Atentado en Vilalba

Resistencia Galega atenta contra la casa natal de Fraga con una bomba artesanal


El grupo independentista radical Resistencia Galega está detrás -según todas las hipótesis- de la explosión de un artefacto de fabricación casera en la vivienda familiar del expresidente de la Xunta y fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, en la céntrica Rúa da Pravia de Vilalba, ocurrida a las 6.15 horas de la madrugada de ayer y que provocó solo algunos daños materiales, como la rotura de la puerta de la entrada del inmueble y cristales de algunos edificios adyacentes.

Un testigo vio la llama y logró escapar

Interior informó de lo sucedido al político vilalbés en Madrid a primera hora de la mañana

El delegado del Gobierno en Galicia, Miguel Cortizo, manifestó tras conocer el suceso y los primeros datos de la investigación que «polas características do artefacto, todo parece indicar que sexa cousa de Resistencia Galega», grupo al que se relacionó con hechos similares anteriores en Galicia.

Aún así, el vicepresidente de la Fundación Manuel Fraga -cuya sede estará ubicada en la vivienda familiar del político vilalbés-, José María García Leira, negó que se produjeran reivindicaciones por parte de personas o grupos políticos como autores de este ataque. El también expresidente del Parlamento de Galicia confirmó además que se mantendrá la inauguración de la sede de la fundación, que estaba prevista para este viernes, día 30, y que se seguirán las previsiones marcadas «con total normalidad», ya que el atentado registrado «es razón de más para que esa casa esté abierta».

García Leira calificó este ataque a la sede de la citada entidad como «un acto bárbaro», obra de «unos dementes». «Intentar solucionar con bombas cualquier problema de ideología no se entiende en este país en este momento. Es algo que no puede encajar en ninguna cabeza normal, por lo que pienso que el que hace esto no puede ser una persona normal, porque es un acto de barbarie», manifestó.

Añadió que la Fundación Manuel Fraga alberga, realmente, «un legado de tipo cultural, más que político, porque es un halago, por decirlo de alguna manera, que hace a su tierra natal» el expresidente de la Xunta de Galicia.

Gran despliegue

La explosión del artefacto de fabricación casera en la casa familiar de Manuel Fraga, en pleno centro de Vilalba, causó, primero, un fuerte estruendo que despertó a numerosos vecinos y, a continuación, un gran despliegue de agentes de los cuerpos de seguridad del Estado, que mantuvieron acordonada la zona durante cinco horas, hasta que se restableció el tráfico pasado el mediodía.

El artefacto estaba construido con tres bombonas de cámping gas y once cartuchos de fuegos de artificio, según confirmaron fuentes policiales que se desplazaron hasta el lugar. Aún así, la potencia del mismo fue escasa, ya que solo provocó daños en la puerta del inmueble atacado y la rotura del cartel de una perfumería y droguería anexa y de los cristales de la fachada de otra casa adyacente.

Precisamente fue la vecina de este edificio la que dio la voz de alarma a los servicios de emergencia en torno a las 6.20 horas, tras escuchar «un ruido muy fuerte» en la casa familiar de Fraga. Prácticamente de inmediato se desplazaron hasta la Rúa da Pravia la Policía Local, la Guardia Civil y Protección Civil de Vilalba.

Todos ellos se encargaron de cortar el acceso tanto de vehículos como de peatones en la citada calle, desde la Praza de Suso Gayoso hasta la sucursal de Caixa Galicia. También se limitó el paso en la Alameda Basanta Olano, enfrente a la vivienda y hasta la que llegaron diversos restos de la explosión.

Una vez comprobado que no había más artefactos explosivos en la zona, los agentes de la Guardia Civil, la Policía Judicial y de los Tedax de A Coruña empezaron a analizar los restos, marcando todos los trozos del artefacto explosionado, como partes de las bombonas y de los petardos, de los que algunos aparecieron a una distancia de cerca de 70 metros. Otros se iban localizando a medida que se reconocía la zona, lo que hizo que se tuviera que ampliar el cordón policial a media mañana.

Además, justo delante de la puerta destrozada se había abierto estos días una zanja para proceder a la canalización del gas a la vivienda de Fraga, reformada en los últimos meses prácticamente en su totalidad para albergar la sede de la fundación. «Fue una suerte que no dejaran la bomba en ese agujero, porque si no podría haber sido algo mucho más fuerte de lo que fue», afirmó el responsable de Protección Civil de Vilalba, Pepe Franco.

Investigación

La zona acordonada en la Rúa da Pravia tras el atentado cuenta con cinco sucursales bancarias, por lo que se analizarán las grabaciones de las cámaras de seguridad para tratar de esclarecer la autoría de este ataque, tal y como comentaron ayer fuentes policiales en el lugar de los hechos. También se preguntó en el resto de locales comerciales si contaban con estos dispositivos, que pudieran arrojar alguna luz sobre este caso.

Tras marcar y documentar todos los restos del artefacto explosivo, los agentes procedieron a recoger todas las piezas, unas tareas con las que se terminó a las 11.30 horas, cinco después de la explosión. Los efectivos retiraron el cordón de seguridad y los numerosos vecinos y curiosos que estaban en la zona pudieron acercarse a ver el alcance de la explosión. Fue entonces también cuando los negocios del entorno, que permanecieron cerrados hasta ese momento, abrieron por fin sus puertas para volver poco a poco a la normalidad del día a día.



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