El segurata y el vigilante
Aunque parezcan dos cosas diferentes en realidad no lo son, lo que pasa es que depende de la situación en la que el vigilante de seguridad se encuentre, así será el apelativo que se utilizará, pondré un ejemplo:
Si una persona de mediana edad está con su familia, pasando un rato agradable en un centro comercial y de repente el peque de la familia se hace un corte en el dedo mientras juega con las escaleras mecánicas, entonces la madre se acercará a un miembro de seguridad para pedirle ayuda, poco después cuando la cura ya está realizada y la familia feliz sigua con sus compras la mujer mirará al marido y le dirá -¿Te has fijado que amable es el vigilante?- a lo que el marido responderá -La verdad es que nos ha tratado muy bien-.
Lo curioso es que si esa familia, en el mismo centro comercial, con su hijo en perfectas condiciones y con el vigilante llamando la atención a una persona por su comportamiento o en el desarrollo de una intervención en la que se comprueba que un, en teoría, cliente ha cometido un hurto, “obligando” a éste a que le acompañe a un lugar menos concurrido para proceder a las comprobaciones pertinentes y si procede llamar a la policía, entonces la mujer mirará a su esposo y le dirá -¿Te has fijado? pero qué se habrá creído el segurata que es un policía o qué, menudo idiota el tío-.
Lo que está claro es que la gente calificará a estos profesionales según sus propios intereses, y si estos les son favorables entonces tienes el apelativo de vigilante más que garantizado. Pero cuando estás haciendo que se cumplan las normas del centro comercial, con lo que se impide que cada uno haga lo que le dé la gana, entonces, ¡bingo! ya tiene usted el apelativo de segurata en el bolsillo. Pero… ¿El vigilante no es el mismo?… diría que sí lo que sucede es que las personas no tienen ni las más remota idea de cuáles son sus funciones.
No hay más que ver el incidente que tuvo la semana pasada el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, con un miembro de la seguridad de unas instalaciones bancarias a las que llegaba en su flamante coche. El Máximo Mandatario Blanco tuvo una palabras de reproche con el profesional, al no abrir éste la puerta de su vehículo, teniéndolo que hacer él personalmente en un esfuerzo supremo de audacia y valentía.
Por este motivo se cogió un cabreo monumental e increpó al vigilante diciéndole -¿Usted es un miembro de seguridad?- A lo que fue respondido con un sí. A continuación el Sr. Pérez lleno… digamos de suficiencia, por no decir otro calificativo, preguntó -¿Usted para que está aquí dígamelo?- El trabajador de la entidad financiera, que no del presidente de la Casa Blanca, tuvo que excusarse diciendo que había unos pequeños problemas para de esta forma salir airoso y no perder su trabajo.
Ahora bien, habría que decirle al señor Florentino que al igual que un delantero está para marcar goles, un portero para evitarlos y un entrenador para llevar las riendas del equipo en la parcela técnica, un vigilante, el que él estaba allí, está para realizar unas labores de seguridad, controlando a la gente para que todo se desarrolle con total normalidad y si, en el supuesto caso, ocurre algo llamar con celeridad a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, además de algunas cosas más propias de su cargo.
Abrir la puerta del coche a un personaje público no entran dentro de las competencias propias de este trabajo regulado por una Ley de Seguridad Privada, y menos aún llevarse una reprimenda injusta. Quizá el Sr Pérez, no el ratoncito cuya humildad está fuera de toda duda, pretendía con su actitud aparentar otra cosa diferente de lo que realmente es. Si quería que alguien le abriera la puerta a su llegada como si fuera algún dignatario político lo que debe hacer es contratar a un chófer, que en el INEM va a encontrar personal dispuesto, estoy seguro de ello.
Lo que no puede imponer al personal de seguridad de cualquier empresa son funciones que no les corresponden, que ni siquiera están contempladas y que son más producto del poder que le da tener una cierta posición económica.
Aunque en esta historia no sólo el Presidente del Real Madrid desconoce las tareas de un vigilante de seguridad, precisamente algunos profesionales de los medios de comunicación se refieren a ellos, en numerosas ocasiones, de manera equívoca. Un ejemplo lo tenemos en el diario El Mundo Deportivo, periódico donde daban cobertura al incidente antes mencionado y que se referían a la persona abroncada como agente de seguridad (esta figura no existe) y no como vigilante. Se supone que al menos un experto en la comunicación debería hablar, en este caso escribir, con propiedad para evitar errores que empañen su labor.
Seguridadsemanal
http://seguridadsemanal.com/el-segurata-y-el-vigilante/
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/t14494-el-segurata-y-el-vigilante
Aunque parezcan dos cosas diferentes en realidad no lo son, lo que pasa es que depende de la situación en la que el vigilante de seguridad se encuentre, así será el apelativo que se utilizará, pondré un ejemplo:
Si una persona de mediana edad está con su familia, pasando un rato agradable en un centro comercial y de repente el peque de la familia se hace un corte en el dedo mientras juega con las escaleras mecánicas, entonces la madre se acercará a un miembro de seguridad para pedirle ayuda, poco después cuando la cura ya está realizada y la familia feliz sigua con sus compras la mujer mirará al marido y le dirá -¿Te has fijado que amable es el vigilante?- a lo que el marido responderá -La verdad es que nos ha tratado muy bien-.
Lo curioso es que si esa familia, en el mismo centro comercial, con su hijo en perfectas condiciones y con el vigilante llamando la atención a una persona por su comportamiento o en el desarrollo de una intervención en la que se comprueba que un, en teoría, cliente ha cometido un hurto, “obligando” a éste a que le acompañe a un lugar menos concurrido para proceder a las comprobaciones pertinentes y si procede llamar a la policía, entonces la mujer mirará a su esposo y le dirá -¿Te has fijado? pero qué se habrá creído el segurata que es un policía o qué, menudo idiota el tío-.
Lo que está claro es que la gente calificará a estos profesionales según sus propios intereses, y si estos les son favorables entonces tienes el apelativo de vigilante más que garantizado. Pero cuando estás haciendo que se cumplan las normas del centro comercial, con lo que se impide que cada uno haga lo que le dé la gana, entonces, ¡bingo! ya tiene usted el apelativo de segurata en el bolsillo. Pero… ¿El vigilante no es el mismo?… diría que sí lo que sucede es que las personas no tienen ni las más remota idea de cuáles son sus funciones.
No hay más que ver el incidente que tuvo la semana pasada el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, con un miembro de la seguridad de unas instalaciones bancarias a las que llegaba en su flamante coche. El Máximo Mandatario Blanco tuvo una palabras de reproche con el profesional, al no abrir éste la puerta de su vehículo, teniéndolo que hacer él personalmente en un esfuerzo supremo de audacia y valentía.
Por este motivo se cogió un cabreo monumental e increpó al vigilante diciéndole -¿Usted es un miembro de seguridad?- A lo que fue respondido con un sí. A continuación el Sr. Pérez lleno… digamos de suficiencia, por no decir otro calificativo, preguntó -¿Usted para que está aquí dígamelo?- El trabajador de la entidad financiera, que no del presidente de la Casa Blanca, tuvo que excusarse diciendo que había unos pequeños problemas para de esta forma salir airoso y no perder su trabajo.
Ahora bien, habría que decirle al señor Florentino que al igual que un delantero está para marcar goles, un portero para evitarlos y un entrenador para llevar las riendas del equipo en la parcela técnica, un vigilante, el que él estaba allí, está para realizar unas labores de seguridad, controlando a la gente para que todo se desarrolle con total normalidad y si, en el supuesto caso, ocurre algo llamar con celeridad a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, además de algunas cosas más propias de su cargo.
Abrir la puerta del coche a un personaje público no entran dentro de las competencias propias de este trabajo regulado por una Ley de Seguridad Privada, y menos aún llevarse una reprimenda injusta. Quizá el Sr Pérez, no el ratoncito cuya humildad está fuera de toda duda, pretendía con su actitud aparentar otra cosa diferente de lo que realmente es. Si quería que alguien le abriera la puerta a su llegada como si fuera algún dignatario político lo que debe hacer es contratar a un chófer, que en el INEM va a encontrar personal dispuesto, estoy seguro de ello.
Lo que no puede imponer al personal de seguridad de cualquier empresa son funciones que no les corresponden, que ni siquiera están contempladas y que son más producto del poder que le da tener una cierta posición económica.
Aunque en esta historia no sólo el Presidente del Real Madrid desconoce las tareas de un vigilante de seguridad, precisamente algunos profesionales de los medios de comunicación se refieren a ellos, en numerosas ocasiones, de manera equívoca. Un ejemplo lo tenemos en el diario El Mundo Deportivo, periódico donde daban cobertura al incidente antes mencionado y que se referían a la persona abroncada como agente de seguridad (esta figura no existe) y no como vigilante. Se supone que al menos un experto en la comunicación debería hablar, en este caso escribir, con propiedad para evitar errores que empañen su labor.
Seguridadsemanal
http://seguridadsemanal.com/el-segurata-y-el-vigilante/
http://noticiasvigilantes.foroactivo.com/t14494-el-segurata-y-el-vigilante