ANDALUCÍA Una mujer apuñalada en Lepe, décima muerte por violencia de género en 2010
La víctima, de 56 años, fue asesinada a manos de su ex marido, sobre quien pesaba una orden de alejamiento. Una joven también fue herida grave por su ex pareja en Madrid.
Julia Madruga Benítez, vecina de Lepe (Huelva) de 56 años, falleció en la madrugada de ayer víctima de las puñaladas que sufrió el jueves por la tarde, presuntamente a manos de su ex marido, Cayetano G. M., de 58, del que hacía diez años que se había separado. El jueves, Julia Madruga acudió a visitar a su madre, que estaba ingresada en la clínica Blanca Paloma de Huelva capital, y su agresor la siguió y en la habitación del hospital le propinó siete puñaladas que le causaron la muerte a las dos de la madrugada, tras ser operada de urgencia en el Hospital Juan Ramón Jiménez de la capital onubense.
El presunto agresor fue detenido y estuvo hospitalizado hasta ayer a mediodía, cuando salió del centro bajo vigilancia policial para declarar ante la Policía Nacional después de ser revisado de unas heridas, que al parecer se infligió él mismo tras la agresión. En la actualidad, el presunto agresor vivía en Lepe con una hija y la mujer residía tanto en el complejo turístico de Islantilla, a unos seis kilómetros de distancia, como en un piso de la barriada de Hispanidad de Huelva junto a un hijo.
Sobre el hombre pesaba una orden de alejamiento, después de que el pasado verano agrediera a su ex esposa, y tras varias amenazas verbales después de que ella iniciara hace un año una nueva relación. "Él estaba muy celoso de ella, y nos temíamos que iba a pasar algo así", explicaron fuentes de la familia, que lamentaron que las medidas judiciales puestas en marcha para evitar el desenlace no hayan sido efectivas.
La relación entre ambos en los últimos años fue tormentosa, y aunque se habían separado hacía 10 años, hace cinco volvió a vivir con él "por pena", hasta hace un año, y actualmente tenía una nueva pareja, lo que la familia considera el detonante "por celos" para la agresión sufrida.
Según explicó una amiga, la víctima no consiguió testigos de las amenazas de muerte que sufría, de forma que el proceso judicial que seguía contra el presunto agresor quedó sobreseído.
Así lo explicó Ana María López, compañera de trabajo de la fallecida en el Teléfono de la Esperanza, que señaló que Julia Madruga había llevado a juicio a su ex marido al ser consciente de las amenazas de muerte que le había proferido: "Estas amenazas de muerte a ella le habían llegado, pero las personas ante las que él había manifestado su intención de matarla, cuando se celebró el segundo juicio no quisieron testificar".
Se trata de la décima víctima mortal de la violencia machista en lo que va de año.
Otra mujer fue apuñalada en la madrugada de ayer y se encuentra en estado grave. Se trata de una joven marroquí de 19 años, identificada como K. B., se encuentra grave tras ser agredida por su ex pareja, de la misma nacionalidad, en una vivienda ubicada en el distrito madrileño de Tetuán.
Una patrulla de Policía Nacional se encontró cuando llegaba al lugar de los hechos con un hombre ensangrentado que salía del portal y que, al ser reconocido como el agresor, fue detenido e identificado como Noureddine E. nacido en 1978 en Marruecos, que tenía orden de alejamiento de la agredida. Según la portavoz policial, el agresor había sido arrestado en febrero pasado por quebrantamiento de dicha orden. Las emergencias atendieron a la joven de heridas en brazo izquierdo; en axila izquierda y en tórax, esta última más profunda y grave.
Por su parte, el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, hizo ayer un llamamiento para que se usen las pulseras electrónicas con GPS, "de las que hay disponibles 3.000 y han sido usadas 232", y condenó los recientes casos de violencia machista.
La víctima, de 56 años, fue asesinada a manos de su ex marido, sobre quien pesaba una orden de alejamiento. Una joven también fue herida grave por su ex pareja en Madrid.
Julia Madruga Benítez, vecina de Lepe (Huelva) de 56 años, falleció en la madrugada de ayer víctima de las puñaladas que sufrió el jueves por la tarde, presuntamente a manos de su ex marido, Cayetano G. M., de 58, del que hacía diez años que se había separado. El jueves, Julia Madruga acudió a visitar a su madre, que estaba ingresada en la clínica Blanca Paloma de Huelva capital, y su agresor la siguió y en la habitación del hospital le propinó siete puñaladas que le causaron la muerte a las dos de la madrugada, tras ser operada de urgencia en el Hospital Juan Ramón Jiménez de la capital onubense.
El presunto agresor fue detenido y estuvo hospitalizado hasta ayer a mediodía, cuando salió del centro bajo vigilancia policial para declarar ante la Policía Nacional después de ser revisado de unas heridas, que al parecer se infligió él mismo tras la agresión. En la actualidad, el presunto agresor vivía en Lepe con una hija y la mujer residía tanto en el complejo turístico de Islantilla, a unos seis kilómetros de distancia, como en un piso de la barriada de Hispanidad de Huelva junto a un hijo.
Sobre el hombre pesaba una orden de alejamiento, después de que el pasado verano agrediera a su ex esposa, y tras varias amenazas verbales después de que ella iniciara hace un año una nueva relación. "Él estaba muy celoso de ella, y nos temíamos que iba a pasar algo así", explicaron fuentes de la familia, que lamentaron que las medidas judiciales puestas en marcha para evitar el desenlace no hayan sido efectivas.
La relación entre ambos en los últimos años fue tormentosa, y aunque se habían separado hacía 10 años, hace cinco volvió a vivir con él "por pena", hasta hace un año, y actualmente tenía una nueva pareja, lo que la familia considera el detonante "por celos" para la agresión sufrida.
Según explicó una amiga, la víctima no consiguió testigos de las amenazas de muerte que sufría, de forma que el proceso judicial que seguía contra el presunto agresor quedó sobreseído.
Así lo explicó Ana María López, compañera de trabajo de la fallecida en el Teléfono de la Esperanza, que señaló que Julia Madruga había llevado a juicio a su ex marido al ser consciente de las amenazas de muerte que le había proferido: "Estas amenazas de muerte a ella le habían llegado, pero las personas ante las que él había manifestado su intención de matarla, cuando se celebró el segundo juicio no quisieron testificar".
Se trata de la décima víctima mortal de la violencia machista en lo que va de año.
Otra mujer fue apuñalada en la madrugada de ayer y se encuentra en estado grave. Se trata de una joven marroquí de 19 años, identificada como K. B., se encuentra grave tras ser agredida por su ex pareja, de la misma nacionalidad, en una vivienda ubicada en el distrito madrileño de Tetuán.
Una patrulla de Policía Nacional se encontró cuando llegaba al lugar de los hechos con un hombre ensangrentado que salía del portal y que, al ser reconocido como el agresor, fue detenido e identificado como Noureddine E. nacido en 1978 en Marruecos, que tenía orden de alejamiento de la agredida. Según la portavoz policial, el agresor había sido arrestado en febrero pasado por quebrantamiento de dicha orden. Las emergencias atendieron a la joven de heridas en brazo izquierdo; en axila izquierda y en tórax, esta última más profunda y grave.
Por su parte, el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, hizo ayer un llamamiento para que se usen las pulseras electrónicas con GPS, "de las que hay disponibles 3.000 y han sido usadas 232", y condenó los recientes casos de violencia machista.