GIJÓN
Detienen a un anciano por dejar carne llena de agujas a los perros de El Llano
La Policía averiguó que actuaba así como represalia contra los dueños por llevar a los animales a defecar a un jardín próximo a su domicilio
Un vecino de El Llano de 81 años era el envenenador de perros que tenía en jaque a los propietarios de mascotas del barrio. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría del Coto le detuvieron el pasado martes en relación con los sucesos que tuvieron lugar entre junio y agosto en un jardín ubicado en la plaza de la calle León XIII. Unos hechos en los que varios perros que paseaban sus dueños por la zona enfermaron tras comer trozos de carne que contenían en su interior alfileres y agujas cortadas por un extremo. Esta ingesta provocó importantes lesiones en algunos animales, que tuvieron que ser intervenidos quirúrgicamente para salvarles la vida. En los casos más graves se llegaron a extraer del interior de los perros hasta 19 agujas o alfileres.
Tras la alarma social generada, la Policía Judicial montó un operativo de vigilancia en El Llano y se mantuvieron numerosas entrevistas con vecinos y propietarios de animales domésticos. Fue una de esas personas precisamente la que puso a los agentes sobre la pista del anciano responsable de estos episodios de violencia contra los perros de la zona. Relató a la Policía que había visto como un individuo de edad avanzada y pelo blanco había tirado comida en bolsas por las aceras de la calle León XIII y Alfonso Camín. Este testigo explicó que él llegó a pincharse en las manos con objetos punzantes en el interior del alimento cuando intentó comprobar cuál era el contenido de las bolsas arrojadas a la vía pública.
Con esas indicaciones, los agentes llegaron a identificar al anciano. Según averiguaron, el móvil de su comportamiento era que estaba harto de que el jardín próximo a su domicilio fuera utilizado continuamente por los perros para hacer sus necesidades, ante la indolencia de sus dueños. Cansado de que sus quejas y reproches no tuvieran resultado alguno, decidió tomar represalias con la carne emponzoñada. En Comisaría, el hombre de 81 años, que carecía de antecedentes, se negó, en cualquier caso, a dar razones de su conducta. Seis denuncias pesaban contra él y fue detenido por un delito contra la flora, la fauna y los animales domésticos.
Detienen a un anciano por dejar carne llena de agujas a los perros de El Llano
La Policía averiguó que actuaba así como represalia contra los dueños por llevar a los animales a defecar a un jardín próximo a su domicilio
Un vecino de El Llano de 81 años era el envenenador de perros que tenía en jaque a los propietarios de mascotas del barrio. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría del Coto le detuvieron el pasado martes en relación con los sucesos que tuvieron lugar entre junio y agosto en un jardín ubicado en la plaza de la calle León XIII. Unos hechos en los que varios perros que paseaban sus dueños por la zona enfermaron tras comer trozos de carne que contenían en su interior alfileres y agujas cortadas por un extremo. Esta ingesta provocó importantes lesiones en algunos animales, que tuvieron que ser intervenidos quirúrgicamente para salvarles la vida. En los casos más graves se llegaron a extraer del interior de los perros hasta 19 agujas o alfileres.
Tras la alarma social generada, la Policía Judicial montó un operativo de vigilancia en El Llano y se mantuvieron numerosas entrevistas con vecinos y propietarios de animales domésticos. Fue una de esas personas precisamente la que puso a los agentes sobre la pista del anciano responsable de estos episodios de violencia contra los perros de la zona. Relató a la Policía que había visto como un individuo de edad avanzada y pelo blanco había tirado comida en bolsas por las aceras de la calle León XIII y Alfonso Camín. Este testigo explicó que él llegó a pincharse en las manos con objetos punzantes en el interior del alimento cuando intentó comprobar cuál era el contenido de las bolsas arrojadas a la vía pública.
Con esas indicaciones, los agentes llegaron a identificar al anciano. Según averiguaron, el móvil de su comportamiento era que estaba harto de que el jardín próximo a su domicilio fuera utilizado continuamente por los perros para hacer sus necesidades, ante la indolencia de sus dueños. Cansado de que sus quejas y reproches no tuvieran resultado alguno, decidió tomar represalias con la carne emponzoñada. En Comisaría, el hombre de 81 años, que carecía de antecedentes, se negó, en cualquier caso, a dar razones de su conducta. Seis denuncias pesaban contra él y fue detenido por un delito contra la flora, la fauna y los animales domésticos.