Un panel de científicos gubernamentales, académicos y sin ánimo de lucro ha presentado en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAS, según sus siglas en inglés) investigaciones que sugieren que las enfermedades descubiertas en los delfines son similares a las humanas y que pueden proporcionar pistas sobre cómo podría verse afectado el ser humano ante la exposición al agua costera o a los alimentos marinos contaminados.
Según explica Carolyn Sotka, del Departamento Oceánico y Atmosférico Nacional de Estados Unidos (NOAA) y organizadora de la sesión informativa, "los delfines y los humanos son ambos mamíferos y sus dietas incluyen en gran parte los mismos alimentos marinos que consumimos. A diferencia de nosotros, sin embargo, ellos están expuestos a las posibles amenazas para la salud del océano las 24 horas del día".
Sotka destaca que las similitudes ecológicas y fisiológicas hacen a los delfines una importante 'especie centinela' no sólo para advertirnos ante posibles riesgos de salud sino también para proporcionar información sobre la salud humana que puede beneficiar a nuevos descubrimientos médicos.
Algunos de los casos de estudio presentados durante la sesión han mostrado cómo las enfermedades estudiadas en delfines podrían conducir a la futura prevención o tratamiento de algunas enfermedades humanas.
Delfines de nariz de botella
En uno de estos trabajos investigadores del NOAA muestran cómo recientemente descubrieron que los delfines de nariz de botella que habitaban en los estuarios de la costa de Georgia tienen los niveles más elevados de bifenilos policlorados (PCB) que se conocen entre los animales marinos.
Los PCB son un conjunto de contaminantes que se prohibieron en los Estados Unidos hacia finales de los 70 debido a sus efectos perjudiciales para la salud. Los autores señalan que los altos niveles en los animales, de un máximo de 2.900 partes por millón, podrían estar suprimiendo su funcionamiento inmune. Según análisis en la zona, estos contaminantes podrían estar moviéndose por la costa a través de la red marina de alimentos.
En la actualidad los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos han iniciado un estudio para investigar si las poblaciones de delfines de la costa y las comunidades humanas que comparten los mismos alimentos marinos experimentan exposiciones similares.
Estado similar a la diabetes
Otro de los trabajos que estudia la fisiología de estos mamíferos muestra evidencias de que los delfines de nariz de botella podrían convertirse en el primer modelo animal natural de la diabetes tipo 2. Los investigadores, de la Fundación Nacional para los Mamíferos Marinos estadounidense, han descubierto que los delfines sanos parecen activar y desactivar un estado similar a la diabetes cuando lo necesitan.
Los análisis han revelado que un mecanismo de ayuno en los delfines puede desencadenar una serie de cambios en la química serológica que se corresponden con los observados en los humanos con diabetes.
"Mientras que algunas personas podrían comer una dieta alta en proteínas para ayudar a controlar la diabetes, los delfines parecen haber desarrollado un estado similar a la diabetes para apoyar una dieta alta en proteínas. Los cerebros grandes compartidos que tienen demandas altas en glucosa podrían explicar por qué dos especies tan diferentes como humanos y delfines han desarrollado mecanismos fisiológicos similares para gestionar el azúcar", explica Stephanie Venn-Watson, directora de investigación clínica del NMMF.
Compartir enfermedades
Evidencias adicionales recogidas para este estudio muestran que humanos y delfines podrían compartir enfermedades crónicas similares asociadas con la diabetes como la resistencia a la insulina, la sobrecarga de hierro y las piedras renales.
Por último, un estudio de la Universidad de Florida ha descubierto al menos 50 nuevos virus en delfines, la mayoría presentes en otras especies de mamíferos marinos. Uno de los virus descubiertos y comunes en los delfines de nariz de botella es el del papiloma humano, lo que supone que estos animales son el primer modelo natural del virus fuera de la especie humana.
El estudio muestra que aunque los delfines también albergan múltiples tipos de virus del papiloma no parecen tener cáncer, sólo verrugas genitales. El futuro análisis del genoma de este virus en los delfines podría ayudar a comprender, gestionar y prevenir el cáncer cervical en los humanos