Los perros, cuyo olfato les permite ser entrenados para detectar drogas, explosivos y células cancerígenas en humanos, ahora comenzarán a ser adiestrados para se el mejor compañero de las personas diabéticas.
Un estudio difundido el pasado diciembre por la Universidad Queen de Belfast indicó que el 65% de las 212 personas diabéticas y dependientes de la insulina habían manifestado que cuando habían tenido un episodio hipoglucémico sus mascotas habían reaccionado gimoteando, ladrando, pateando o haciendo algo parecido, cuando sus amos diabéticos e insulinodependientes presentaban episodios hipoglucémicos.
De este estudio surgió el interés del centro de investigación canino de Cáncer y Biodetección de Aylesbury, Inglaterra, donde los entrenadores ya han puesto en práctica los hallazgos y han logrado entrenar a 17 perros de rescate que serán puestos a prueba con enfermos, particularmente con niños que por lo general no saben reconocer los síntomas de la baja de glucosa.
El primer animal entrenado para estos fines se llama Tinker y cuando su dueño tenía niveles de azúcar que lo tenían a punto de desmayarse, se sentaba a su lado a jadear o bien a lamer su cara. Los investigadores esperan que en 15 años más existan “narices artificales” capaces de realizar la misma acción.