Vigilantes de seguridad de un club niegan que agredieran a un cliente
Dos vigilantes de seguridad de un club de Lucena acusados por el ministerio fiscal de agredir a un cliente y tirarlo a una cuneta negaron ayer los hechos en el juicio celebrado por esta causa, aunque en la misma vista oral la supuesta víctima aseguró que ambos lo golpearon, lo arrastraron por el aparcamiento del local y lo tiraron junto a una carretera.
Uno de los vigilantes reconoció que el 16 de enero del 2004 invitaron al cliente a salir del club por el estado de embriaguez que presentaba, pero negó que lo empujaran o agredieran. Ya en la calle, según su relato, el hombre sacó un cúter y él sacó su defensa, momento en el que el cliente salió corriendo y, debido a la oscuridad y su estado de embriaguez, cayó en una zanja, de donde él mismo lo sacó.
El otro vigilante --para ambos pide el fiscal una pena de cuatro años de cárcel por un delito de lesiones-- negó incluso que aquel día estuviera en el club a la hora en la que se produjeron los hechos, aunque señaló que llegó más tarde avisado de que se había producido un incidente.
El encargado del club, para quien el fiscal también pide una multa de 300 euros por empujar al cliente, negó este extremo y se limitó a confirmar que pidió a los vigilantes que lo expulsaran porque "no estaba en condiciones". Más tarde, salió a la puerta y escuchó amenazas del cliente y de un amigo de éste diciendo que iban a quemar el local.
El supuestamente agredido declaró, en cambio, que le dijeron que saliera porque estaba mareado, que lo empujó el encargado y, posteriormente, los dos vigilantes de seguridad "me pegaron puñetazos en la cabeza, me arrastraron por el aparcamiento y me tiraron a la cuneta". Aunque admitió que estaba bebido --pero "solo a gustito"--, dijo recordar los hechos y negó que sacara un cúter. Para él y un amigo también pide el fiscal multas de 200 euros por sendas faltas de amenazas.
Dos vigilantes de seguridad de un club de Lucena acusados por el ministerio fiscal de agredir a un cliente y tirarlo a una cuneta negaron ayer los hechos en el juicio celebrado por esta causa, aunque en la misma vista oral la supuesta víctima aseguró que ambos lo golpearon, lo arrastraron por el aparcamiento del local y lo tiraron junto a una carretera.
Uno de los vigilantes reconoció que el 16 de enero del 2004 invitaron al cliente a salir del club por el estado de embriaguez que presentaba, pero negó que lo empujaran o agredieran. Ya en la calle, según su relato, el hombre sacó un cúter y él sacó su defensa, momento en el que el cliente salió corriendo y, debido a la oscuridad y su estado de embriaguez, cayó en una zanja, de donde él mismo lo sacó.
El otro vigilante --para ambos pide el fiscal una pena de cuatro años de cárcel por un delito de lesiones-- negó incluso que aquel día estuviera en el club a la hora en la que se produjeron los hechos, aunque señaló que llegó más tarde avisado de que se había producido un incidente.
El encargado del club, para quien el fiscal también pide una multa de 300 euros por empujar al cliente, negó este extremo y se limitó a confirmar que pidió a los vigilantes que lo expulsaran porque "no estaba en condiciones". Más tarde, salió a la puerta y escuchó amenazas del cliente y de un amigo de éste diciendo que iban a quemar el local.
El supuestamente agredido declaró, en cambio, que le dijeron que saliera porque estaba mareado, que lo empujó el encargado y, posteriormente, los dos vigilantes de seguridad "me pegaron puñetazos en la cabeza, me arrastraron por el aparcamiento y me tiraron a la cuneta". Aunque admitió que estaba bebido --pero "solo a gustito"--, dijo recordar los hechos y negó que sacara un cúter. Para él y un amigo también pide el fiscal multas de 200 euros por sendas faltas de amenazas.