Un vigilante del Calatrava reconoció a Thainara por las cámaras de seguridad
La niña desaparecida pasó dos noches en las calles de Oviedo
La iglesia de los Santos Apóstoles, junto al edificio Calatrava, donde un vigilante encontró a la pequeña Thainara.
Duchada y tranquila. Viendo una película con sus seres queridos. Así pasó sus primeras horas en casa la niña Thainara M. O.. Esta lenense de 13 años, cuyo rastro se había perdido el lunes por la mañana camino del colegio Sagrada Familia-El Pilar, pasó 48 horas deambulando por las calles de Oviedo hasta que a eso de las ocho y media de la mañana de ayer un vigilante de seguridad del entorno del edificio Calatrava, que ya estaba advertido de la desaparición de Thainara, la reconoció sentada a las puertas de un edificio religioso cercano. La Policía Nacional y su entorno más cercano fueron advertidos de inmediato. La pequeña que “tenía miedo de entregar el boletín de notas en casa porque no era muy bueno” fue recibida con mucha emoción. “La verdad que desde el principio tuvimos claro que se trataba de algo relacionado con las notas, con algo que no quería que supiéramos, pero según van pasando las horas, piensas en lo peor, porque no deja de ser una nena a la que cualquiera le puede hacer daño”, reconocían los familiares de la pequeña.
Poco se sabe de las 48 horas que Thainara pasó fuera de casa. Tan solo que cubrió el trayecto entre Pola de Lena y Oviedo, y que después se la vio en el popular centro comercial de la capital asturiana. “Pasó las noches en portales y en la calle”, apuntaron. El vigilante de seguridad que la encontró la vio primero por las cámaras de seguridad del edificio y advirtió a otro compañero de que una persona de las características de la niña desaparecida deambulaba por los alrededores de la parroquia de los Santos Apóstoles, ubicada en la misma parcela que el hipermercado. Un compañero se acercó hasta la joven a la que encontró “cansada y con mucho frío”. Tras avisar a la Policía Nacional y a la espera de que llegara su padre -que desde las cinco de la mañana daba batidas por el centro de Oviedo-, invitaron a la pequeña a “un colacao” para que entrara en calor. Thainara, que se mostraba triste y nerviosa, contestaba con monosílabos y movimientos de cabeza a las preguntas de los agentes. La niña lenense no llevaba “nada más que algo de calderilla”.
La noticia del feliz desenlace de la historia protagonizada por la joven de La Pola corrió como la pólvora por todo el concejo y Asturias. “Ahora hay vacaciones de Navidad y podrá descansar de todo el ajetreo de estos días. A olvidarse de todo, porque al final todo quedó en un gran susto, y a seguir adelante”, aseguraron desde la familia antes de dar las gracias “por el apoyo recibido”. En la casa familiar de Thainara se respiraba ayer tranquilidad por primera vez en días y dispuestos a celebrar la Navidad con alegría. “Con la que armó y encima tendremos que darle doble de regalos por tenerla con nosotros”, bromeaban.
http://www.lavozdeasturias.es/asturias/cuencas/desaparecida-paso-noches-calles-Oviedo_0_613738676.html
La niña desaparecida pasó dos noches en las calles de Oviedo
La iglesia de los Santos Apóstoles, junto al edificio Calatrava, donde un vigilante encontró a la pequeña Thainara.
Duchada y tranquila. Viendo una película con sus seres queridos. Así pasó sus primeras horas en casa la niña Thainara M. O.. Esta lenense de 13 años, cuyo rastro se había perdido el lunes por la mañana camino del colegio Sagrada Familia-El Pilar, pasó 48 horas deambulando por las calles de Oviedo hasta que a eso de las ocho y media de la mañana de ayer un vigilante de seguridad del entorno del edificio Calatrava, que ya estaba advertido de la desaparición de Thainara, la reconoció sentada a las puertas de un edificio religioso cercano. La Policía Nacional y su entorno más cercano fueron advertidos de inmediato. La pequeña que “tenía miedo de entregar el boletín de notas en casa porque no era muy bueno” fue recibida con mucha emoción. “La verdad que desde el principio tuvimos claro que se trataba de algo relacionado con las notas, con algo que no quería que supiéramos, pero según van pasando las horas, piensas en lo peor, porque no deja de ser una nena a la que cualquiera le puede hacer daño”, reconocían los familiares de la pequeña.
Poco se sabe de las 48 horas que Thainara pasó fuera de casa. Tan solo que cubrió el trayecto entre Pola de Lena y Oviedo, y que después se la vio en el popular centro comercial de la capital asturiana. “Pasó las noches en portales y en la calle”, apuntaron. El vigilante de seguridad que la encontró la vio primero por las cámaras de seguridad del edificio y advirtió a otro compañero de que una persona de las características de la niña desaparecida deambulaba por los alrededores de la parroquia de los Santos Apóstoles, ubicada en la misma parcela que el hipermercado. Un compañero se acercó hasta la joven a la que encontró “cansada y con mucho frío”. Tras avisar a la Policía Nacional y a la espera de que llegara su padre -que desde las cinco de la mañana daba batidas por el centro de Oviedo-, invitaron a la pequeña a “un colacao” para que entrara en calor. Thainara, que se mostraba triste y nerviosa, contestaba con monosílabos y movimientos de cabeza a las preguntas de los agentes. La niña lenense no llevaba “nada más que algo de calderilla”.
La noticia del feliz desenlace de la historia protagonizada por la joven de La Pola corrió como la pólvora por todo el concejo y Asturias. “Ahora hay vacaciones de Navidad y podrá descansar de todo el ajetreo de estos días. A olvidarse de todo, porque al final todo quedó en un gran susto, y a seguir adelante”, aseguraron desde la familia antes de dar las gracias “por el apoyo recibido”. En la casa familiar de Thainara se respiraba ayer tranquilidad por primera vez en días y dispuestos a celebrar la Navidad con alegría. “Con la que armó y encima tendremos que darle doble de regalos por tenerla con nosotros”, bromeaban.
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