La merma de ETA no resta actividad a Tedax porque terroristas "habrá siempre"
Así lo ha explicado Pedro Simarro, jefe de la unidad de desactivación de artefactos explosivos (Tedax-NRBQ) de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental
20.10.12 - 12:38 - EFE | GRANADA
El debilitamiento de la actividad de ETA en los últimos tiempos no ha obligado a reorientar la labor de los policías especializados en desactivación de artefactos explosivos (Tedax) porque grupos terroristas "habrá siempre", pero sí les ha permitido disponer de más tiempo para su formación y preparación.
Así lo ha explicado Pedro Simarro, jefe de la unidad de desactivación de artefactos explosivos (Tedax-NRBQ) de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental.
Fue el atentado de ETA contra el presidente del gobierno franquista Luis Carrero Blanco y la creciente presión terrorista desde entonces lo que llevó a la creación, en 1975, de este grupo especializado en desactivación de explosivos del Cuerpo Nacional de Policía.
Desde aquella época, en la que los miembros de este grupo lo eran por obligación y los medios materiales muy básicos, hasta la actual, en la que los Tedax españoles son referente en la materia y una "fuente de enseñanza" para muchos otros países, ha mediado un continuo proceso de formación y preparación entre los agentes.
En la actualidad, el acceso es voluntario aunque se exige una serie de conocimientos y requisitos como llevar más de dos años de servicio activo en el Cuerpo Nacional de Policía.
Estos agentes deben poseer también ciertas cualidades como estabilidad y control emocional porque deben hacer frente a situaciones especialmente peligrosas (desalojos de edificios o confinamiento de personas) que les obligan a tomar decisiones o a trasladar la información necesaria al responsable del operativo encargado de decidir.
Desde el 2004, este grupo tienen asignadas además las competencias sobre los denominados incidentes NRBQ, que son los relacionados con el ámbito nuclear, radiológico, biológico y químico, especialidad que cobró especial relevancia a raíz de la aparición de sobres con ántrax tras los atentados del 11S -en España, desde septiembre de 2001 y hasta finales de ese año hubo unas 800 intervenciones por sobres con sustancias sospechosas-, explica Simarro.
Por tanto, la labor de este grupo consiste fundamentalmente en intervenir ante la presencia y detección de cualquier artefacto sospechoso de ser explosivo o cualquier paquete que pueda contener alguna sustancia nuclear, radiológica, biológica o química.
Especialmente intensa para la actividad de los Tedax, recuerda Simarro, fue la época del comando Andalucía de ETA, en la que se perpetraron atentados como el que acabó con la vida del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) Luis Portero, en el año 2000, entre otros.
"La merma de actividad de ETA nos ha dejado a lo mejor más tiempo para nuestra preparación. Mientras antes estábamos más ocupados en esos temas, ahora nos queda más tiempo para preparar, hacer prácticas y dedicarnos a nuestra labor", según Simarro.
Otra actividad principal de este grupo especializado es la desactivación de artefactos y granadas de la Guerra Civil, además de la labor preventiva consistente en revisar lugares susceptibles de colocación de explosivos tanto si hay una amenaza concreta como si se producen visitas, oficiales o privadas, de personalidades.
La intervención sobre artefactos de la Guerra Civil, que la Policía recomienda no manipular porque siguen igual de activos pese al tiempo, no conlleva una labor preventiva porque suelen aparecer "en los sitios más insospechados" -los hay en zonas que han sido bombardeadas, en manos de coleccionistas particulares o incluso de familiares de militares que aún conservan alguno de ellos-.
Ésa es también la razón por la que es imposible conocer cuántos explosivos de la Guerra Civil podría haber aún repartidos por el país.
La experiencia de España en intervención contra actividades terroristas la convierte en una "fuente de enseñanza" para muchos otros países europeos, sudamericanos e incluso africanos, a los que la unidad central de los Tedax presta una labor de docencia.
Así lo ha explicado Pedro Simarro, jefe de la unidad de desactivación de artefactos explosivos (Tedax-NRBQ) de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental
20.10.12 - 12:38 - EFE | GRANADA
El debilitamiento de la actividad de ETA en los últimos tiempos no ha obligado a reorientar la labor de los policías especializados en desactivación de artefactos explosivos (Tedax) porque grupos terroristas "habrá siempre", pero sí les ha permitido disponer de más tiempo para su formación y preparación.
Así lo ha explicado Pedro Simarro, jefe de la unidad de desactivación de artefactos explosivos (Tedax-NRBQ) de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental.
Fue el atentado de ETA contra el presidente del gobierno franquista Luis Carrero Blanco y la creciente presión terrorista desde entonces lo que llevó a la creación, en 1975, de este grupo especializado en desactivación de explosivos del Cuerpo Nacional de Policía.
Desde aquella época, en la que los miembros de este grupo lo eran por obligación y los medios materiales muy básicos, hasta la actual, en la que los Tedax españoles son referente en la materia y una "fuente de enseñanza" para muchos otros países, ha mediado un continuo proceso de formación y preparación entre los agentes.
En la actualidad, el acceso es voluntario aunque se exige una serie de conocimientos y requisitos como llevar más de dos años de servicio activo en el Cuerpo Nacional de Policía.
Estos agentes deben poseer también ciertas cualidades como estabilidad y control emocional porque deben hacer frente a situaciones especialmente peligrosas (desalojos de edificios o confinamiento de personas) que les obligan a tomar decisiones o a trasladar la información necesaria al responsable del operativo encargado de decidir.
Desde el 2004, este grupo tienen asignadas además las competencias sobre los denominados incidentes NRBQ, que son los relacionados con el ámbito nuclear, radiológico, biológico y químico, especialidad que cobró especial relevancia a raíz de la aparición de sobres con ántrax tras los atentados del 11S -en España, desde septiembre de 2001 y hasta finales de ese año hubo unas 800 intervenciones por sobres con sustancias sospechosas-, explica Simarro.
Por tanto, la labor de este grupo consiste fundamentalmente en intervenir ante la presencia y detección de cualquier artefacto sospechoso de ser explosivo o cualquier paquete que pueda contener alguna sustancia nuclear, radiológica, biológica o química.
Especialmente intensa para la actividad de los Tedax, recuerda Simarro, fue la época del comando Andalucía de ETA, en la que se perpetraron atentados como el que acabó con la vida del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) Luis Portero, en el año 2000, entre otros.
"La merma de actividad de ETA nos ha dejado a lo mejor más tiempo para nuestra preparación. Mientras antes estábamos más ocupados en esos temas, ahora nos queda más tiempo para preparar, hacer prácticas y dedicarnos a nuestra labor", según Simarro.
Otra actividad principal de este grupo especializado es la desactivación de artefactos y granadas de la Guerra Civil, además de la labor preventiva consistente en revisar lugares susceptibles de colocación de explosivos tanto si hay una amenaza concreta como si se producen visitas, oficiales o privadas, de personalidades.
La intervención sobre artefactos de la Guerra Civil, que la Policía recomienda no manipular porque siguen igual de activos pese al tiempo, no conlleva una labor preventiva porque suelen aparecer "en los sitios más insospechados" -los hay en zonas que han sido bombardeadas, en manos de coleccionistas particulares o incluso de familiares de militares que aún conservan alguno de ellos-.
Ésa es también la razón por la que es imposible conocer cuántos explosivos de la Guerra Civil podría haber aún repartidos por el país.
La experiencia de España en intervención contra actividades terroristas la convierte en una "fuente de enseñanza" para muchos otros países europeos, sudamericanos e incluso africanos, a los que la unidad central de los Tedax presta una labor de docencia.