"Mi marido me roció con gasoil por teñirme el pelo"
El acusado podría ser declarado inimputable porque sufre unos celos delirantes.
HUESCA. Discutió con su marido y la echó de casa. Al volver, le golpeó en la cabeza, le mostró un cuchillo y la roció con gasoil porque había dormido dos noches fuera y se había teñido el pelo de rojo. Ocurrió en Monzón el 18 de diciembre de 2008, pero meses antes la mujer ya le había relatado a una psicóloga un cuadro de malos tratos físicos, psíquicos y sexuales. Él tenía tantos celos que incluso la seguía al trabajo.
Stefan Cucea, rumano de 42 años, fue juzgado ayer en la Audiencia de Huesca acusado de tentativa de homicidio. Negó que su intención fuera quemarla viva. "Creí que la estaba rociando con agua, confundí la garrafa", declaró. La víctima, que prestó declaración tras un biombo para evitar encontrarse con su ya ex marido, explicó que pudo escapar porque el suelo se llenó de gasoil y él resbaló. Pese a admitir que "me roció con gasoil porque me había teñido el pelo de rojo", ofreció respuestas contradictorias sobre si la intención del agresor era o no matarla. Según una psicóloga que la atendió, ella le confesó que "intentaría minimizar el relato porque se lo había pedido su hija, que la culpa de que su padre esté en prisión".
Según los forenses que comparecieron en la vista, Stefan Cucea es "inimputable" porque sufre "una idea delirante de tipo celotípico". "Teñirse el pelo de rojo o cualquier otro detalle puede desencadenar su violencia", dijo uno de ellos. Esta declaración fue determinante para que el fiscal modificara sus calificaciones. Está convencido de que el acusado quería quemarla, pero admite que pueda haber una eximente incompleta por los celos, lo que rebajaría la pena de 9 a 5 años de prisión. Alternativamente, si el tribunal entiende que la eximente es completa y decreta su absolución, pide el internamiento por 10 años en un centro penitenciario psiquiátrico para que sea tratado.
Por su parte, la defensa reclama la absolución porque la celotipia alteraba totalmente su capacidad. Si el tribunal no considere la eximente completa, cree que se trata de un delito de amenazas porque "no hubo voluntad de matar, se equivocó de garrafa".
VIOLENCIA DE GÉNERO
016
Las mujeres maltratadas tienen a su disposición el teléfono 016, en el que pueden buscar asesoramiento.
Teléfono gratuito y confidencial
El acusado podría ser declarado inimputable porque sufre unos celos delirantes.
HUESCA. Discutió con su marido y la echó de casa. Al volver, le golpeó en la cabeza, le mostró un cuchillo y la roció con gasoil porque había dormido dos noches fuera y se había teñido el pelo de rojo. Ocurrió en Monzón el 18 de diciembre de 2008, pero meses antes la mujer ya le había relatado a una psicóloga un cuadro de malos tratos físicos, psíquicos y sexuales. Él tenía tantos celos que incluso la seguía al trabajo.
Stefan Cucea, rumano de 42 años, fue juzgado ayer en la Audiencia de Huesca acusado de tentativa de homicidio. Negó que su intención fuera quemarla viva. "Creí que la estaba rociando con agua, confundí la garrafa", declaró. La víctima, que prestó declaración tras un biombo para evitar encontrarse con su ya ex marido, explicó que pudo escapar porque el suelo se llenó de gasoil y él resbaló. Pese a admitir que "me roció con gasoil porque me había teñido el pelo de rojo", ofreció respuestas contradictorias sobre si la intención del agresor era o no matarla. Según una psicóloga que la atendió, ella le confesó que "intentaría minimizar el relato porque se lo había pedido su hija, que la culpa de que su padre esté en prisión".
Según los forenses que comparecieron en la vista, Stefan Cucea es "inimputable" porque sufre "una idea delirante de tipo celotípico". "Teñirse el pelo de rojo o cualquier otro detalle puede desencadenar su violencia", dijo uno de ellos. Esta declaración fue determinante para que el fiscal modificara sus calificaciones. Está convencido de que el acusado quería quemarla, pero admite que pueda haber una eximente incompleta por los celos, lo que rebajaría la pena de 9 a 5 años de prisión. Alternativamente, si el tribunal entiende que la eximente es completa y decreta su absolución, pide el internamiento por 10 años en un centro penitenciario psiquiátrico para que sea tratado.
Por su parte, la defensa reclama la absolución porque la celotipia alteraba totalmente su capacidad. Si el tribunal no considere la eximente completa, cree que se trata de un delito de amenazas porque "no hubo voluntad de matar, se equivocó de garrafa".
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