La inteligencia es un término difícil de definir, aunque instintivamente somos capáces de distinguir si un animal muestra actitudes "inteligentes". En el caso de los perros, es indudable que requerimos de ellos un gran número de cualidades, muchas de las cuales no se pueden explicar recurriendo a su instinto, sino que deben ser educadas. Y ciertos aprendizajes son tan complejos que no se pueden lograr como una simple respuesta automática a una orden, sino que exigen una cierta capacidad mental por parte del perro.
Según Stanley Coren (profesor de psicología y adiestrador de perros) podemos distinguir tres tipos de inteligencia en los perros:
Inteligencia instintiva.
Inteligencia adaptativa.
Inteligencia funcional o de obediencia.
La inteligencia instintiva son las cualidades fruto de la herencia genética. A través de la selección de las diversas cualidades, fomentando mediante la crianza aquellas que interesan, se tienen las diversas razas de perros. Como los perros se crian para que hagan algo, es preferible criar aquellos que ya hacen por instinto el trabajo deseado, en lugar de tenerselo que enseñar. Así se consiguen, por ejemplo, perros de rastreo que no ladran: en lugar de enseñarles a no ladrar, para no espantar a la caza, se crian aquellos que no ladran. Por otra parte hay razas de perros extremadamente torpes, a los que apenas se les puede enseñar nada, ni tienen inteligencia instintiva. Los perros de origen chino (chow-chow) o polinesio, apenas son más listos que una oveja. Se los criaba como comida (aún se hace), y ¿a quién le interesa un alimento inteligente?.
Dado que la inteligencia instintiva está inscrita en los genes, poco se puede hacer para cambiarla. Por ejemplo, es inutil enseñar a cazar conejos a un pastor escocés (los del tipo "Lassie"); estos perros tienden por instinto a agrupar un rebaño, así que es más probable que intente hacer que un grupo de conejos se reuna en un circulo, en lugar de atrapar uno.
La inteligencia adaptativa es la capacidad de sacar relaciones de causa-efecto, y obrar en consecuencia. Dicho de otra forma implica la capacidad de aprender de las situaciones y resolver problemas. Aclarandolo con algunos ejemplos sencillos:
Un perro muestra capacidad de aprendizaje si, por ejemplo es capaz de deducir que cuando su amo: 1) se levanta del asiento, 2) se pone unos zapatos, 3) abre el armario donde guarda la correa del perro, 4) coje la correa, y 5) finalmente, le llama, es que van a salir de paseo. Con el tiempo, un perro poco inteligente seguirá sin moverse hasta que le llame, por muchas veces que se repita la situación. Un perro con una capacidad mediana, empezará a mover la cola y a prestar toda su atención al amo en el punto 3). Si en el punto 2) ya está encima de ti, quizás sea "demasiado" inteligente (puede que vayas a salir con él, puede que no, pero, por probar... ;-)
La resolución de problemas es otro aspecto de la inteligencia adaptativa. Un perro que al verte por una ventana, solo es capaz de pegar el hocico a la misma intentando llamar tu atención, no está dando muchas muestras de capacidad de resolver un problema. Pero si al cabo de un rato, abandona la ventana para buscar un camino para llegar a tí, y encuentra una puerta en otro lado de la casa, ha sido capaz de resolver el problema "cómo ir de A a B si el camino directo no está practicable".
La inteligencia funcional o de obediencia es la cualidad que permite que los perros nos sean útiles. Tiene un componente de capacidad de aprendizaje, en el que influye la int. adaptativa, pero además, está su disposición a colaborar, es decir, a seguir aquellas órdenes que ha aprendido a obedecer. Este factor tiene más influencia de la personalidad del perro, que de su inteligencia per se. Un perro con inteligencia adaptativa elevada, pero incapaz de obedecer órdenes, es tan poco útil como un perro torpe y obtuso.
La inteligencia de obediencia es algo que va por razas, ya que para según qué tareas es más o menos necesario que el perro sea obediente.
El siguiente test de inteligencia permite evaluar el "coeficiente de inteligencia" canino (no considera la instintiva, pues ya hemos dicho que es un factor seleccionado genéticamente y depende del tipo de trabajo al que se dedica una raza en cuestión). Ha de pasarse cuando el perro ya tiene por lo menos un año de edad, ya que si es más joven, puede obtener resultados pobres, no porque sea torpe, sino porque aún no ha madurado lo suficiente.
Las distintas razas de perros tienen un nivel diferente de los 3 tipos de inteligencia, que no pueden sobrepasar una vez llegados a cierto punto, pero se puede trabajar con el perro para que alcance su máximo. Una educación adecuada desde cachorro, permitirá mejorar su personalidad y aumentar su inteligencia funcional y de obediencia.
Según Stanley Coren (profesor de psicología y adiestrador de perros) podemos distinguir tres tipos de inteligencia en los perros:
Inteligencia instintiva.
Inteligencia adaptativa.
Inteligencia funcional o de obediencia.
La inteligencia instintiva son las cualidades fruto de la herencia genética. A través de la selección de las diversas cualidades, fomentando mediante la crianza aquellas que interesan, se tienen las diversas razas de perros. Como los perros se crian para que hagan algo, es preferible criar aquellos que ya hacen por instinto el trabajo deseado, en lugar de tenerselo que enseñar. Así se consiguen, por ejemplo, perros de rastreo que no ladran: en lugar de enseñarles a no ladrar, para no espantar a la caza, se crian aquellos que no ladran. Por otra parte hay razas de perros extremadamente torpes, a los que apenas se les puede enseñar nada, ni tienen inteligencia instintiva. Los perros de origen chino (chow-chow) o polinesio, apenas son más listos que una oveja. Se los criaba como comida (aún se hace), y ¿a quién le interesa un alimento inteligente?.
Dado que la inteligencia instintiva está inscrita en los genes, poco se puede hacer para cambiarla. Por ejemplo, es inutil enseñar a cazar conejos a un pastor escocés (los del tipo "Lassie"); estos perros tienden por instinto a agrupar un rebaño, así que es más probable que intente hacer que un grupo de conejos se reuna en un circulo, en lugar de atrapar uno.
La inteligencia adaptativa es la capacidad de sacar relaciones de causa-efecto, y obrar en consecuencia. Dicho de otra forma implica la capacidad de aprender de las situaciones y resolver problemas. Aclarandolo con algunos ejemplos sencillos:
Un perro muestra capacidad de aprendizaje si, por ejemplo es capaz de deducir que cuando su amo: 1) se levanta del asiento, 2) se pone unos zapatos, 3) abre el armario donde guarda la correa del perro, 4) coje la correa, y 5) finalmente, le llama, es que van a salir de paseo. Con el tiempo, un perro poco inteligente seguirá sin moverse hasta que le llame, por muchas veces que se repita la situación. Un perro con una capacidad mediana, empezará a mover la cola y a prestar toda su atención al amo en el punto 3). Si en el punto 2) ya está encima de ti, quizás sea "demasiado" inteligente (puede que vayas a salir con él, puede que no, pero, por probar... ;-)
La resolución de problemas es otro aspecto de la inteligencia adaptativa. Un perro que al verte por una ventana, solo es capaz de pegar el hocico a la misma intentando llamar tu atención, no está dando muchas muestras de capacidad de resolver un problema. Pero si al cabo de un rato, abandona la ventana para buscar un camino para llegar a tí, y encuentra una puerta en otro lado de la casa, ha sido capaz de resolver el problema "cómo ir de A a B si el camino directo no está practicable".
La inteligencia funcional o de obediencia es la cualidad que permite que los perros nos sean útiles. Tiene un componente de capacidad de aprendizaje, en el que influye la int. adaptativa, pero además, está su disposición a colaborar, es decir, a seguir aquellas órdenes que ha aprendido a obedecer. Este factor tiene más influencia de la personalidad del perro, que de su inteligencia per se. Un perro con inteligencia adaptativa elevada, pero incapaz de obedecer órdenes, es tan poco útil como un perro torpe y obtuso.
La inteligencia de obediencia es algo que va por razas, ya que para según qué tareas es más o menos necesario que el perro sea obediente.
El siguiente test de inteligencia permite evaluar el "coeficiente de inteligencia" canino (no considera la instintiva, pues ya hemos dicho que es un factor seleccionado genéticamente y depende del tipo de trabajo al que se dedica una raza en cuestión). Ha de pasarse cuando el perro ya tiene por lo menos un año de edad, ya que si es más joven, puede obtener resultados pobres, no porque sea torpe, sino porque aún no ha madurado lo suficiente.
Las distintas razas de perros tienen un nivel diferente de los 3 tipos de inteligencia, que no pueden sobrepasar una vez llegados a cierto punto, pero se puede trabajar con el perro para que alcance su máximo. Una educación adecuada desde cachorro, permitirá mejorar su personalidad y aumentar su inteligencia funcional y de obediencia.