Dulcinea, la perrita que cuidó 15 días de su 'amigo' atropellado
Dulcinea, la perra que veló durante quince días a otro perro atropellado. Foto: Europa Press.
Dulcinea, una perra mestiza de color blanco y gris, permaneció cerca de quince días arriesgando se vida para tratar de proteger a su 'compañero', otro perro de color canela que tuvo menos fortuna que ella y que murió tras ser atropellado por un vehículo en una carretera de la zona de Campo Azálvaro, en Segovia.
La perra fue recogida por voluntarios de la organización El Refugio, no sin que antes tuvieran que hacer uso de una cerbatana con dardos anestésicos y tras dos días intentándolo, ya que Dulcinea en ningún momento se mostró dispuesta a abandonar el cadáver de su compañero, pese a que yacía muerto en la cuneta.
El rescate de esta perra se produjo después de que distintos usuarios de la carretera de Ávila al Espinar de camino a su trabajo, tras ver al animal durante varios días sortear a vehículo camiones en su intento de alejarlos de su compañero, se pusieran en contacto con El Refugio.
Una de estas personas, Alejandra, tal y como informa El Refugio a través de un comunicado, explicó que la perra "parecía defenderlo y aunque se iba muy lejos porque se asustaba, siempre volvía con él".
Ante las numerosas llamadas de todas estas personas inquietas y preocupadas por que Dulcinea también fuese atropellada, acudieron varios voluntarios de El Refugio a intentar cogerla con una cerbatana.
El primer día fue imposible, ya que Dulcinea esquivó los dos dardos que disparó una de las voluntarias de El Refugio y ya fue imposible acercarse a ella. Al día siguiente, con la seguridad de que allí seguiría Dulcinea acompañando a su amigo muerto, voluntarios de esta misma organización acudieron nuevamente, coincidiendo con otras personas que también estaban intentando cogerla.
En esta ocasión Dulcinea tuvo suerte y no consiguió esquivar los dardos anestésicos y ahora está en El Refugio esperando una familia que la adopte. "Ésta es la realidad de miles de perros que mueren atropellados en nuestro país. Dulcinea ha tenido mucha suerte, está en perfecto estado y ahora lo que queremos es encontrarle una familia que la adopte", declaró Nacho Paunero, presidente de El Refugio.
Dulcinea, la perra que veló durante quince días a otro perro atropellado. Foto: Europa Press.
Dulcinea, una perra mestiza de color blanco y gris, permaneció cerca de quince días arriesgando se vida para tratar de proteger a su 'compañero', otro perro de color canela que tuvo menos fortuna que ella y que murió tras ser atropellado por un vehículo en una carretera de la zona de Campo Azálvaro, en Segovia.
La perra fue recogida por voluntarios de la organización El Refugio, no sin que antes tuvieran que hacer uso de una cerbatana con dardos anestésicos y tras dos días intentándolo, ya que Dulcinea en ningún momento se mostró dispuesta a abandonar el cadáver de su compañero, pese a que yacía muerto en la cuneta.
El rescate de esta perra se produjo después de que distintos usuarios de la carretera de Ávila al Espinar de camino a su trabajo, tras ver al animal durante varios días sortear a vehículo camiones en su intento de alejarlos de su compañero, se pusieran en contacto con El Refugio.
Una de estas personas, Alejandra, tal y como informa El Refugio a través de un comunicado, explicó que la perra "parecía defenderlo y aunque se iba muy lejos porque se asustaba, siempre volvía con él".
Ante las numerosas llamadas de todas estas personas inquietas y preocupadas por que Dulcinea también fuese atropellada, acudieron varios voluntarios de El Refugio a intentar cogerla con una cerbatana.
El primer día fue imposible, ya que Dulcinea esquivó los dos dardos que disparó una de las voluntarias de El Refugio y ya fue imposible acercarse a ella. Al día siguiente, con la seguridad de que allí seguiría Dulcinea acompañando a su amigo muerto, voluntarios de esta misma organización acudieron nuevamente, coincidiendo con otras personas que también estaban intentando cogerla.
En esta ocasión Dulcinea tuvo suerte y no consiguió esquivar los dardos anestésicos y ahora está en El Refugio esperando una familia que la adopte. "Ésta es la realidad de miles de perros que mueren atropellados en nuestro país. Dulcinea ha tenido mucha suerte, está en perfecto estado y ahora lo que queremos es encontrarle una familia que la adopte", declaró Nacho Paunero, presidente de El Refugio.