El monumento cuenta sólo con tres vigilantes
Muere despeñado desde un muro de la Alcazaba mientras el vigilante hacía de taquillero
Los sindicatos denuncian falta de vigilancia en el recinto monumental
La relación de puestos de trabajo contempla 8 vigilantes; sólo hay tres
El lugar del accidente no estaba vigilado en el momento del suceso
El vigilante sustituía al taquillero, que hacía a su vez de guía turístico
Miguel Cabrera | Almería Actualizado viernes 17/05/2013 18:35 horas
Un hombre de nacionalidad española, nacido en 1977, según los datos recogidos por el informe policial, murió sobre las 12.30 horas del jueves al caer desde la Torre de la Pólvora, situada en el tercer recinto de la Alcazaba de Almería, que en ese momento no estaba vigilada debido a la escasez de personal en el monumento.
Y es que, según ha podido saber este medio, el encargado de la vigilancia de ese tercer recinto, un vigilante de una empresa privada contratada por la Administración autonómica, se encontraba en el momento del suceso realizando funciones de taquillero, sustituyendo temporalmente al encargado de esta labor, que a su vez estaba ejerciendo como guía para unos visitantes del conjunto monumental.
La Policía ha informado de que investiga si la caída fue accidental, posiblemente debido al fuerte viento de Poniente que sopló durante todo el día en Almería, o bien si se trata de un suicidio.
Tras el suceso, inmediatamente se trasladaron al lugar donde se precipitó la víctima, en la zona donde se encontraba el antiguo Mesón Gitano, efectivos de la Policía Nacional y Local, así como servicios sanitarios del 061, que no pudieron hacer nada por la vida del hombre, dada la altura desde la que había caído. Posteriormente, el juez ordenó el levantamiento del cadáver, pasadas las 14 horas.
Este diario ha podido saber que un testigo que paseaba un perro pudo ver al hombre sentado sobre lo alto de la torre, mirando hacia la calle, y que a continuación cayó al suelo, precipitándose sobre un hueco de focos de luz.
En cualquier caso, para acceder al lugar donde cayó, el visitante tuvo que pasar una zona acordonada en la que está prohibido el acceso, para a continuación subir unas escaleras y escalar a lo alto de la torre de la Pólvora.
El hombre se llamaba Carlos, según la Policía. Otras fuentes apuntan a que había nacido en Madrid aunque residía en Almería. De momento, los agentes que investigan el caso están a la espera de los informes de la autopsia y de ponerse en contacto con los familiares de la víctima para conocer más detalles sobre el suceso.
Aunque, lógicamente, los sindicatos creen que un accidente puede suceder en cualquier momento, al margen de la vigilancia, lo cierto es que algunos sí han expresado sus quejas por la escasez de vigilantes de seguridad. Según fuentes consultadas, en la actualidad este servicio de vigilancia es prestado por tres guardas –dos de la Junta y uno privado- por turno. De esta forma, cada uno de ellos presta servicio en uno de los tres amplísimos recintos de la Alcazaba. Y es más, uno de ellos debe estar exclusivamente al cuidado de una exposición en una sala, por lo que prácticamente no realiza labores de vigilancia en el exterior.
Algunos sindicatos han criticado también el hecho de que los vigilantes privados tengan que realizar otras funciones, como sucedió el jueves, como taquilleros o atendiendo al público.
Además, las mismas fuentes señalan que pese a que en la relación de puestos de trabajo de la Alcazaba se recogen ocho vigilantes, en la actualidad sólo están cubiertos la mitad.
La Junta no responde
Aunque ELMUNDO.es se ha puesto en contacto con la Delegación de Cultura de la Junta en Almería, responsable de la gestión del monumento, para que pudiera ofrecer su explicación en torno a lo sucedido y en relación al servicio de vigilancia del conjunto monumental de La Alcazaba, hasta el momento no ha ofrecido ninguna respuesta.
Un portavoz de la Delegación se limitó a informar de que la delegada de Cultura, Isabel Arévalo, acudió a la Alcazaba la mañana de los hechos, y que una alta responsable se dirigiría a este periódico para ofrecer la información requerida, algo que finalmente no ha sucedido.
Muere despeñado desde un muro de la Alcazaba mientras el vigilante hacía de taquillero
Los sindicatos denuncian falta de vigilancia en el recinto monumental
La relación de puestos de trabajo contempla 8 vigilantes; sólo hay tres
El lugar del accidente no estaba vigilado en el momento del suceso
El vigilante sustituía al taquillero, que hacía a su vez de guía turístico
Miguel Cabrera | Almería Actualizado viernes 17/05/2013 18:35 horas
Un hombre de nacionalidad española, nacido en 1977, según los datos recogidos por el informe policial, murió sobre las 12.30 horas del jueves al caer desde la Torre de la Pólvora, situada en el tercer recinto de la Alcazaba de Almería, que en ese momento no estaba vigilada debido a la escasez de personal en el monumento.
Y es que, según ha podido saber este medio, el encargado de la vigilancia de ese tercer recinto, un vigilante de una empresa privada contratada por la Administración autonómica, se encontraba en el momento del suceso realizando funciones de taquillero, sustituyendo temporalmente al encargado de esta labor, que a su vez estaba ejerciendo como guía para unos visitantes del conjunto monumental.
La Policía ha informado de que investiga si la caída fue accidental, posiblemente debido al fuerte viento de Poniente que sopló durante todo el día en Almería, o bien si se trata de un suicidio.
Tras el suceso, inmediatamente se trasladaron al lugar donde se precipitó la víctima, en la zona donde se encontraba el antiguo Mesón Gitano, efectivos de la Policía Nacional y Local, así como servicios sanitarios del 061, que no pudieron hacer nada por la vida del hombre, dada la altura desde la que había caído. Posteriormente, el juez ordenó el levantamiento del cadáver, pasadas las 14 horas.
Este diario ha podido saber que un testigo que paseaba un perro pudo ver al hombre sentado sobre lo alto de la torre, mirando hacia la calle, y que a continuación cayó al suelo, precipitándose sobre un hueco de focos de luz.
En cualquier caso, para acceder al lugar donde cayó, el visitante tuvo que pasar una zona acordonada en la que está prohibido el acceso, para a continuación subir unas escaleras y escalar a lo alto de la torre de la Pólvora.
El hombre se llamaba Carlos, según la Policía. Otras fuentes apuntan a que había nacido en Madrid aunque residía en Almería. De momento, los agentes que investigan el caso están a la espera de los informes de la autopsia y de ponerse en contacto con los familiares de la víctima para conocer más detalles sobre el suceso.
Aunque, lógicamente, los sindicatos creen que un accidente puede suceder en cualquier momento, al margen de la vigilancia, lo cierto es que algunos sí han expresado sus quejas por la escasez de vigilantes de seguridad. Según fuentes consultadas, en la actualidad este servicio de vigilancia es prestado por tres guardas –dos de la Junta y uno privado- por turno. De esta forma, cada uno de ellos presta servicio en uno de los tres amplísimos recintos de la Alcazaba. Y es más, uno de ellos debe estar exclusivamente al cuidado de una exposición en una sala, por lo que prácticamente no realiza labores de vigilancia en el exterior.
Algunos sindicatos han criticado también el hecho de que los vigilantes privados tengan que realizar otras funciones, como sucedió el jueves, como taquilleros o atendiendo al público.
Además, las mismas fuentes señalan que pese a que en la relación de puestos de trabajo de la Alcazaba se recogen ocho vigilantes, en la actualidad sólo están cubiertos la mitad.
La Junta no responde
Aunque ELMUNDO.es se ha puesto en contacto con la Delegación de Cultura de la Junta en Almería, responsable de la gestión del monumento, para que pudiera ofrecer su explicación en torno a lo sucedido y en relación al servicio de vigilancia del conjunto monumental de La Alcazaba, hasta el momento no ha ofrecido ninguna respuesta.
Un portavoz de la Delegación se limitó a informar de que la delegada de Cultura, Isabel Arévalo, acudió a la Alcazaba la mañana de los hechos, y que una alta responsable se dirigiría a este periódico para ofrecer la información requerida, algo que finalmente no ha sucedido.