lunes 2 de noviembre de 2009
Especial Complementos Policiales -II Parte- y (Noviembre 2009)
Como muchos de ustedes saben, soy habitual colaborador del periódico ARMAS.ES, pues bien, como todos los meses, su editor y redactor, Rafa Fernández, me pidió un artículo para la edición Especial de este mes de noviembre/09. Como siempre, me dijo lo que necesitaba y yo me puse manos a la obra.
Para esta ocasión, necesitaba algo sobre complementos policiales, -sin caer en la repetición de noviembre/08, en cuyo número colaboré muy estrechamente- así pues, le mandé un texto que preparé, ex profeso, para la ocasión. Por motivos varios, principalmente por mi estancia prolongada, -dos semanas- en un curso profesional, fuera de mi provincia, mandé, por error, a la redacción del periódico, un proyecto del artículo, y no el definitivo. Así pues, el periódico Armas.es de noviembre de 2009, en lo relativo a mis artículos, no va “actualizado”.
Para mitigar los efectos de mi error, aquí y ahora, en mi blog, podrán leer el texto completo y definitivo que debió llegar a tiempo a la redacción de la publicación. Admito el mea culpa y les dejo con el texto original.
ESPECIAL COMPLEMENTOS POLICIALES -II Parte- y PRINCIPALES PISTOLAS POLICIALES DE DOTACIÓN REGLAMENTARIA EN LAS FYCS DE ESPAÑA
Ernesto Pérez Vera
Instructor de Tiro Policial y Defensivo
El uso de las armas de fuego por parte de los miembros de las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad, es algo inherente a la profesión de Policía, se llame como se llame el Cuerpo. Son las armas cortas, de fuego, las que más diaria y continuamente se emplean en el quehacer de un agente policial, tanto en España como en cualquier país “civilizado”. Hacer uso de un arma, siempre es trascendental, pues del buen, o mal uso que de ella se haga, se podrán derivar responsabilidades penales, y a veces morales.
En nuestro país, España, el agente de Policía, portará un arma corta con la, siempre presente, premisa de solo emplearla para salvar una situación en la que su vida o integridad física o la de un tercero, estén en serio y grave riesgo. Por tanto, el arma corta policial ha de verse como un elemento defensivo, y siempre de respuesta ante ilegítimos acometimientos.
En mi opinión, y aún siendo amante de las armas en general, y de las cortas en particular, lo que debe primar en un agente policial, y también en cualquier usuario de armas es: el manejo seguro y hábil del arma, para aún en situaciones críticas poder sacar el máximo partido de ellas. Creo que el tipo de arma, su marca y su modelo, son algo secundario, si bien, determinados mecanismos y calibres, podrán ayudar, siempre que se sepa hacer un acertado uso del arma, a salir “mejor parados” de un encuentro armado.
Las armas cortas se dividen en dos grupos bien diferenciados, las pistolas y los revólveres, de ellas, la pistola, se lleva la “palma” en cuanto a extensión de empleo. Hasta hace unas décadas, en los EE.UU., eran los revólveres, las armas de “puño” que más se usaban, y precisamente, cuando los norteamericanos hicieron el “giro” hacia la pistola, aquí, en España, se empezaron a usar, con más o menos intensidad, los revólveres.
En la década de los 80, del siglo pasado, en las FYCS de España, empezaron, de modo oficial, a verse revólveres en la cintura de nuestros agentes policiales, tanto en los cuerpos estatales, como en los locales. Fue el Cuerpo de Policía Nacional, hoy Cuerpo Nacional de Policía, quien, desde el sector estatal, usó para sus agentes uniformados, revólveres del calibre .38 Especial, concretamente, el Astra mod. 960, de seis cartuchos de capacidad. Para misiones concretas, y en determinada unidad, se usan, aún, revólveres franceses de la marca Manurhin.
A nivel, también estatal, pero no uniformado, los agentes del extinto Cuerpo Superior de Policía, y antes, Cuerpo General de Policía, -ambos unificados y encarnados en el actual C.N.P.- usaban revólveres, siendo estos, tanto dotación oficial como de adquisición personal.
La Guardia Civil, al menos, a nivel uniformado, no usa revólver desde inicios del siglo XX, si bien, a nivel de trabajos de otro tipo, sí poseía, y aún lo hace, algunas armas de este tipo.
A nivel de Policía Local se ha usado mucho el revólver, tanto es así que, aún, hoy se usa de modo regular en determinados cuerpos de P.L. Los revólveres, vinieron a sustituir o incluso coexistir, en las PP.LL., a las pistolas de simple acción, muchas de ellas, de calibres marginales, como el 9m/m Corto y el 7,65 m/m.
Hoy, en el año 2009, son las pistolas las reinas del sector, es más, desde que llegó la era del “Efecto 2000”, las pistolas entraron, en el sector policial definitivamente, relegando a los revólveres a un segundo plano. En la época que vivimos, no son solo las pistolas, en general, las que dominan, sino que además, son las pistolas que poseen determinadas características. No creo que exista, en España, un solo Cuerpo que mantenga en la cintura de sus agentes, pistolas que no sean de doble acción, acción mixta o de sistema similar y que además, tengan capacidad doble en sus cargadores, esto es, no menos de 13 cartuchos en el cargador.
Bueno, al hilo de lo que decía en el párrafo anterior, debo decir, muy a mi pesar, que existen, aún, numerosas armas de solo simple acción, y poca capacidad de cargador, en el seno de las FYCS, a nivel oficial. En la Guardia Civil, se sigue usando la pistola Star modelo BM, la cual, como ya saben, es de solo S.A. y de 8 cartuchos de capacidad en el cargador. En este cuerpo estatal, se usan, de modo reglamentario, numerosas armas, siendo, ya, todas, de características modernas y operativas, a excepción de la BM. Algunos quizás no lo sepan, pero en destinos, tales, como academias y centros de formación, el arma de dotación, de los funcionarios allí destinados es, la Star BM.
A nivel de la Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía, –Cuerpos del Estado- suele haber, a nivel de cada organización, una homogenización en cuanto a armas cortas. Así pues, el C.N.P. en los años 80, del siglo pasado, adquirió, para el grueso de sus unidades uniformadas, la pistola Star PK-28/30, la cual, recientemente, ha empezado a ser sustituida por la, ya no tan moderna, HK-USP-Compact. Sin embargo, en este mismo cuerpo, hay otras pistolas semiautomáticas en dotación, siendo el caso del G.E.O., cuyos agentes portan la Sig Sauer P226.
En la G.C., el otro Cuerpo del Estado, existen varios modelos en servicio, siendo entregado, a los agentes, uno u otro modelo, en virtud del destino. La pistola base en el benemérito instituto es, la Beretta 92. En unidades de Policía Judicial, Información y otras más que puedan trabajar con ropas de paisano, se usa la HK-USP-C, la misma que, también se entrega en las Agrupaciones Rurales de Seguridad, más conocidas como G.R.S. o antidisturbios. Para los Oficiales del Cuerpo fue elegida otra pistola, en este caso, una Sig Sauer.
El primer modelo de pistola, con mecanismo de doble acción, en servicio en la G.C. fue, la Star M-30, la cual, en determinadas unidades, se sigue usando, si bien, debería tener los días contados. Como se dijo antes, la Beretta 92 es el modelo base de dotación en Cuerpo, por ello, más tarde que temprano, las M-30 y BM, de la que también se habló antes, serán sustituidas por la italiana.
A nivel de los Cuerpos de Policía Local, es muy complicado hablar de armas de dotación, pues, como saben, cada Cuerpo de P.L. depende de un Ayuntamiento (Administración Local) y cada una, con sus presupuestos económicos y asesores técnicos, si es que los hay, adquiere lo que mejor convenga en cada momento. Existen tantos Cuerpo de P.L., casi, como ciudades, pueblos y localidades o municipios en todo el territorio nacional.
Existen cuerpos de P.L. en los cuales son varias marcas y modelos los que se entregan a los agentes, casi siempre, según la promoción o año de incorporación a la institución. Quizás, estos son los modelos más frecuentes, en el uso diario de los PP.LL. de nuestro país: HK-USP-C y Walter P-99.
De todos modos, son muchas las pistolas que se pueden relacionar. Conozco casos de Ayuntamientos que han invertido, para sus agentes, en pistolas: Sig Sauer P2022, Sig Sauer P-228, Glock 19/17, Berettas mod. 92 y Beretta Cougar 8000. Más atrás en el tiempo, fueron las Star PK-28/30 y sus variantes, las más frecuentemente adquiridas para los cuerpos locales. He visto, en algún municipio, incluso pistolas Llamas M-82. Muchas armas de la marca Smith and Wesson, también son vistas entre los agentes locales, casi siempre, adquiridas en décadas pasadas.
Después de haber mencionado tantas marcas y modelos, tengo que decir que son muchas más pistolas, no mencionadas, las que, me consta, que están siendo usadas de modo reglamentario en distintas plantillas de Policía Local. He mencionado, únicamente, las marcas y modelos que considero más extendidas.
En las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, C.N.P. y G.C., la elección del arma, no se hace de un día para otro. En ambas instituciones, se elaboran pliegos de condiciones para el concurso de las distintas marcas. Tras pasar el concurso de condiciones técnicas, las armas, son sometidas a un test, tras cuya superación, se obtendrán datos para la definitiva decisión de adquisición.
Las pruebas a las que se someten las armas, no son livianas, algunas, son muy duras y exigentes, si bien, me temo que, no solo el resultado final que arroje el estudio, será vinculante para la compra final. Creo que pesa más el precio que la calidad y operatividad del arma. Me doy por satisfecho con que, se adquieran armas que mantenga un equilibrio razonado calidad-seguridad-precio.
Los estudios de adquisición o evaluación, por parte de los Cuerpos de Policía Local, son prácticamente nulos. En los cuerpos dependientes de las Administraciones Locales, se suele comprar según otros criterios, primando, casi siempre, el precio. Créanme, ese es el único criterio que se suele tener en cuenta en las PP.LL. En otras plantillas, sí se dejan asesorar, pero no siempre de modo acertado -suelen existir jugosas comisiones-
En otras muchas ciudades, simplemente, se adquiere aquello que ven en otros cuerpos, sin ni tan siquiera saber, correctamente, el nombre del arma que se va a comprar. Así pues, en los años 80, muchos fueron los municipios que para sus funcionarios de P.L., adquirieron, masivamente, la pistola PK-28/30, de Star, ¿Por qué…? Muy sencillo, porque era la que el C.N.P. había comprado, sin más, solo por eso. En esos casos, se aplicaba aquello de: “…si es bueno para ellos, y son setenta mil funcionarios…será bueno para nosotros, que solo somos doscientos…”
Desde mi, personal, punto de vista, para adquirir una pistola policial se deben valorar muchas cosas y tener presentes muchos factores. El precio también es importante, pero no debe ser la base de la decisión.
Lo primero que, tanto a nivel oficial como particular, recomiendo para adquirir un arma es, la respuesta sincera a una serie de cuestiones. La primera cuestión es ¿Se va a entrenar lo suficiente y del modo adecuado al portador del arma?, para mi, esta pregunta, y su respuesta, son importantísimas y muy reveladoras. Según la respuesta recibida, voy a recomendar un tipo de pistola u otro.
Verán. Si una persona, o una institución policial, va a entrenar, poco y mal, y además lo sabe cuando va adquirir el arma, yo, no le recomiendo el uso de armas que tengan martillo oculto y que carezcan de seguro manual o exterior. Es muy fácil, seguro que lo entienden, se lo voy a razonar. Para mí, el arma ideal de defensa y seguridad es aquella que carece de seguros manuales, y que además, permite el disparo y el porte, con garantías de seguridad, con un cartucho siempre en recámara.
Cuando el arma carece de seguro manual o de martillo a la vista, lleva a error y a dudas, al tirador no avezado, o sea, al que no ha sido debidamente entrenado. Esta situación deja el terreno abonado para el fiasco, bien por accidente o bien por la respuesta no eficaz ante un ataque que provoca el miedo al no saber que hacer.
El hecho de que un tirador, poco instruido, no vea si el martillo de su pistola está abatido o no, provoca inseguridad en él. Lo mismo pasa con el seguro. Si un tirador se sabe, no cualificado, y a la par que le damos el arma, le decimos: “…cuidado, esta pistola no tiene seguro manual…”, lo estamos poniendo, sin querer, nervioso, cuando no, asustado. En cualquier caso, suele provocar inseguridad. Todo esto tiene una sencilla solución, basta con modificar, casi por completo, los programas de formación en tiro y armamento, tanto en las academias como en las unidades de destino.
Por ello, si sabemos que el arma irá destinada a personas que no están bien instruidas, y además, nunca lo estarán, mejor entregar armas que les hagan sentir más seguro, aunque con ellas sean tan pésimos tiradores como con las otras. La seguridad es muy importante en este tema. Prefiero un tirador seguro que a un buen tirador que no respeta, o no conoce, las normas de seguridad. En estos casos, prefiero entregar al agente, o sea, al no hábil, un arma con martillo exterior, incluso con seguro de aleta exterior. Ya que no se le va a proporcionar formación, démosle seguridad subjetiva.
Sin embargo, para tiradores cualificados o para personas que no tienen miedo a manejar el arma, prefiero armas como la Glock, o sea, que carecen no solo de martillo exterior, pues carece de ese mecanismo, sino que, no tiene seguro manual. En manos de personas bien instruidas, no hay mejor forma de portar el arma que, con cartucho en recámara, con o sin seguro manual activado, aunque recomiendo el NO uso del mismo. Deben saber que todas las armas de uso policial modernas, aún cuando no tengan seguro manual, tendrán mecanismos de seguridad automáticos.
Por ello, las armas de Doble Acción única, o de sistema Safe Actión o similares, son ideales, máxime cuando carecen de seguro manuales. Yo abogo por el porte del arma, siempre, presta para hacer fuego, así pues, defiendo la teoría del uso del cartucho siempre en recámara. Por ello, siempre, recomiendo armas de Doble Acción. Una vez tenemos un arma, con esas características, es importantísimo el entrenamiento en esa condición de disparo, de lo contrario no sacaremos partido a la ventaja de ir con el arma alimentada.
El tabú del cartucho en recámara, merece un artículo aparte. No termino de comprender por que, hace unos años, todos llevábamos un revólver con 5 ó 6 recámaras, y nadie se rasgaba las vestiduras, y ahora, con las pistolas, donde solo existe una recámara, se lía la de San Quintín. Igualmente opino sobre los detractores de las pistolas que no llevan seguro externo.
A los tiradores deportivos, les pudo comprender cuando temen a las pistolas sin seguro manual, pues por muy tiradores que sean, no son personas que habitualmente porten el arma pegada al cuerpo y rodeados de personas, muchas veces, “malas”. Pero a los profesionales de las Seguridad y del Orden, no los puedo comprender.
Los profesionales, a estas alturas, deberían de saber que, cuando se encuentren en una situación real de enfrentamiento, a vida o muerte, (o aunque no lo sea, pero ellos, pueden así percibirlo) sufrirán, de modo automático, una serie de cambios psicofísicos, que le impedirán actuar del modo que están acostumbrados a hacerlo en el aula de entrenamiento. Así pues, aumentará su ritmo cardíaco, también la temperatura corporal y con ello, llegará el sudor y la adrenalina. Su sangre se dirigirá, con más intensidad, hacia los músculos que más lo precisen en ese momento, eso será, generalmente, la musculatura de las extremidades, y otros grandes grupos musculares.
Mientras se producen los cambios fisiológicos, antes referidos, y otros tantos más, llegará menos sangre y oxígeno a los dedos, y demás órganos que, directamente, no intervendrán en la acción defensiva. Por ello, se perderá la habilidad digital, o Habilidad Motora Fina. Cuando esto último ocurra, desabrochar la funda, quitar o poner el seguro del arma, o cambiar de cargador, serán tareas sumamente complicadas.
Complementos básicos, de cinturón
Como recordarán, el año pasado, en noviembre, hicimos en número especial sobre Complementos Policiales, ahora, un año después, veremos una continuidad de aquello, una segunda parte.
El mercado de complementos, equipos y accesorios destinados a la comunidad policial, es muy amplio, más amplio pude ser si se ve desde otro prisma: lo que es útil o necesario en el servicio policial, suele serlo para el resto del sector profesional, incluyendo ahí, a los profesionales privados de la seguridad. Por tanto, la oferta debería ser tan amplia como la potencial demanda, y así es: existe directa proporcionalidad.
Cada día, son más los uniformados, y no uniformados, del sector, los que se surten de materiales o artículos profesionales, que en el mejor de los casos, mejora al material entregado de modo oficial por el cuerpo o empresa. Siendo, en ocasiones, y en el peor caso, un material o complemento que cubre una necesidad no prevista por la administración o empresa.
El año pasado tratamos complementos o materiales policiales como: botas, gafas tácticas o de tiro, guantes tácticos anti-corte, chalecos balísticos, grilletes, linternas, fundas de armas, y algunas cosas más.
En esta ocasión, comentaremos la necesidad profesional que surge para adquirir complementos, tanto para efectuar en sí un concreto servicio, como para, la necesidad de, superar imprevistos de los muchos que surgen en las jornadas de trabajo. En algún caso, analizaremos o comentaremos la necesidad de portar complementos concretos, sin los cuales, determinados supuestos no serían posible llevarse a término.
Multiusos, cortantes y pequeñas herramientas:
En un cinturón o equipo policial no debería faltar una herramienta cortante, o sea, una navaja. Naturalmente NO se portará con la idea de ser usada, a priori, como arma, si bien en determinados casos extremos, podría servir como arma defensiva. En este caso, nos referimos a otro fin o misión, como es la de herramienta multiusos, en especial, y principalmente, para ser usada como útil de rescate ante accidentes o catástrofes. Los agentes de policía son los primeros en llegar a todos estos incidentes, en especial: accidentes de tráfico e incendios.
Cortar un cinturón de seguridad, un cable, un alambre o hurgar en una cerradura, son algunas de las funciones que, a veces, tendrá que hacer un agente de policía en su ayuda diaria al ciudadano. Al hablar de este tema, siempre recuerdo el caso de un compañero en prácticas, que durante un servicio nocturno fue, junto conmigo, comisionado a las 3 horas de la madrugada para acudir a un domicilio particular, donde un familia tenía un problema de fontanería que le tenía inundada la primera planta de la vivienda. Una vez en el lugar de los hechos, comprobamos que la avería era de gran envergadura, pero debido a que no era problema de la red pública, no se pudo hacer uso del servicio de fontanería de guardia del Ayuntamiento.
Como quiera que, el agente en prácticas era un manitas, uso mi linterna (en ese momento Sure Fire NX8) observó el problema, y se dispuso a meterle mano. Para ello, usó otros de mis útiles de trabajo, una navaja WALTHER P-99 y mi alicante multiusos VITORINOX. Con todo ello, quitó piezas de un desagüe, piezas de aquí y de allá. Finalmente, fabricó una arandela y un tapón, y solucionó el problema de modo temporal. Lo más increíble es que, a las pocas semanas, pasamos por el mismo lugar, y nos dijeron los moradores que, lo habían dejado, todo, tal y como lo dejó mi compañero, pues no volvió a surgir el problema. A mi compañero novato y manitas, le regalé la navaja táctica Walther P99, espero que aún la conserve. Ya no trabaja en mi plantilla.
El ejemplo puesto anteriormente, es un evidente y real ejemplo de lo útil y necesario que, a veces, puede llegar a ser, el hecho de llevar un poco más de peso extra en la cintura.
Para la misión concreta de rescate inmediato y sin medios específicos de escarcelamiento, o sea, cuando el agente acude, sin medios, a un accidente, sería de gran utilidad y eficacia, llevar siempre, como llavero, en el coche patrulla, un RESQME u otro tipo de herramienta portallaves similar. Estos portallaves son de tamaño muy pequeño y por su diseño, configuración y mecanismos, pueden ser usados para fracturar lunas y cortar cinturones de seguridad.
Algunos modelos incluso incorporan una linterna que funciona bajo el agua. Lo mejor de estos productos es que son muy económicos a la vez que eficaces. Deberían ser uso oficial, en todos los cuerpos, e ir siempre acompañando las llaves de los vehículos policiales.
Pistoleras o fundas para portar bajo la ropa:
En el Especial Complementos, que el año pasado sacamos a la luz, tratamos, profundamente, el tema de las fundas de uso exterior y/o uniformado. Así pues, este año, no podemos olvidar el otro segmento de este tipo de artículos, me refiero a las fundas para portar armas sin uniforme, bien por ser usadas en servicios de escolta o investigación -en sus diferentes ramas- o por ser portadas cuando el profesional se haya franco de servicio.
Muchos profesionales, por la razón que sea, deciden ir armados en horas de NO servicio. El primer motivo que un funcionario policial puede aducir para portar su arma, en horas francas de servicio, es: que la Ley se lo permite, aunque muchos, aún pudiendo hacerlo, no lo hagan.
A los que habitualmente vamos armados, nos suelen preguntar el motivo por el cual, decidimos “cargar con ese peso extra”, a veces la pregunta surge de ciudadanos particulares, pero también son muchos los compañeros que no creen necesario el porte del arma, si no están trabajando. Naturalmente, como derecho que es, cada cual que haga lo que crea necesario o desee. Yo, en mi deseo de que se comprenda y se vea como algo “normal”, siempre trato de hacer ver que son numerosas las causas, por las que un funcionario policial, aún sin estar trabajando, puede ir armado,
La primera frase que uso, en mi intento de convencimiento a terceros, es: “…Mejor llevarla y NO necesitarla que, necesitarla y NO llevarla…”. Tras eso, lo razono con ejemplos.
Verán. La Ley, concretamente, la L.O. 2/86 de 13 de marzo, obliga al agente de Policía -del Cuerpo que sea- a: intervenir en todo tiempo y lugar, en defensa de la Ley y de la Seguridad Ciudadana. Y el artículo 450 del Código Penal establece que: cometen Delito de de Omisión del Deber de Perseguir Delitos o Promover su Persecución, los funcionarios que, pudiendo, y estando, por obligación del cargo, obligados, NO persiguen los delitos, de los que tengan conocimiento, independientemente de que estén o no estén de servicio.
Según lo anterior, si un agente policial, NO estando de servicio, por ejemplo, va paseando, comprando o haciendo deporte, y presencia un hecho con caracteres de delito, estará OBLIGADO a actuar, o sea, a intervenir. Naturalmente, el ordenamiento jurídico, y así la jurisprudencia lo entiende, exige la actuación de modo sensato y proporcionado.
Así las cosas, seguro que aquel agente del CNP de Madrid, que estando de vacaciones en Sevilla, y de paseo con familia, intervino ante los malos tratos físicos que presenció en la vía pública, hubiera, ese día, deseado tener su pistola a la mano. Ese agente, cumpliendo con su deber profesional, y con un valor humano extraordinario, intentó mediar, mejor dicho, evitar la paliza a la mujer. No solo no lo consiguió, sino que entre el maltratador, y un “compinche” de este, tras intervenir, previamente identificado con POLICÍA, recibió tal cantidad de golpes, que pasó meses de baja, y varias entradas en quirófano.
Por ello, muchos de los que somos convencidos policías, optamos por ir armados. A veces, oigo a agentes que cuentan que en una ocasión presenciaron la comisión de un delito, pero alegan en su defensa, pues no actuaron de modo alguno que: “…como no llevaba la pistola…para que me iba a identificar e impedir el delito…”. A mí, esa respuesta, no me gusta. El delito se podría intentar impedir, o perseguir, sin la necesidad de disparar a nadie, porque los que llevamos arma, no solemos intervenir pegando tiros. De ahí la frase aquella: “…Mejor llevarla y NO necesitarla que, necesitarla y NO llevarla…”.
Si ves un delito, y tienes ocasión de evitarlo o perseguirlo… ¡inténtalo!, si llevas el arma, mejor, si no la llevas…pues ojalá no haya que echarla de menos.
Ahora, tras esas explicaciones o aclaraciones, entramos en materia. Seguimos con el propósito del artículo. En ese terreno, en el de las fundas de “paisano” se han dado grandes pasos. Se empiezan a usar, en España, fundas más modernas, fundas que ofrecen ventajas que antes eran impensables en las fundas de cuero o lona; aún así, opino que, en este segmento, de fundas para ir de paisano, aún no existe la misma concienciación que sí existe para el trabajo uniformado.
Para el arma de trabajo uniformado, muchos agentes invierten dinero en modernas y seguras fundas, y para los casos de servicios de paisano o para las horas libres de servicio, siguen “gastando” fundas no tan acertadas.
Personalmente, aconsejo el uso de fundas de paisano de material plástico o similar, como el KYDEX. Estas fundas suelen fabricarse con sistemas de retención pasiva que, con solo un “tirón” desde el ángulo acertado de desenfunde, permiten la extracción del arma y a la vez, el sistema de retención, impide la caída y extravío del arma. Casi todas las marcas ofrecen algún modelo en este tipo. Quizás, las más vendidas son aquellas que tienen sistema de pala para su situación y agarre al cinturón, las cuales, suelen fijarse en la zona lumbar o zona de ilíaca. Dicho sistema, facilita, cómodamente y de forma muy rápida, la ubicación de la funda en la cintura, y además, puede ser cambiada, según interese, de posición, siendo trasladada más adelante o más atrás.
Para muchas ocasiones, prefiero las fundas interiores, o sea, las que van portadas por dentro del pantalón y asidas al cinto o pantalón por medio de pinzas o similares. También, en este tipo de fundas, podemos ver el material Kydex, si bien, en España, aún no se han extendido lo suficiente.
Las fundas interiores de Kydex con sistema de retención pasiva ofrecen una valiosa ventaja frente a las tradicionales fundas interiores de cuero, Nylon o serraje.
La ventaja que más valoro y por eso soy usuario diario de esas fundas, es que, permiten la extracción de modo rápido y seguro, pero hasta ahí, podrían llegar muchas de las de cuero o Nylon, solo que, a la hora del enfunde o devolución del arma a su funda, las de Kydex ganan la partida con creces.
Las de cuero y Nylon una vez se extrae el arma y queda la funda vacía entre nuestro cuerpo y el pantalón, queda cerrada, -cual carpeta de acordeón a la que extraemos el contenido- y para una devolución rápida y segura, del arma hacia la funda, habrá que usar ambas manos. La mano débil deberá abrir le entrada de la funda y la mano fuerte, con el arma empuñada, deberá ir buscando sitio y hueco para ir introduciéndola, es más, incluso el agente tendrá, a veces, que “encoger” estómago o meter barriga, para que la operación salga de modo más efectivo y rápido.
De lo expuesto en el párrafo anterior, se debe desprender que, cuando estemos en situación tranquila, en el campo de tiro, entrenando desenfundes y enfundes, con fundas interiores convencionales, no habrá gran pega. La pega surge cuando estemos en una intervención, donde estemos deteniendo o cacheando. Así pues, y por ejemplo: la mano débil no podremos usarla para abrir la funda, seguramente esa mano débil tenga un radiotransmisor, o esté taponando una herida propia o ajena, o esté inmovilizando a un detenido, etc.… Los argumentos que acabo de exponer son más que bastantes para probarlas y convencerse.
Yo, de este tipo de fundas interiores, de Kydex, uso las de la marca Comp-Tac y la que comercializa, el Instructor de Tiro, norteamericano, Gabe Suárez, la funda: Joshua Holster. Esta funda es muy práctica y útil, está especialmente diseñada para portar el arma en la zona inguinal.
Defensas como armas de baja letalidad y siempre a mano:
Otro complemento cada día más visto en manos de agentes de policía es, el bastón o defensa extensible. ASP es la marca que más prestigio tiene y que más difusión ha dado a este tipo de productos, si bien, existen otras marcas veteranas en el sector y también otras advenedizas, éstas últimas, produciendo defensas extensibles con modernos materiales NO metálicos.
La marca ASP ofrece varios modelos, con longitudes distintas, existiendo modelos aptos para portar bajo la ropa cuando se trabaja de paisano y modelos más idóneos para trabajos uniformados tanto de seguridad ciudadana como de intervención. ASP, también, ha creado una gama de productos y complementos para sus bastones policiales, como pueden ser fundas sobaqueras, tapones personalizados, puntos de presión, linternas o espejos que se acoplan al bastón. La forma de cierre de estas defensas telescópicas es por presión, o golpe, tras el cual, las piezas que la componen se van cerrando unas dentro de las otras hasta quedar en la posición de cerrada.
Otros fabricantes han optado por sistemas de cierre menos llamativos, y utilizan, para el cierre, un sistema de presión dactilar, lo cual proporciona discreción. Las extensibles que usan botones de cierre, suelen, también, permitir la apertura segura sin necesidad de ostentación, siempre que la situación lo precise. Es por ejemplo el caso de las MONADNOCK Autolock, las cuales tienen otra característica singular y es que las piezas que conforman el bastón, contienen rodamientos en los extremos de cada tramo y al quedar abiertas giran sobre si, lo cual puede ser útil si un agresor agarra el extremo de la defensa, pues no provocaría el bloqueo de la muñeca del agente que la sostiene por el otro extremo.
Otra extensible con sistema de cierre sin presiones o golpes, es la EKA Camlock, la cual ya se está entregando como material de dotación en algunos cuerpos de Policía Local de nuestro país.
Un “subcomplemento”, si se me permite el vocablo, es la llave extra larga para grilletes convencionales. Dicha llave, facilita, al agente, la labor de retirar los grilletes al detenido y la maniobra de colocar el segu
ro a los grilletes, pues también llevan aguja de accionamiento de dicho mecanismo. Dada la longitud mayor de la llave, dan más libertad de movimientos en los dedos del agente. No olvidemos que la habilidad digital se pierde cuando se está nervioso, y la detención, muchas veces, provocará tensión. Estas llaves las hay incluso con un pequeño Led de iluminación.
De un modo directamente proporcional, al empleo de tantos complementos, han crecido, en nuestro país, los establecimientos que distribuyen este tipo de productos. Es más, ya existen incluso franquicias nacionales. Estas tiendas franquiciadas, con el mismo nombre comercial, no solo vende y distribuyen productos en distintas ciudades españolas, sino que se abren paso en países del entorno, como el caso del vecino país Portugal. También las franquicias, tienen su propia fábrica de producción de artículos, y ofertan una gama de productos con el mismo nombre comercial que el establecimiento
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/escoltas-f9/principales-pistolas-policiales-de-dotacion-reglamentaria-en-espana-t1097.htm
Especial Complementos Policiales -II Parte- y (Noviembre 2009)
Como muchos de ustedes saben, soy habitual colaborador del periódico ARMAS.ES, pues bien, como todos los meses, su editor y redactor, Rafa Fernández, me pidió un artículo para la edición Especial de este mes de noviembre/09. Como siempre, me dijo lo que necesitaba y yo me puse manos a la obra.
Para esta ocasión, necesitaba algo sobre complementos policiales, -sin caer en la repetición de noviembre/08, en cuyo número colaboré muy estrechamente- así pues, le mandé un texto que preparé, ex profeso, para la ocasión. Por motivos varios, principalmente por mi estancia prolongada, -dos semanas- en un curso profesional, fuera de mi provincia, mandé, por error, a la redacción del periódico, un proyecto del artículo, y no el definitivo. Así pues, el periódico Armas.es de noviembre de 2009, en lo relativo a mis artículos, no va “actualizado”.
Para mitigar los efectos de mi error, aquí y ahora, en mi blog, podrán leer el texto completo y definitivo que debió llegar a tiempo a la redacción de la publicación. Admito el mea culpa y les dejo con el texto original.
ESPECIAL COMPLEMENTOS POLICIALES -II Parte- y PRINCIPALES PISTOLAS POLICIALES DE DOTACIÓN REGLAMENTARIA EN LAS FYCS DE ESPAÑA
Ernesto Pérez Vera
Instructor de Tiro Policial y Defensivo
El uso de las armas de fuego por parte de los miembros de las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad, es algo inherente a la profesión de Policía, se llame como se llame el Cuerpo. Son las armas cortas, de fuego, las que más diaria y continuamente se emplean en el quehacer de un agente policial, tanto en España como en cualquier país “civilizado”. Hacer uso de un arma, siempre es trascendental, pues del buen, o mal uso que de ella se haga, se podrán derivar responsabilidades penales, y a veces morales.
En nuestro país, España, el agente de Policía, portará un arma corta con la, siempre presente, premisa de solo emplearla para salvar una situación en la que su vida o integridad física o la de un tercero, estén en serio y grave riesgo. Por tanto, el arma corta policial ha de verse como un elemento defensivo, y siempre de respuesta ante ilegítimos acometimientos.
En mi opinión, y aún siendo amante de las armas en general, y de las cortas en particular, lo que debe primar en un agente policial, y también en cualquier usuario de armas es: el manejo seguro y hábil del arma, para aún en situaciones críticas poder sacar el máximo partido de ellas. Creo que el tipo de arma, su marca y su modelo, son algo secundario, si bien, determinados mecanismos y calibres, podrán ayudar, siempre que se sepa hacer un acertado uso del arma, a salir “mejor parados” de un encuentro armado.
Las armas cortas se dividen en dos grupos bien diferenciados, las pistolas y los revólveres, de ellas, la pistola, se lleva la “palma” en cuanto a extensión de empleo. Hasta hace unas décadas, en los EE.UU., eran los revólveres, las armas de “puño” que más se usaban, y precisamente, cuando los norteamericanos hicieron el “giro” hacia la pistola, aquí, en España, se empezaron a usar, con más o menos intensidad, los revólveres.
En la década de los 80, del siglo pasado, en las FYCS de España, empezaron, de modo oficial, a verse revólveres en la cintura de nuestros agentes policiales, tanto en los cuerpos estatales, como en los locales. Fue el Cuerpo de Policía Nacional, hoy Cuerpo Nacional de Policía, quien, desde el sector estatal, usó para sus agentes uniformados, revólveres del calibre .38 Especial, concretamente, el Astra mod. 960, de seis cartuchos de capacidad. Para misiones concretas, y en determinada unidad, se usan, aún, revólveres franceses de la marca Manurhin.
A nivel, también estatal, pero no uniformado, los agentes del extinto Cuerpo Superior de Policía, y antes, Cuerpo General de Policía, -ambos unificados y encarnados en el actual C.N.P.- usaban revólveres, siendo estos, tanto dotación oficial como de adquisición personal.
La Guardia Civil, al menos, a nivel uniformado, no usa revólver desde inicios del siglo XX, si bien, a nivel de trabajos de otro tipo, sí poseía, y aún lo hace, algunas armas de este tipo.
A nivel de Policía Local se ha usado mucho el revólver, tanto es así que, aún, hoy se usa de modo regular en determinados cuerpos de P.L. Los revólveres, vinieron a sustituir o incluso coexistir, en las PP.LL., a las pistolas de simple acción, muchas de ellas, de calibres marginales, como el 9m/m Corto y el 7,65 m/m.
Hoy, en el año 2009, son las pistolas las reinas del sector, es más, desde que llegó la era del “Efecto 2000”, las pistolas entraron, en el sector policial definitivamente, relegando a los revólveres a un segundo plano. En la época que vivimos, no son solo las pistolas, en general, las que dominan, sino que además, son las pistolas que poseen determinadas características. No creo que exista, en España, un solo Cuerpo que mantenga en la cintura de sus agentes, pistolas que no sean de doble acción, acción mixta o de sistema similar y que además, tengan capacidad doble en sus cargadores, esto es, no menos de 13 cartuchos en el cargador.
Bueno, al hilo de lo que decía en el párrafo anterior, debo decir, muy a mi pesar, que existen, aún, numerosas armas de solo simple acción, y poca capacidad de cargador, en el seno de las FYCS, a nivel oficial. En la Guardia Civil, se sigue usando la pistola Star modelo BM, la cual, como ya saben, es de solo S.A. y de 8 cartuchos de capacidad en el cargador. En este cuerpo estatal, se usan, de modo reglamentario, numerosas armas, siendo, ya, todas, de características modernas y operativas, a excepción de la BM. Algunos quizás no lo sepan, pero en destinos, tales, como academias y centros de formación, el arma de dotación, de los funcionarios allí destinados es, la Star BM.
A nivel de la Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía, –Cuerpos del Estado- suele haber, a nivel de cada organización, una homogenización en cuanto a armas cortas. Así pues, el C.N.P. en los años 80, del siglo pasado, adquirió, para el grueso de sus unidades uniformadas, la pistola Star PK-28/30, la cual, recientemente, ha empezado a ser sustituida por la, ya no tan moderna, HK-USP-Compact. Sin embargo, en este mismo cuerpo, hay otras pistolas semiautomáticas en dotación, siendo el caso del G.E.O., cuyos agentes portan la Sig Sauer P226.
En la G.C., el otro Cuerpo del Estado, existen varios modelos en servicio, siendo entregado, a los agentes, uno u otro modelo, en virtud del destino. La pistola base en el benemérito instituto es, la Beretta 92. En unidades de Policía Judicial, Información y otras más que puedan trabajar con ropas de paisano, se usa la HK-USP-C, la misma que, también se entrega en las Agrupaciones Rurales de Seguridad, más conocidas como G.R.S. o antidisturbios. Para los Oficiales del Cuerpo fue elegida otra pistola, en este caso, una Sig Sauer.
El primer modelo de pistola, con mecanismo de doble acción, en servicio en la G.C. fue, la Star M-30, la cual, en determinadas unidades, se sigue usando, si bien, debería tener los días contados. Como se dijo antes, la Beretta 92 es el modelo base de dotación en Cuerpo, por ello, más tarde que temprano, las M-30 y BM, de la que también se habló antes, serán sustituidas por la italiana.
A nivel de los Cuerpos de Policía Local, es muy complicado hablar de armas de dotación, pues, como saben, cada Cuerpo de P.L. depende de un Ayuntamiento (Administración Local) y cada una, con sus presupuestos económicos y asesores técnicos, si es que los hay, adquiere lo que mejor convenga en cada momento. Existen tantos Cuerpo de P.L., casi, como ciudades, pueblos y localidades o municipios en todo el territorio nacional.
Existen cuerpos de P.L. en los cuales son varias marcas y modelos los que se entregan a los agentes, casi siempre, según la promoción o año de incorporación a la institución. Quizás, estos son los modelos más frecuentes, en el uso diario de los PP.LL. de nuestro país: HK-USP-C y Walter P-99.
De todos modos, son muchas las pistolas que se pueden relacionar. Conozco casos de Ayuntamientos que han invertido, para sus agentes, en pistolas: Sig Sauer P2022, Sig Sauer P-228, Glock 19/17, Berettas mod. 92 y Beretta Cougar 8000. Más atrás en el tiempo, fueron las Star PK-28/30 y sus variantes, las más frecuentemente adquiridas para los cuerpos locales. He visto, en algún municipio, incluso pistolas Llamas M-82. Muchas armas de la marca Smith and Wesson, también son vistas entre los agentes locales, casi siempre, adquiridas en décadas pasadas.
Después de haber mencionado tantas marcas y modelos, tengo que decir que son muchas más pistolas, no mencionadas, las que, me consta, que están siendo usadas de modo reglamentario en distintas plantillas de Policía Local. He mencionado, únicamente, las marcas y modelos que considero más extendidas.
En las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, C.N.P. y G.C., la elección del arma, no se hace de un día para otro. En ambas instituciones, se elaboran pliegos de condiciones para el concurso de las distintas marcas. Tras pasar el concurso de condiciones técnicas, las armas, son sometidas a un test, tras cuya superación, se obtendrán datos para la definitiva decisión de adquisición.
Las pruebas a las que se someten las armas, no son livianas, algunas, son muy duras y exigentes, si bien, me temo que, no solo el resultado final que arroje el estudio, será vinculante para la compra final. Creo que pesa más el precio que la calidad y operatividad del arma. Me doy por satisfecho con que, se adquieran armas que mantenga un equilibrio razonado calidad-seguridad-precio.
Los estudios de adquisición o evaluación, por parte de los Cuerpos de Policía Local, son prácticamente nulos. En los cuerpos dependientes de las Administraciones Locales, se suele comprar según otros criterios, primando, casi siempre, el precio. Créanme, ese es el único criterio que se suele tener en cuenta en las PP.LL. En otras plantillas, sí se dejan asesorar, pero no siempre de modo acertado -suelen existir jugosas comisiones-
En otras muchas ciudades, simplemente, se adquiere aquello que ven en otros cuerpos, sin ni tan siquiera saber, correctamente, el nombre del arma que se va a comprar. Así pues, en los años 80, muchos fueron los municipios que para sus funcionarios de P.L., adquirieron, masivamente, la pistola PK-28/30, de Star, ¿Por qué…? Muy sencillo, porque era la que el C.N.P. había comprado, sin más, solo por eso. En esos casos, se aplicaba aquello de: “…si es bueno para ellos, y son setenta mil funcionarios…será bueno para nosotros, que solo somos doscientos…”
Desde mi, personal, punto de vista, para adquirir una pistola policial se deben valorar muchas cosas y tener presentes muchos factores. El precio también es importante, pero no debe ser la base de la decisión.
Lo primero que, tanto a nivel oficial como particular, recomiendo para adquirir un arma es, la respuesta sincera a una serie de cuestiones. La primera cuestión es ¿Se va a entrenar lo suficiente y del modo adecuado al portador del arma?, para mi, esta pregunta, y su respuesta, son importantísimas y muy reveladoras. Según la respuesta recibida, voy a recomendar un tipo de pistola u otro.
Verán. Si una persona, o una institución policial, va a entrenar, poco y mal, y además lo sabe cuando va adquirir el arma, yo, no le recomiendo el uso de armas que tengan martillo oculto y que carezcan de seguro manual o exterior. Es muy fácil, seguro que lo entienden, se lo voy a razonar. Para mí, el arma ideal de defensa y seguridad es aquella que carece de seguros manuales, y que además, permite el disparo y el porte, con garantías de seguridad, con un cartucho siempre en recámara.
Cuando el arma carece de seguro manual o de martillo a la vista, lleva a error y a dudas, al tirador no avezado, o sea, al que no ha sido debidamente entrenado. Esta situación deja el terreno abonado para el fiasco, bien por accidente o bien por la respuesta no eficaz ante un ataque que provoca el miedo al no saber que hacer.
El hecho de que un tirador, poco instruido, no vea si el martillo de su pistola está abatido o no, provoca inseguridad en él. Lo mismo pasa con el seguro. Si un tirador se sabe, no cualificado, y a la par que le damos el arma, le decimos: “…cuidado, esta pistola no tiene seguro manual…”, lo estamos poniendo, sin querer, nervioso, cuando no, asustado. En cualquier caso, suele provocar inseguridad. Todo esto tiene una sencilla solución, basta con modificar, casi por completo, los programas de formación en tiro y armamento, tanto en las academias como en las unidades de destino.
Por ello, si sabemos que el arma irá destinada a personas que no están bien instruidas, y además, nunca lo estarán, mejor entregar armas que les hagan sentir más seguro, aunque con ellas sean tan pésimos tiradores como con las otras. La seguridad es muy importante en este tema. Prefiero un tirador seguro que a un buen tirador que no respeta, o no conoce, las normas de seguridad. En estos casos, prefiero entregar al agente, o sea, al no hábil, un arma con martillo exterior, incluso con seguro de aleta exterior. Ya que no se le va a proporcionar formación, démosle seguridad subjetiva.
Sin embargo, para tiradores cualificados o para personas que no tienen miedo a manejar el arma, prefiero armas como la Glock, o sea, que carecen no solo de martillo exterior, pues carece de ese mecanismo, sino que, no tiene seguro manual. En manos de personas bien instruidas, no hay mejor forma de portar el arma que, con cartucho en recámara, con o sin seguro manual activado, aunque recomiendo el NO uso del mismo. Deben saber que todas las armas de uso policial modernas, aún cuando no tengan seguro manual, tendrán mecanismos de seguridad automáticos.
Por ello, las armas de Doble Acción única, o de sistema Safe Actión o similares, son ideales, máxime cuando carecen de seguro manuales. Yo abogo por el porte del arma, siempre, presta para hacer fuego, así pues, defiendo la teoría del uso del cartucho siempre en recámara. Por ello, siempre, recomiendo armas de Doble Acción. Una vez tenemos un arma, con esas características, es importantísimo el entrenamiento en esa condición de disparo, de lo contrario no sacaremos partido a la ventaja de ir con el arma alimentada.
El tabú del cartucho en recámara, merece un artículo aparte. No termino de comprender por que, hace unos años, todos llevábamos un revólver con 5 ó 6 recámaras, y nadie se rasgaba las vestiduras, y ahora, con las pistolas, donde solo existe una recámara, se lía la de San Quintín. Igualmente opino sobre los detractores de las pistolas que no llevan seguro externo.
A los tiradores deportivos, les pudo comprender cuando temen a las pistolas sin seguro manual, pues por muy tiradores que sean, no son personas que habitualmente porten el arma pegada al cuerpo y rodeados de personas, muchas veces, “malas”. Pero a los profesionales de las Seguridad y del Orden, no los puedo comprender.
Los profesionales, a estas alturas, deberían de saber que, cuando se encuentren en una situación real de enfrentamiento, a vida o muerte, (o aunque no lo sea, pero ellos, pueden así percibirlo) sufrirán, de modo automático, una serie de cambios psicofísicos, que le impedirán actuar del modo que están acostumbrados a hacerlo en el aula de entrenamiento. Así pues, aumentará su ritmo cardíaco, también la temperatura corporal y con ello, llegará el sudor y la adrenalina. Su sangre se dirigirá, con más intensidad, hacia los músculos que más lo precisen en ese momento, eso será, generalmente, la musculatura de las extremidades, y otros grandes grupos musculares.
Mientras se producen los cambios fisiológicos, antes referidos, y otros tantos más, llegará menos sangre y oxígeno a los dedos, y demás órganos que, directamente, no intervendrán en la acción defensiva. Por ello, se perderá la habilidad digital, o Habilidad Motora Fina. Cuando esto último ocurra, desabrochar la funda, quitar o poner el seguro del arma, o cambiar de cargador, serán tareas sumamente complicadas.
Complementos básicos, de cinturón
Como recordarán, el año pasado, en noviembre, hicimos en número especial sobre Complementos Policiales, ahora, un año después, veremos una continuidad de aquello, una segunda parte.
El mercado de complementos, equipos y accesorios destinados a la comunidad policial, es muy amplio, más amplio pude ser si se ve desde otro prisma: lo que es útil o necesario en el servicio policial, suele serlo para el resto del sector profesional, incluyendo ahí, a los profesionales privados de la seguridad. Por tanto, la oferta debería ser tan amplia como la potencial demanda, y así es: existe directa proporcionalidad.
Cada día, son más los uniformados, y no uniformados, del sector, los que se surten de materiales o artículos profesionales, que en el mejor de los casos, mejora al material entregado de modo oficial por el cuerpo o empresa. Siendo, en ocasiones, y en el peor caso, un material o complemento que cubre una necesidad no prevista por la administración o empresa.
El año pasado tratamos complementos o materiales policiales como: botas, gafas tácticas o de tiro, guantes tácticos anti-corte, chalecos balísticos, grilletes, linternas, fundas de armas, y algunas cosas más.
En esta ocasión, comentaremos la necesidad profesional que surge para adquirir complementos, tanto para efectuar en sí un concreto servicio, como para, la necesidad de, superar imprevistos de los muchos que surgen en las jornadas de trabajo. En algún caso, analizaremos o comentaremos la necesidad de portar complementos concretos, sin los cuales, determinados supuestos no serían posible llevarse a término.
Multiusos, cortantes y pequeñas herramientas:
En un cinturón o equipo policial no debería faltar una herramienta cortante, o sea, una navaja. Naturalmente NO se portará con la idea de ser usada, a priori, como arma, si bien en determinados casos extremos, podría servir como arma defensiva. En este caso, nos referimos a otro fin o misión, como es la de herramienta multiusos, en especial, y principalmente, para ser usada como útil de rescate ante accidentes o catástrofes. Los agentes de policía son los primeros en llegar a todos estos incidentes, en especial: accidentes de tráfico e incendios.
Cortar un cinturón de seguridad, un cable, un alambre o hurgar en una cerradura, son algunas de las funciones que, a veces, tendrá que hacer un agente de policía en su ayuda diaria al ciudadano. Al hablar de este tema, siempre recuerdo el caso de un compañero en prácticas, que durante un servicio nocturno fue, junto conmigo, comisionado a las 3 horas de la madrugada para acudir a un domicilio particular, donde un familia tenía un problema de fontanería que le tenía inundada la primera planta de la vivienda. Una vez en el lugar de los hechos, comprobamos que la avería era de gran envergadura, pero debido a que no era problema de la red pública, no se pudo hacer uso del servicio de fontanería de guardia del Ayuntamiento.
Como quiera que, el agente en prácticas era un manitas, uso mi linterna (en ese momento Sure Fire NX8) observó el problema, y se dispuso a meterle mano. Para ello, usó otros de mis útiles de trabajo, una navaja WALTHER P-99 y mi alicante multiusos VITORINOX. Con todo ello, quitó piezas de un desagüe, piezas de aquí y de allá. Finalmente, fabricó una arandela y un tapón, y solucionó el problema de modo temporal. Lo más increíble es que, a las pocas semanas, pasamos por el mismo lugar, y nos dijeron los moradores que, lo habían dejado, todo, tal y como lo dejó mi compañero, pues no volvió a surgir el problema. A mi compañero novato y manitas, le regalé la navaja táctica Walther P99, espero que aún la conserve. Ya no trabaja en mi plantilla.
El ejemplo puesto anteriormente, es un evidente y real ejemplo de lo útil y necesario que, a veces, puede llegar a ser, el hecho de llevar un poco más de peso extra en la cintura.
Para la misión concreta de rescate inmediato y sin medios específicos de escarcelamiento, o sea, cuando el agente acude, sin medios, a un accidente, sería de gran utilidad y eficacia, llevar siempre, como llavero, en el coche patrulla, un RESQME u otro tipo de herramienta portallaves similar. Estos portallaves son de tamaño muy pequeño y por su diseño, configuración y mecanismos, pueden ser usados para fracturar lunas y cortar cinturones de seguridad.
Algunos modelos incluso incorporan una linterna que funciona bajo el agua. Lo mejor de estos productos es que son muy económicos a la vez que eficaces. Deberían ser uso oficial, en todos los cuerpos, e ir siempre acompañando las llaves de los vehículos policiales.
Pistoleras o fundas para portar bajo la ropa:
En el Especial Complementos, que el año pasado sacamos a la luz, tratamos, profundamente, el tema de las fundas de uso exterior y/o uniformado. Así pues, este año, no podemos olvidar el otro segmento de este tipo de artículos, me refiero a las fundas para portar armas sin uniforme, bien por ser usadas en servicios de escolta o investigación -en sus diferentes ramas- o por ser portadas cuando el profesional se haya franco de servicio.
Muchos profesionales, por la razón que sea, deciden ir armados en horas de NO servicio. El primer motivo que un funcionario policial puede aducir para portar su arma, en horas francas de servicio, es: que la Ley se lo permite, aunque muchos, aún pudiendo hacerlo, no lo hagan.
A los que habitualmente vamos armados, nos suelen preguntar el motivo por el cual, decidimos “cargar con ese peso extra”, a veces la pregunta surge de ciudadanos particulares, pero también son muchos los compañeros que no creen necesario el porte del arma, si no están trabajando. Naturalmente, como derecho que es, cada cual que haga lo que crea necesario o desee. Yo, en mi deseo de que se comprenda y se vea como algo “normal”, siempre trato de hacer ver que son numerosas las causas, por las que un funcionario policial, aún sin estar trabajando, puede ir armado,
La primera frase que uso, en mi intento de convencimiento a terceros, es: “…Mejor llevarla y NO necesitarla que, necesitarla y NO llevarla…”. Tras eso, lo razono con ejemplos.
Verán. La Ley, concretamente, la L.O. 2/86 de 13 de marzo, obliga al agente de Policía -del Cuerpo que sea- a: intervenir en todo tiempo y lugar, en defensa de la Ley y de la Seguridad Ciudadana. Y el artículo 450 del Código Penal establece que: cometen Delito de de Omisión del Deber de Perseguir Delitos o Promover su Persecución, los funcionarios que, pudiendo, y estando, por obligación del cargo, obligados, NO persiguen los delitos, de los que tengan conocimiento, independientemente de que estén o no estén de servicio.
Según lo anterior, si un agente policial, NO estando de servicio, por ejemplo, va paseando, comprando o haciendo deporte, y presencia un hecho con caracteres de delito, estará OBLIGADO a actuar, o sea, a intervenir. Naturalmente, el ordenamiento jurídico, y así la jurisprudencia lo entiende, exige la actuación de modo sensato y proporcionado.
Así las cosas, seguro que aquel agente del CNP de Madrid, que estando de vacaciones en Sevilla, y de paseo con familia, intervino ante los malos tratos físicos que presenció en la vía pública, hubiera, ese día, deseado tener su pistola a la mano. Ese agente, cumpliendo con su deber profesional, y con un valor humano extraordinario, intentó mediar, mejor dicho, evitar la paliza a la mujer. No solo no lo consiguió, sino que entre el maltratador, y un “compinche” de este, tras intervenir, previamente identificado con POLICÍA, recibió tal cantidad de golpes, que pasó meses de baja, y varias entradas en quirófano.
Por ello, muchos de los que somos convencidos policías, optamos por ir armados. A veces, oigo a agentes que cuentan que en una ocasión presenciaron la comisión de un delito, pero alegan en su defensa, pues no actuaron de modo alguno que: “…como no llevaba la pistola…para que me iba a identificar e impedir el delito…”. A mí, esa respuesta, no me gusta. El delito se podría intentar impedir, o perseguir, sin la necesidad de disparar a nadie, porque los que llevamos arma, no solemos intervenir pegando tiros. De ahí la frase aquella: “…Mejor llevarla y NO necesitarla que, necesitarla y NO llevarla…”.
Si ves un delito, y tienes ocasión de evitarlo o perseguirlo… ¡inténtalo!, si llevas el arma, mejor, si no la llevas…pues ojalá no haya que echarla de menos.
Ahora, tras esas explicaciones o aclaraciones, entramos en materia. Seguimos con el propósito del artículo. En ese terreno, en el de las fundas de “paisano” se han dado grandes pasos. Se empiezan a usar, en España, fundas más modernas, fundas que ofrecen ventajas que antes eran impensables en las fundas de cuero o lona; aún así, opino que, en este segmento, de fundas para ir de paisano, aún no existe la misma concienciación que sí existe para el trabajo uniformado.
Para el arma de trabajo uniformado, muchos agentes invierten dinero en modernas y seguras fundas, y para los casos de servicios de paisano o para las horas libres de servicio, siguen “gastando” fundas no tan acertadas.
Personalmente, aconsejo el uso de fundas de paisano de material plástico o similar, como el KYDEX. Estas fundas suelen fabricarse con sistemas de retención pasiva que, con solo un “tirón” desde el ángulo acertado de desenfunde, permiten la extracción del arma y a la vez, el sistema de retención, impide la caída y extravío del arma. Casi todas las marcas ofrecen algún modelo en este tipo. Quizás, las más vendidas son aquellas que tienen sistema de pala para su situación y agarre al cinturón, las cuales, suelen fijarse en la zona lumbar o zona de ilíaca. Dicho sistema, facilita, cómodamente y de forma muy rápida, la ubicación de la funda en la cintura, y además, puede ser cambiada, según interese, de posición, siendo trasladada más adelante o más atrás.
Para muchas ocasiones, prefiero las fundas interiores, o sea, las que van portadas por dentro del pantalón y asidas al cinto o pantalón por medio de pinzas o similares. También, en este tipo de fundas, podemos ver el material Kydex, si bien, en España, aún no se han extendido lo suficiente.
Las fundas interiores de Kydex con sistema de retención pasiva ofrecen una valiosa ventaja frente a las tradicionales fundas interiores de cuero, Nylon o serraje.
La ventaja que más valoro y por eso soy usuario diario de esas fundas, es que, permiten la extracción de modo rápido y seguro, pero hasta ahí, podrían llegar muchas de las de cuero o Nylon, solo que, a la hora del enfunde o devolución del arma a su funda, las de Kydex ganan la partida con creces.
Las de cuero y Nylon una vez se extrae el arma y queda la funda vacía entre nuestro cuerpo y el pantalón, queda cerrada, -cual carpeta de acordeón a la que extraemos el contenido- y para una devolución rápida y segura, del arma hacia la funda, habrá que usar ambas manos. La mano débil deberá abrir le entrada de la funda y la mano fuerte, con el arma empuñada, deberá ir buscando sitio y hueco para ir introduciéndola, es más, incluso el agente tendrá, a veces, que “encoger” estómago o meter barriga, para que la operación salga de modo más efectivo y rápido.
De lo expuesto en el párrafo anterior, se debe desprender que, cuando estemos en situación tranquila, en el campo de tiro, entrenando desenfundes y enfundes, con fundas interiores convencionales, no habrá gran pega. La pega surge cuando estemos en una intervención, donde estemos deteniendo o cacheando. Así pues, y por ejemplo: la mano débil no podremos usarla para abrir la funda, seguramente esa mano débil tenga un radiotransmisor, o esté taponando una herida propia o ajena, o esté inmovilizando a un detenido, etc.… Los argumentos que acabo de exponer son más que bastantes para probarlas y convencerse.
Yo, de este tipo de fundas interiores, de Kydex, uso las de la marca Comp-Tac y la que comercializa, el Instructor de Tiro, norteamericano, Gabe Suárez, la funda: Joshua Holster. Esta funda es muy práctica y útil, está especialmente diseñada para portar el arma en la zona inguinal.
Defensas como armas de baja letalidad y siempre a mano:
Otro complemento cada día más visto en manos de agentes de policía es, el bastón o defensa extensible. ASP es la marca que más prestigio tiene y que más difusión ha dado a este tipo de productos, si bien, existen otras marcas veteranas en el sector y también otras advenedizas, éstas últimas, produciendo defensas extensibles con modernos materiales NO metálicos.
La marca ASP ofrece varios modelos, con longitudes distintas, existiendo modelos aptos para portar bajo la ropa cuando se trabaja de paisano y modelos más idóneos para trabajos uniformados tanto de seguridad ciudadana como de intervención. ASP, también, ha creado una gama de productos y complementos para sus bastones policiales, como pueden ser fundas sobaqueras, tapones personalizados, puntos de presión, linternas o espejos que se acoplan al bastón. La forma de cierre de estas defensas telescópicas es por presión, o golpe, tras el cual, las piezas que la componen se van cerrando unas dentro de las otras hasta quedar en la posición de cerrada.
Otros fabricantes han optado por sistemas de cierre menos llamativos, y utilizan, para el cierre, un sistema de presión dactilar, lo cual proporciona discreción. Las extensibles que usan botones de cierre, suelen, también, permitir la apertura segura sin necesidad de ostentación, siempre que la situación lo precise. Es por ejemplo el caso de las MONADNOCK Autolock, las cuales tienen otra característica singular y es que las piezas que conforman el bastón, contienen rodamientos en los extremos de cada tramo y al quedar abiertas giran sobre si, lo cual puede ser útil si un agresor agarra el extremo de la defensa, pues no provocaría el bloqueo de la muñeca del agente que la sostiene por el otro extremo.
Otra extensible con sistema de cierre sin presiones o golpes, es la EKA Camlock, la cual ya se está entregando como material de dotación en algunos cuerpos de Policía Local de nuestro país.
Un “subcomplemento”, si se me permite el vocablo, es la llave extra larga para grilletes convencionales. Dicha llave, facilita, al agente, la labor de retirar los grilletes al detenido y la maniobra de colocar el segu
ro a los grilletes, pues también llevan aguja de accionamiento de dicho mecanismo. Dada la longitud mayor de la llave, dan más libertad de movimientos en los dedos del agente. No olvidemos que la habilidad digital se pierde cuando se está nervioso, y la detención, muchas veces, provocará tensión. Estas llaves las hay incluso con un pequeño Led de iluminación.
De un modo directamente proporcional, al empleo de tantos complementos, han crecido, en nuestro país, los establecimientos que distribuyen este tipo de productos. Es más, ya existen incluso franquicias nacionales. Estas tiendas franquiciadas, con el mismo nombre comercial, no solo vende y distribuyen productos en distintas ciudades españolas, sino que se abren paso en países del entorno, como el caso del vecino país Portugal. También las franquicias, tienen su propia fábrica de producción de artículos, y ofertan una gama de productos con el mismo nombre comercial que el establecimiento
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/escoltas-f9/principales-pistolas-policiales-de-dotacion-reglamentaria-en-espana-t1097.htm