ETA no se disuelve
20-10-2011
No voy a detenerme en la última secuencia del guión trazado por ETA para intentar conseguir, a cambio de dejar de matar, lo que no pudo obtener matando, porque ya todos estamos pendientes de lo que los terroristas van a hacer a continuación.
Ahora toca comunicado y no se crean, pese a que se habla del fin de ETA como algo que indefectiblemente se va a producir a corto plazo, que hemos llegado al punto en el que la banda terrorista tiene previsto anunciar su disolución.
Alguien que presume de conocer los planes de ETA, el socialista Jesús Eguiguren, nos ha aclarado que, en el comunicado que estamos esperando, la banda terrorista no va a decir que “se disuelve”, sino que “se acogerá” a las conclusiones de la "Conferencia de Paz" y eso, para Eguiguren, ya es mucho. A mí no me parece que lo sea, porque esas conclusiones han sido redactadas a la medida de ETA y en ellas no se pide a la banda terrorista que se disuelva, ni que entregue sus armas. Es a los Gobiernos español y francés a quienes se plantean exigencias de negociación si ETA declarase el “cese definitivo de la actividad armada”, que nadie garantizaría que no pasara a ser provisional si las conversaciones no cumplieran sus expectativas.
Ante esa cuestión de fondo, no tiene mucha transcendencia que los socialistas copien las tácticas escénicas del entorno político de ETA, intentando convencer a los votantes de que todos ellos se “queman” por la paz. Nos presentan al “bienintencionado” Eguiguren, dispuesto a dar cualquier cosa a ETA, y al astuto Rubalcaba, lavándose las manos al puntualizar que él no dio el “visto bueno” a la presencia del PSE en la Conferencia de San Sebastián. Y, por si había pocos actores, hasta el ex presidente González ha entrado en escena, criticando a Eguiguren, que fue quien representó a su partido en la coreografía montada por Bildu en San Sebastián. Las cosas están deliberadamente obtusas. Y no sólo en el PSOE.
M. Luisa G.-Franco es periodista.
20-10-2011
No voy a detenerme en la última secuencia del guión trazado por ETA para intentar conseguir, a cambio de dejar de matar, lo que no pudo obtener matando, porque ya todos estamos pendientes de lo que los terroristas van a hacer a continuación.
Ahora toca comunicado y no se crean, pese a que se habla del fin de ETA como algo que indefectiblemente se va a producir a corto plazo, que hemos llegado al punto en el que la banda terrorista tiene previsto anunciar su disolución.
Alguien que presume de conocer los planes de ETA, el socialista Jesús Eguiguren, nos ha aclarado que, en el comunicado que estamos esperando, la banda terrorista no va a decir que “se disuelve”, sino que “se acogerá” a las conclusiones de la "Conferencia de Paz" y eso, para Eguiguren, ya es mucho. A mí no me parece que lo sea, porque esas conclusiones han sido redactadas a la medida de ETA y en ellas no se pide a la banda terrorista que se disuelva, ni que entregue sus armas. Es a los Gobiernos español y francés a quienes se plantean exigencias de negociación si ETA declarase el “cese definitivo de la actividad armada”, que nadie garantizaría que no pasara a ser provisional si las conversaciones no cumplieran sus expectativas.
Ante esa cuestión de fondo, no tiene mucha transcendencia que los socialistas copien las tácticas escénicas del entorno político de ETA, intentando convencer a los votantes de que todos ellos se “queman” por la paz. Nos presentan al “bienintencionado” Eguiguren, dispuesto a dar cualquier cosa a ETA, y al astuto Rubalcaba, lavándose las manos al puntualizar que él no dio el “visto bueno” a la presencia del PSE en la Conferencia de San Sebastián. Y, por si había pocos actores, hasta el ex presidente González ha entrado en escena, criticando a Eguiguren, que fue quien representó a su partido en la coreografía montada por Bildu en San Sebastián. Las cosas están deliberadamente obtusas. Y no sólo en el PSOE.
M. Luisa G.-Franco es periodista.