Cientos de miembros de la fuerza pública en Colombia deben su vida a una especializada brigada ‘élite’ de perros anti-explosivos, mientras que toneladas de cocaína son detectadas anualmente por un grupo anti-drogas similar, atrayendo el interés de la policía en toda América Latina.
‘Cacaroto’ y ‘Cronos’ son dos perros, el primero cruce de Pittsburgh y Labrador, y el segundo un pastor alemán, que tras 88 días de duro entrenamiento se han convertido en líderes del cuerpo canino antidrogas que se capacita en la Escuela de Carabineros de la Policía, situada a 40 kilómetros al occidente de Bogotá.
Como ellos, unos 750 perros trabajan actualmente en el país andino en otras cuatro áreas, en las que se especializan a lo largo de su entrenamiento: anti-explosivos, búsqueda y rescate, divisas y detección de explosivos en áreas de erradicación manual de cultivos ilícitos.
La ‘fuerza canina’ se incrementará en 433 animales más para 2010, los cuales acaban de ser adquiridos a un costo unitario de entre 6 y 8 millones de pesos (de 2.500 a 3.500 dólares) sin entrenamiento.
Pero una vez concluida la capacitación, el perro puede alcanzar un valor de hasta 15 millones de pesos, según el intendente jefe, William Quiroga, instructor de la Escuela.
Tal vez uno de los entrenamientos más difíciles es el que tiene que ver con los perros entrenados para detectar explosivos en las áreas de erradicación de cultivos manuales.
“El animal debe ser capaz de detectar una sustancia explosiva, sorteando a la vez mecanismos como cordeles, nylon u otro de tipo de elementos que puedan activar los explosivos”, explicó Quiroga.
Asimismo, el instructor aclaró que a los perros antinarcóticos no se les suministra drogas, como se cree a nivel popular.
“Ellos no van detrás de los estupefacientes, lo que buscan es una recompensa por encontrar la sustancia, que en la mayoría de los casos es una pelota, su pelota, que pueden distinguir entre muchas otras, incluso del mismo color y tamaño”, indicó el suboficial.
El curso no sólo implica el entrenamiento de los canes, sino también la formación de sus instructores, escogidos tras un riguroso proceso de selección, como lo señala el intendente Marino Velásquez, instructor jefe de Incorporación de los aspirantes a Guías Caninos.
Según Velásquez, los instructores son capacitados en materias como la Cinología, que estudia lo relacionado con la genética, morfología y psicología del perro; Etología, que trata del comportamiento de los animales; Ética, narcóticos y explosivos, y adiestramiento básico.
No en vano, hombre y animal conviven y trabajan al menos ocho años desde el momento en que inicia el entrenamiento. Y por decisión del mando policial, al término de la vida útil del perro, éste va a vivir con su ‘amo’ durante su ‘etapa geriátrica’.
Los excelentes resultados de los perros en las diversas áreas de trabajo, pero en especial en la lucha antidrogas, interesaron a fuerzas policiales de la región que esta semana enviaron a varios de sus oficiales para aprender las nuevas técnicas que en la materia ha desarrollado el país andino.
Oficiales de Brasil, Ecuador, Perú, Venezuela, Bolivia, República Dominicana y Colombia participaron en el curso ‘Creación y administración de unidades operativas caninas’ que concluyó este fin de semana.
“Conocemos bastante esta escuela porque aquí nos hemos capacitado, nos hemos formado alrededor de unas 40 personas entre oficiales y policías”, dice el mayor William Villarroel, jefe del Centro de adiestramiento canino de la policía de Ecuador, quien participó en el encuentro.
El capitán Richar Becker, del departamento de Policía Canina de Perú, destacó: “Pudimos conocer cómo es el trabajo en Colombia, cómo adiestran a sus perros, las técnicas que emplean y la infraestructura con la que cuentan”.
‘Cacaroto’ y ‘Cronos’ son dos perros, el primero cruce de Pittsburgh y Labrador, y el segundo un pastor alemán, que tras 88 días de duro entrenamiento se han convertido en líderes del cuerpo canino antidrogas que se capacita en la Escuela de Carabineros de la Policía, situada a 40 kilómetros al occidente de Bogotá.
Como ellos, unos 750 perros trabajan actualmente en el país andino en otras cuatro áreas, en las que se especializan a lo largo de su entrenamiento: anti-explosivos, búsqueda y rescate, divisas y detección de explosivos en áreas de erradicación manual de cultivos ilícitos.
La ‘fuerza canina’ se incrementará en 433 animales más para 2010, los cuales acaban de ser adquiridos a un costo unitario de entre 6 y 8 millones de pesos (de 2.500 a 3.500 dólares) sin entrenamiento.
Pero una vez concluida la capacitación, el perro puede alcanzar un valor de hasta 15 millones de pesos, según el intendente jefe, William Quiroga, instructor de la Escuela.
Tal vez uno de los entrenamientos más difíciles es el que tiene que ver con los perros entrenados para detectar explosivos en las áreas de erradicación de cultivos manuales.
“El animal debe ser capaz de detectar una sustancia explosiva, sorteando a la vez mecanismos como cordeles, nylon u otro de tipo de elementos que puedan activar los explosivos”, explicó Quiroga.
Asimismo, el instructor aclaró que a los perros antinarcóticos no se les suministra drogas, como se cree a nivel popular.
“Ellos no van detrás de los estupefacientes, lo que buscan es una recompensa por encontrar la sustancia, que en la mayoría de los casos es una pelota, su pelota, que pueden distinguir entre muchas otras, incluso del mismo color y tamaño”, indicó el suboficial.
El curso no sólo implica el entrenamiento de los canes, sino también la formación de sus instructores, escogidos tras un riguroso proceso de selección, como lo señala el intendente Marino Velásquez, instructor jefe de Incorporación de los aspirantes a Guías Caninos.
Según Velásquez, los instructores son capacitados en materias como la Cinología, que estudia lo relacionado con la genética, morfología y psicología del perro; Etología, que trata del comportamiento de los animales; Ética, narcóticos y explosivos, y adiestramiento básico.
No en vano, hombre y animal conviven y trabajan al menos ocho años desde el momento en que inicia el entrenamiento. Y por decisión del mando policial, al término de la vida útil del perro, éste va a vivir con su ‘amo’ durante su ‘etapa geriátrica’.
Los excelentes resultados de los perros en las diversas áreas de trabajo, pero en especial en la lucha antidrogas, interesaron a fuerzas policiales de la región que esta semana enviaron a varios de sus oficiales para aprender las nuevas técnicas que en la materia ha desarrollado el país andino.
Oficiales de Brasil, Ecuador, Perú, Venezuela, Bolivia, República Dominicana y Colombia participaron en el curso ‘Creación y administración de unidades operativas caninas’ que concluyó este fin de semana.
“Conocemos bastante esta escuela porque aquí nos hemos capacitado, nos hemos formado alrededor de unas 40 personas entre oficiales y policías”, dice el mayor William Villarroel, jefe del Centro de adiestramiento canino de la policía de Ecuador, quien participó en el encuentro.
El capitán Richar Becker, del departamento de Policía Canina de Perú, destacó: “Pudimos conocer cómo es el trabajo en Colombia, cómo adiestran a sus perros, las técnicas que emplean y la infraestructura con la que cuentan”.