Un judoka que no ve el fin
A sus 57 años el pacense Javier de la Marta, vigilante de seguridad, ha obtenido la medalla de plata en el campeonato de España de veteranos
Javier entrenando con Félix, su discípulo aventajado. :: J. V. A.
A este judoka le va la marcha. Lo reconoce él mismo y ni su mujer ni el médico que le diagnosticó serios problemas de espalda hace siete años pueden desmentirlo. En 2005 se celebraba el campeonato del Mundo de Judo para policías y bomberos en Canadá y durante el reconocimiento previo le aconsejaron que lo dejara, que no tenía el cuerpo para seguir trotando por los tatamis pues varias hernias amenazaban seriamente su columna vertebral.
«A mi familia le daba miedo que viajara solo tan lejos, cogiera tres aviones, disputara los combates y me lesionara, con el riesgo que supondría después tener que regresar por mi cuenta». El extremeño Javier de la Marta llegó al combate final, ganó a un ruso y se trajo a Badajoz la medalla de oro ante el asombro de sus allegados.
Entonces este pacense acababa de cumplir 51 años y ahora, con 57, el mes pasado acaba de conseguir la medalla de plata en el Campeonato de España para veteranos celebrado en Vitoria, lo que le da acceso al campeonato de Europa de veteranos que se celebra el día 12 de mayo en Polonia. «No podré acudir porque con la crisis -dice- nadie te ayuda a financiar el viaje. En estos momentos si no tienes dinero no puedes ir a las competiciones», lamenta este padre de tres hijos que empezó en el judo cuando tenía 13 años. En la actualidad compagina su trabajo con clases a niños en un gimnasio y la actividad de árbitro nacional.
Preguntado sobre hasta qué edad piensa seguir peleando, cuenta que la última competición en Vitoria le dio una pista, cuando vio a un judoka con 74 años y el kimono puesto dispuesto a combatir. «Ante él, me quito el sombrero».
«Corazón de luchador»
«Mi esposa -prosigue- me dice que lo deje, pero mi espíritu me dice que siga peleando. Yo tengo corazón de luchador, el judo es mi vida», declara este vigilante de seguridad que ahora custodia transporte de fondos como escolta pero también ha ejercido de portero en pubs y discotecas, donde admite que en alguna ocasión se ha visto a obligado a reducir a algún cliente que seguramente, por su avanzada edad, desconfiaba de sus habilidades.
No obstante, recalca que no le gusta ensañarse con nadie y solo usa su técnica de judoka cuando es estrictamente necesario, como el día que vio cómo intentaban forzar con un destornillador el coche de Jorge, un conocido zapatero de Badajoz, enfrentándose al delincuente hasta que le arrebató el arma y lo tumbó.
Aunque compite bajo las señas del gimnasio de Montijo Corpore, que junto a la Federación Extremeña de Judo le ha ayudado en los gastos de su última competición, Javier de la Marta imparte clase a jóvenes en el gimnasio Aikikan de Badajoz.
«El problema que tengo es que no hay gente de mi edad para entrenar con ellos, por eso lo hago con mi hijo, de 29 años, con más de veinte medallas en campeonatos nacionales y 81 kilos. Yo peso 66, por eso llegué hecho un toro a Vitoria».
http://www.hoy.es/v/20120505/sociedad/judoka-20120505.html
A sus 57 años el pacense Javier de la Marta, vigilante de seguridad, ha obtenido la medalla de plata en el campeonato de España de veteranos
Javier entrenando con Félix, su discípulo aventajado. :: J. V. A.
A este judoka le va la marcha. Lo reconoce él mismo y ni su mujer ni el médico que le diagnosticó serios problemas de espalda hace siete años pueden desmentirlo. En 2005 se celebraba el campeonato del Mundo de Judo para policías y bomberos en Canadá y durante el reconocimiento previo le aconsejaron que lo dejara, que no tenía el cuerpo para seguir trotando por los tatamis pues varias hernias amenazaban seriamente su columna vertebral.
«A mi familia le daba miedo que viajara solo tan lejos, cogiera tres aviones, disputara los combates y me lesionara, con el riesgo que supondría después tener que regresar por mi cuenta». El extremeño Javier de la Marta llegó al combate final, ganó a un ruso y se trajo a Badajoz la medalla de oro ante el asombro de sus allegados.
Entonces este pacense acababa de cumplir 51 años y ahora, con 57, el mes pasado acaba de conseguir la medalla de plata en el Campeonato de España para veteranos celebrado en Vitoria, lo que le da acceso al campeonato de Europa de veteranos que se celebra el día 12 de mayo en Polonia. «No podré acudir porque con la crisis -dice- nadie te ayuda a financiar el viaje. En estos momentos si no tienes dinero no puedes ir a las competiciones», lamenta este padre de tres hijos que empezó en el judo cuando tenía 13 años. En la actualidad compagina su trabajo con clases a niños en un gimnasio y la actividad de árbitro nacional.
Preguntado sobre hasta qué edad piensa seguir peleando, cuenta que la última competición en Vitoria le dio una pista, cuando vio a un judoka con 74 años y el kimono puesto dispuesto a combatir. «Ante él, me quito el sombrero».
«Corazón de luchador»
«Mi esposa -prosigue- me dice que lo deje, pero mi espíritu me dice que siga peleando. Yo tengo corazón de luchador, el judo es mi vida», declara este vigilante de seguridad que ahora custodia transporte de fondos como escolta pero también ha ejercido de portero en pubs y discotecas, donde admite que en alguna ocasión se ha visto a obligado a reducir a algún cliente que seguramente, por su avanzada edad, desconfiaba de sus habilidades.
No obstante, recalca que no le gusta ensañarse con nadie y solo usa su técnica de judoka cuando es estrictamente necesario, como el día que vio cómo intentaban forzar con un destornillador el coche de Jorge, un conocido zapatero de Badajoz, enfrentándose al delincuente hasta que le arrebató el arma y lo tumbó.
Aunque compite bajo las señas del gimnasio de Montijo Corpore, que junto a la Federación Extremeña de Judo le ha ayudado en los gastos de su última competición, Javier de la Marta imparte clase a jóvenes en el gimnasio Aikikan de Badajoz.
«El problema que tengo es que no hay gente de mi edad para entrenar con ellos, por eso lo hago con mi hijo, de 29 años, con más de veinte medallas en campeonatos nacionales y 81 kilos. Yo peso 66, por eso llegué hecho un toro a Vitoria».
http://www.hoy.es/v/20120505/sociedad/judoka-20120505.html