunitat. Otros, sin embargo, tienen misiones preventivas, es decir vigilar aquellos puntos en los que puedan generarse movimientos radicales: barrios, asociaciones, comercios, locutorios, entornos religiosos... «Se trata, dicho de una manera muy gráfica, de encontrar la mecha de la bomba antes de que prenda».
En las últimas semanas, por ejemplo, los encargados de la lucha antiterrorista permanecieron atentos a cualquier atisbo de radicalidad tras la amenaza del pastor norteamericano Terry Jones, que el 11-S invitó a quemar libros del Corán. «De momento, no se ha detectado nada anormal en la Comunitat en relación con este hecho», destacaron algunos guardias civiles consultados.
Otra razón de que la mayoría de efectivos antiterroristas se centre actualmente en Al Qaida es que investigar el terrorismo de origen árabe es, por naturaleza, más complicado. Requiere un mayor esfuerzo, adaptación y aprendizaje, pues se trata de un movimiento radical que no nace en el mundo occidental.
Las labores de infiltración y espionaje se topan con una barrera: el aspecto físico y el idioma. En este punto está resultando clave la captación de confidentes de origen árabe capaces de colaborar de manera fiel y permanente con la policía, algo que comenzó a potenciarse desde el 11-M. El perfil de Al Qaida en la Comunitat presenta unas características singulares. Salvo excepciones, los islamistas arrestados «no han participado de modo directo en atentados, sino que sirven a la Yihad en labores de falsificación documental, logística, captación de miembros, financiación o desplazamientos», destacan las fuentes consultadas.
En Alicante se han detectado la mayoría de estas células de financiación. Los agentes que luchan contra el terrorismo islamista en esta provincia permanecen especialmente atentos al destino del dinero obtenido por grupos de delincuencia común. Sospechan que capital procedente de la droga, la falsificación documental o la venta de piratería puede acabar en manos de Al Qaida.