'Los de seguridad sólo se echaban las manos a la cabeza sin saber qué hacer'
"Los de seguridad sólo se echaban las manos a la cabeza sin saber qué hacer" explica Aarón Benito Castro minutos antes de acudir a la comisaria de Alcobendas con la intención de denunciar las lesiones que sufrió por aplastamiento en la fiesta Thriller Music Party, en el Madrid Arena, que terminó con un trágico balance. La muerte de tres jóvenes de 18 años y el estado de suma gravedad de una menor de edad, que lucha a estas horas por sobrevivir, y otra joven, que podría quedar con secuelas para el resto de su vida.
La indignación ha llevado a este joven de 22 años de edad, que estuvo atrapado en medio de la avalancha humana, inmovilizado de cintura hacia abajo y sin apenas poder respirar, a presentar una denuncia por un aforo más que completo y la falta de atención de los agentes de seguridad que allí había. Finalmente, su testimonio figura en una ampliación de denuncia que ya investiga la Jefatura Superior de Policía.
En ese corredor de salida, Aarón, que se movía por los empujones que recibía, vio una puerta cerrada a su derecha. "No sé si era una salida de emergencia o no, pero te aseguro que, no sé cómo, la desesperación de la gente la echó abajo empujando hasta que arrancaron el marco de la misma. La gente empezó a caerse al suelo y a amontonarse unos sobre otros", relata este joven de 22 años quien precisa que ya desde el suelo, cuando luchaba por salir del aplastamiento por la avalancha que se le vino encima, "se escuchó una especie de explosión y hubo un resplandor, no sé si de una bengala o de un petardo"."Eran las 03.15 horas y ya en la pista principal había mucha gente por lo que mis amigos y yo decidimos ir a las gradas. En el pasillo de salida estábamos demasiados y se cruzaban los que querían salir, como nosotros, y los que querían entrar", relata. Aarón, su novia, y un grupo de ocho amigos decidieron pasar la noche de Halloween de su vida y fueron al Thriller Music Party disfrazados de arlequines.
Ahí, desde la perspectiva que te da estar tirado en el suelo vio cómo "los de seguridad se echaban las manos a la cabeza sin saber qué hacer" ante esa visión dantesca. Aarón Benito no descarta que la cabeza de una joven que tenía sobre su muslo corresponda a la de una de las chicas fallecidas por aplastamiento. "Eran de esas personas que les ponen un chaleco reflectante y dicen que son de seguridad". Éstos no acertaron más que a hacer aspavientos ante la magnitud de los hechos, según su relato a ELMUNDO.es."Vino después, no fue la bengala la que produjo la estampida sino la masa de gente que se movía y la caída descontrolada de unos sobre otros en el pasillo": los que querían ir hacia el exterior y los que se agolparon en la puerta buscando aire hasta derribarla, insiste. "La bengala no fue desencadenante como ha dicho la versión oficial de la avalancha que hubo sino la propia cantidad de gente que allí estábamos", relata.
Aarón tuvo suerte, desde su inmovilidad de cintura hacia abajo, al alcanzar a ver a uno de sus amigos que estaba ayudando a sacar a chicos del amontonamiento humano al que le pidió socorro a gritos. "Él y otros dos tiraron con todas sus fuerzas de mí hasta que me sacaron a rastras de allí", sigue. Salió sin una de sus zapatillas.
Ya en el exterior vio a gente inconsciente tirada por el suelo y al personal de urgencias con las maniobras de reanimación. "Lo ves y no te lo crees. No crees que te esté pasando a ti", dice. Aarón asegura que no fue atendido por nadie a pesar de las numerosas ambulancias y coches de policía que habían llegado al lugar. Tiene un esguince, magulladuras, contusiones y moratones. Su novia sufrió allí mismo un ataque de ansiedad y Aarón reconoce que pasó "mucho miedo" y horas después, a las siete de la mañana del Día de Todos los Santos, cuando se metía en la cama su cuerpo no paraba de temblar. Y tuvo suerte
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/01/madrid/1351788454.html?a=79e7495875a0d5178be9eca30e27d232&t=1351843373&numero=
"Los de seguridad sólo se echaban las manos a la cabeza sin saber qué hacer" explica Aarón Benito Castro minutos antes de acudir a la comisaria de Alcobendas con la intención de denunciar las lesiones que sufrió por aplastamiento en la fiesta Thriller Music Party, en el Madrid Arena, que terminó con un trágico balance. La muerte de tres jóvenes de 18 años y el estado de suma gravedad de una menor de edad, que lucha a estas horas por sobrevivir, y otra joven, que podría quedar con secuelas para el resto de su vida.
La indignación ha llevado a este joven de 22 años de edad, que estuvo atrapado en medio de la avalancha humana, inmovilizado de cintura hacia abajo y sin apenas poder respirar, a presentar una denuncia por un aforo más que completo y la falta de atención de los agentes de seguridad que allí había. Finalmente, su testimonio figura en una ampliación de denuncia que ya investiga la Jefatura Superior de Policía.
En ese corredor de salida, Aarón, que se movía por los empujones que recibía, vio una puerta cerrada a su derecha. "No sé si era una salida de emergencia o no, pero te aseguro que, no sé cómo, la desesperación de la gente la echó abajo empujando hasta que arrancaron el marco de la misma. La gente empezó a caerse al suelo y a amontonarse unos sobre otros", relata este joven de 22 años quien precisa que ya desde el suelo, cuando luchaba por salir del aplastamiento por la avalancha que se le vino encima, "se escuchó una especie de explosión y hubo un resplandor, no sé si de una bengala o de un petardo"."Eran las 03.15 horas y ya en la pista principal había mucha gente por lo que mis amigos y yo decidimos ir a las gradas. En el pasillo de salida estábamos demasiados y se cruzaban los que querían salir, como nosotros, y los que querían entrar", relata. Aarón, su novia, y un grupo de ocho amigos decidieron pasar la noche de Halloween de su vida y fueron al Thriller Music Party disfrazados de arlequines.
Ahí, desde la perspectiva que te da estar tirado en el suelo vio cómo "los de seguridad se echaban las manos a la cabeza sin saber qué hacer" ante esa visión dantesca. Aarón Benito no descarta que la cabeza de una joven que tenía sobre su muslo corresponda a la de una de las chicas fallecidas por aplastamiento. "Eran de esas personas que les ponen un chaleco reflectante y dicen que son de seguridad". Éstos no acertaron más que a hacer aspavientos ante la magnitud de los hechos, según su relato a ELMUNDO.es."Vino después, no fue la bengala la que produjo la estampida sino la masa de gente que se movía y la caída descontrolada de unos sobre otros en el pasillo": los que querían ir hacia el exterior y los que se agolparon en la puerta buscando aire hasta derribarla, insiste. "La bengala no fue desencadenante como ha dicho la versión oficial de la avalancha que hubo sino la propia cantidad de gente que allí estábamos", relata.
Aarón tuvo suerte, desde su inmovilidad de cintura hacia abajo, al alcanzar a ver a uno de sus amigos que estaba ayudando a sacar a chicos del amontonamiento humano al que le pidió socorro a gritos. "Él y otros dos tiraron con todas sus fuerzas de mí hasta que me sacaron a rastras de allí", sigue. Salió sin una de sus zapatillas.
Ya en el exterior vio a gente inconsciente tirada por el suelo y al personal de urgencias con las maniobras de reanimación. "Lo ves y no te lo crees. No crees que te esté pasando a ti", dice. Aarón asegura que no fue atendido por nadie a pesar de las numerosas ambulancias y coches de policía que habían llegado al lugar. Tiene un esguince, magulladuras, contusiones y moratones. Su novia sufrió allí mismo un ataque de ansiedad y Aarón reconoce que pasó "mucho miedo" y horas después, a las siete de la mañana del Día de Todos los Santos, cuando se metía en la cama su cuerpo no paraba de temblar. Y tuvo suerte
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/01/madrid/1351788454.html?a=79e7495875a0d5178be9eca30e27d232&t=1351843373&numero=