Golpe de fuerza de los controladores frente a José Blanco: 400 técnicos aéreos han pedido la rescisión de su contrato
El ministerio de Fomento y los controladores aéreos llegaron a un acuerdo a mediados de agosto que, en principio, aseguraba la paz social y terminaba con la amenaza de una huelga que hubiera paralizado los aeropuertos españoles en plenas vacaciones. Sin embargo, las aguas vuelven a bajar revueltas en las torres de control: 400 profesionales han solicitado rescindir su contrato por la carga de trabajo que soportan.
Fuentes del Sindicato Unificado de Controladores Aéreos (USCA) han explicado que un 20% de la plantilla de estos técnicos en España ha optado por rescindir su vinculación laboral con AENA “por la abusiva carga de trabajo que tienen acumulada”. Según las mismas fuentes, muchos de estos profesionales soportaban alrededor de 26 jornadas laborales al mes.
El pacto, acordado el pasado 13 de agosto entre el sindicato USCA y AENA, prevé ahora una jornada laboral anual de 1.670 horas, que podrán ser, de acuerdo a la carga de trabajo de cada instalación, de cuatro categorías: de 1.200 horas, 1.300, 1.400 y 1.500. Se trataba de un “acuerdo de mínimos” que garantizaba la paz aérea durante el resto de las vacaciones y acababa con la amenaza de huelga anunciada por los representantes de los trabajadores.
Las fuentes consultadas por ECD añaden que se ha creado una comisión de seguimiento para evaluar la aplicación de los acuerdos alcanzados con AENA. En este sentido, el Sindicato Unificado de Controladores Aéreos valora “positivamente” el grado de compromiso adquirido por Fomento en el cumplimiento de estos pactos.
En el centro de control de Torrejón de Ardoz (Madrid) se han reubicado los turnos de trabajo para septiembre. Esto significa que los controladores de esta instalación tendrán en torno a 22 ó 24 servicios a lo largo de todo el mes.
Esta situación no se puede generalizar a la totalidad de los centros españoles. En el aeropuerto valenciano de Manises, por ejemplo, los profesionales de la torre y el centro de control denuncian que no se han respetado los días de descanso en los turnos para septiembre
La razón que apuntan desde el sindicato es que Fomento no puede atender los cuatro días de trabajo y dos de libranza con la actual plantilla pese al compromiso adquirido. En el centro de control, los turnos que se han planteado son de una media de cinco días de trabajo y uno de descanso, una propuesta que los controladores consideran “insuficiente”.
Entre tanto, representantes del sindicato mayoritario de controladores (USCA) se reunirán el próximo viernes, 3 de septiembre, con el titular de Fomento, José Blanco, para retomar las negociaciones en relación al convenio colectivo.
Las mismas fuentes sindicales a las que ha tenido acceso este confidencial han confirmado que su intención es intercambiar impresiones con el ministro, normalizar la situación y transmitirle su disposición a aceptar un convenio similar al de sus homólogos en otros países europeos. También cuestionaran a Blanco sobre la previsión que maneja el ministerio sobre el número de torres que se van a privatizar.
El ministerio de Fomento y los controladores aéreos llegaron a un acuerdo a mediados de agosto que, en principio, aseguraba la paz social y terminaba con la amenaza de una huelga que hubiera paralizado los aeropuertos españoles en plenas vacaciones. Sin embargo, las aguas vuelven a bajar revueltas en las torres de control: 400 profesionales han solicitado rescindir su contrato por la carga de trabajo que soportan.
Fuentes del Sindicato Unificado de Controladores Aéreos (USCA) han explicado que un 20% de la plantilla de estos técnicos en España ha optado por rescindir su vinculación laboral con AENA “por la abusiva carga de trabajo que tienen acumulada”. Según las mismas fuentes, muchos de estos profesionales soportaban alrededor de 26 jornadas laborales al mes.
El pacto, acordado el pasado 13 de agosto entre el sindicato USCA y AENA, prevé ahora una jornada laboral anual de 1.670 horas, que podrán ser, de acuerdo a la carga de trabajo de cada instalación, de cuatro categorías: de 1.200 horas, 1.300, 1.400 y 1.500. Se trataba de un “acuerdo de mínimos” que garantizaba la paz aérea durante el resto de las vacaciones y acababa con la amenaza de huelga anunciada por los representantes de los trabajadores.
Las fuentes consultadas por ECD añaden que se ha creado una comisión de seguimiento para evaluar la aplicación de los acuerdos alcanzados con AENA. En este sentido, el Sindicato Unificado de Controladores Aéreos valora “positivamente” el grado de compromiso adquirido por Fomento en el cumplimiento de estos pactos.
En el centro de control de Torrejón de Ardoz (Madrid) se han reubicado los turnos de trabajo para septiembre. Esto significa que los controladores de esta instalación tendrán en torno a 22 ó 24 servicios a lo largo de todo el mes.
Esta situación no se puede generalizar a la totalidad de los centros españoles. En el aeropuerto valenciano de Manises, por ejemplo, los profesionales de la torre y el centro de control denuncian que no se han respetado los días de descanso en los turnos para septiembre
La razón que apuntan desde el sindicato es que Fomento no puede atender los cuatro días de trabajo y dos de libranza con la actual plantilla pese al compromiso adquirido. En el centro de control, los turnos que se han planteado son de una media de cinco días de trabajo y uno de descanso, una propuesta que los controladores consideran “insuficiente”.
Entre tanto, representantes del sindicato mayoritario de controladores (USCA) se reunirán el próximo viernes, 3 de septiembre, con el titular de Fomento, José Blanco, para retomar las negociaciones en relación al convenio colectivo.
Las mismas fuentes sindicales a las que ha tenido acceso este confidencial han confirmado que su intención es intercambiar impresiones con el ministro, normalizar la situación y transmitirle su disposición a aceptar un convenio similar al de sus homólogos en otros países europeos. También cuestionaran a Blanco sobre la previsión que maneja el ministerio sobre el número de torres que se van a privatizar.