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Sudáfrica refuerza su seguridad en busca de un Mundial sin incidentes
Desde la atribución del Mundial-2010 de fútbol a Sudáfrica (11 junio-11 julio), los organizadores, en colaboración con la Federación Internacional (FIFA), han trabajado por reforzar la seguridad en el país, uno de los más conflictivos del mundo por su criminalidad.
Para evitar incidentes y que hinchas y participantes obtengan una buena experiencia de su paso por el país, las autoridades sudafricanas destinaron más de 115 millones de euros y pondrán en jaque a su policía, ejército y servicios de inteligencia, que se han entrenado en los últimos años para el Mundial.
En total se espera el despliegue de 41.000 agentes suplementarios durante el torneo y las fuerzas de seguridad han trabajado no sólo sobre la delincuencia común, sino también ante la eventualidad de un ataque terrorista, una sombra que amenaza a cualquier evento de esta magnitud.
A dos meses para el torneo, se recibió incluso una amenaza de Al Qaida sobre posibles ataques contra los estadios. "No sólo estamos trabajando con los países participantes, sino con todos los que puedan ayudar a evitar atentados", señaló en aquel momento el secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke.
"Por favor, tened confianza en nosotros, confiad en Sudáfrica", intentó tranquilizar por su parte el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Valcke también insistió en que el Mundial-2010 será "seguro". "En las sedes del Mundial no pasará nada. Pero en cualquier sitio puede haber problemas, en París por ejemplo, uno no debe ir solo a medianoche por algunos barrios alrededor del Stade de France (Saint Denís, periferia norte de París)", apuntó.
Sudáfrica ha organizado sin incidentes grandes acontecimientos deportivos, como los mundiales de rugby y cricket, pero los índices del país invitan a la cautela: cada día cincuenta personas son asesinadas y se cometen anualmente 250.000 robos con violencia.
El país es además el segundo del mundo en número de alambres de protección rodeando los edificios, después de Israel, y el 40% de su población subsiste con unos ingresos iguales o inferiores a dos dólares diarios.
Por todo ello, los expertos han señalado que podría ser uno de los factores que han provocado una revisión a la baja de la afluencia de visitantes, hasta la previsión de 373.000, a pesar de las declaraciones tranquilizadoras de grandes e influyentes figuras del fútbol.
"Pueden decir lo que quieran, pero venimos a jugar un Mundial en un país seguro, lo he visto con mis propios ojos. Puede pasar de todo en cualquier sitio del mundo, pero he pasado una semana en Sudáfrica y todo está bien", comentó el técnico argentino, Diego Maradona, tras visitar el país en enero.
En el mes de marzo, los responsables de seguridad de los 32 equipos participantes y los jefes de policía responsables se reunieron en la sede de la FIFA en Zúrich (Suiza) para diseñar los planes de su dispositivo de "alto nivel".
Las selecciones han mostrado su inquietud por este tema y durante la Copa de las Confederaciones, disputada en Sudáfrica en junio de 2009 como ''ensayo general'' del Mundial, integrantes de las delegaciones de Brasil y Egipto sufrieron robos en sus hoteles de concentración.
Para evitar nuevos incidentes, los equipos han previsto medidas de precaución, con consignas claras para los integrantes de su delegación y un refuerzo en muchos casos con seguridad privada y guardaespaldas contratados para la ocasión.
Las alarmas se dispararon también en enero, tras el tiroteo con dos muertos que sufrió la selección de Togo en el enclave angoleño de Cabinda, dos días antes del inicio de la Copa de África, aunque los organizadores se apresuraron a desligar el ataque de cualquier relación con el torneo planetario.
"Sudáfrica está lista al 100% para acoger el Mundial de fútbol", sentenció entonces el presidente del país, Jacob Zuma.
Consciente de lo que se juega en términos de imagen internacional, su gobierno ha preparado un dispositivo con aire de operación militar y ha intensificado las campañas entre la población local para favorecer la "hospitalidad" con los "amigos" que llegarán al país con motivo del Mundial.
Desde la atribución del Mundial-2010 de fútbol a Sudáfrica (11 junio-11 julio), los organizadores, en colaboración con la Federación Internacional (FIFA), han trabajado por reforzar la seguridad en el país, uno de los más conflictivos del mundo por su criminalidad.
Para evitar incidentes y que hinchas y participantes obtengan una buena experiencia de su paso por el país, las autoridades sudafricanas destinaron más de 115 millones de euros y pondrán en jaque a su policía, ejército y servicios de inteligencia, que se han entrenado en los últimos años para el Mundial.
En total se espera el despliegue de 41.000 agentes suplementarios durante el torneo y las fuerzas de seguridad han trabajado no sólo sobre la delincuencia común, sino también ante la eventualidad de un ataque terrorista, una sombra que amenaza a cualquier evento de esta magnitud.
A dos meses para el torneo, se recibió incluso una amenaza de Al Qaida sobre posibles ataques contra los estadios. "No sólo estamos trabajando con los países participantes, sino con todos los que puedan ayudar a evitar atentados", señaló en aquel momento el secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke.
"Por favor, tened confianza en nosotros, confiad en Sudáfrica", intentó tranquilizar por su parte el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Valcke también insistió en que el Mundial-2010 será "seguro". "En las sedes del Mundial no pasará nada. Pero en cualquier sitio puede haber problemas, en París por ejemplo, uno no debe ir solo a medianoche por algunos barrios alrededor del Stade de France (Saint Denís, periferia norte de París)", apuntó.
Sudáfrica ha organizado sin incidentes grandes acontecimientos deportivos, como los mundiales de rugby y cricket, pero los índices del país invitan a la cautela: cada día cincuenta personas son asesinadas y se cometen anualmente 250.000 robos con violencia.
El país es además el segundo del mundo en número de alambres de protección rodeando los edificios, después de Israel, y el 40% de su población subsiste con unos ingresos iguales o inferiores a dos dólares diarios.
Por todo ello, los expertos han señalado que podría ser uno de los factores que han provocado una revisión a la baja de la afluencia de visitantes, hasta la previsión de 373.000, a pesar de las declaraciones tranquilizadoras de grandes e influyentes figuras del fútbol.
"Pueden decir lo que quieran, pero venimos a jugar un Mundial en un país seguro, lo he visto con mis propios ojos. Puede pasar de todo en cualquier sitio del mundo, pero he pasado una semana en Sudáfrica y todo está bien", comentó el técnico argentino, Diego Maradona, tras visitar el país en enero.
En el mes de marzo, los responsables de seguridad de los 32 equipos participantes y los jefes de policía responsables se reunieron en la sede de la FIFA en Zúrich (Suiza) para diseñar los planes de su dispositivo de "alto nivel".
Las selecciones han mostrado su inquietud por este tema y durante la Copa de las Confederaciones, disputada en Sudáfrica en junio de 2009 como ''ensayo general'' del Mundial, integrantes de las delegaciones de Brasil y Egipto sufrieron robos en sus hoteles de concentración.
Para evitar nuevos incidentes, los equipos han previsto medidas de precaución, con consignas claras para los integrantes de su delegación y un refuerzo en muchos casos con seguridad privada y guardaespaldas contratados para la ocasión.
Las alarmas se dispararon también en enero, tras el tiroteo con dos muertos que sufrió la selección de Togo en el enclave angoleño de Cabinda, dos días antes del inicio de la Copa de África, aunque los organizadores se apresuraron a desligar el ataque de cualquier relación con el torneo planetario.
"Sudáfrica está lista al 100% para acoger el Mundial de fútbol", sentenció entonces el presidente del país, Jacob Zuma.
Consciente de lo que se juega en términos de imagen internacional, su gobierno ha preparado un dispositivo con aire de operación militar y ha intensificado las campañas entre la población local para favorecer la "hospitalidad" con los "amigos" que llegarán al país con motivo del Mundial.
