Índice
Durante los últimos días han recorrido todos los medios de comunicación unas imágenes de una carga policial en el que se observa a un grupo de Policías Nacionales disolviendo, siguiendo alguna orden, una concentración. Esta secuencia ha sido repetida hasta la saciedad en las primeras planas de todos los periódicos, ha abierto muchos informativos, ha ocupado infinidad de tertulias radiofónicas y ha circulado de forma masiva por la red. Me alegro de que este país no tenga otros problemas de mayor calado si es esto lo que nos preocupa.
Una parte de esta sociedad, y a raíz de estas imágenes, han destacado el rostro de uno de los agentes con la intención de que sea identificado y conocer su paradero, llegando incluso a abrir una página “web” con este fin. Andan por la calle clavando su mirada en los agentes cada vez que se cruzan con un furgón de las UIP´s para ver si son capaces de identificar ese rostro que guardan en sus retinas.
A todos estos yo les digo: Parar de buscar, yo os diré quién es el “malvado Policía”, lo habéis tenido frente a vosotros todos los días y no le habéis reconocido. El Policía de las imágenes es aquel que el día de los fatídicos atentados del “11-M” bajo con rapidez al andén de la Estación de Atocha para atender y socorrer a los heridos que se encontraban atrapados entre amasijos de hierros sin saber si otra explosión podía llevarse por delante su vida y la de sus compañeros, es aquel que esa misma tarde y sin tomar un descanso se encargó de retirar con sus propias manos los pedazos en que quedaron los cuerpos de los fallecidos, es aquel que al día siguiente se encontraba en el pabellón de Ifema, convertido en “morgue”, consolando a los familiares de las víctimas que lo necesitaban; es aquel que buscó, encontró y te entregó a tu hijo cuando se perdió en aquel bullicio; es aquel que prestó los primeros auxilios y avisó a los servicios de urgencia cuando tu padre, estando solo, sufrió ese desvanecimiento en la vía pública; es aquel que se separa de su familia como tantas veces y sube todos los años al “norte” a escoltar a alguien que está amenazado o establece controles en esas carreteras para detectar esos comandos terroristas que siembran el terror en casi toda la geografía española, es aquel que, sin vacilar, entró en casa de un peligroso delincuente para proceder a su detención; es aquel que ves cruzar Madrid con las sirenas del vehículo encendidas para intentar detener a esos aluniceros que se llevan los artículos de una joyería o se va a enfrentar al atracador que está encañonando a la cajera del supermercado; es el mismo que perdió a su compañero cuando mientras desalojaban la calle en la que se detectó la bomba, esta estalló antes de tiempo; es aquel que tantas veces a resultado herido por cumplir con las órdenes recibidas y proteger a los ciudadanos que de nada conoce.
Ahora ya sabéis quien es aquel al que buscáis y podéis estar seguros de que ese policía, si mañana en su labor diaria, se encontrase con la joven "Maika" en alguna situación de peligro no dudaría en arriesgar su propia vida para salvar la ajena, y todo porque no concibe su profesión de otra manera y por eso siempre lo ha hecho así y así lo seguirá haciendo a pesar de ser castigado él y su familia sin el sueldo con el que los alimenta y a pesar de que aquellos que se atribuyen diariamente los logros de ese servidor, en casos como este le den la espalda para proteger sus intereses.
SALUDOS COMPAÑEROS.
Una parte de esta sociedad, y a raíz de estas imágenes, han destacado el rostro de uno de los agentes con la intención de que sea identificado y conocer su paradero, llegando incluso a abrir una página “web” con este fin. Andan por la calle clavando su mirada en los agentes cada vez que se cruzan con un furgón de las UIP´s para ver si son capaces de identificar ese rostro que guardan en sus retinas.
A todos estos yo les digo: Parar de buscar, yo os diré quién es el “malvado Policía”, lo habéis tenido frente a vosotros todos los días y no le habéis reconocido. El Policía de las imágenes es aquel que el día de los fatídicos atentados del “11-M” bajo con rapidez al andén de la Estación de Atocha para atender y socorrer a los heridos que se encontraban atrapados entre amasijos de hierros sin saber si otra explosión podía llevarse por delante su vida y la de sus compañeros, es aquel que esa misma tarde y sin tomar un descanso se encargó de retirar con sus propias manos los pedazos en que quedaron los cuerpos de los fallecidos, es aquel que al día siguiente se encontraba en el pabellón de Ifema, convertido en “morgue”, consolando a los familiares de las víctimas que lo necesitaban; es aquel que buscó, encontró y te entregó a tu hijo cuando se perdió en aquel bullicio; es aquel que prestó los primeros auxilios y avisó a los servicios de urgencia cuando tu padre, estando solo, sufrió ese desvanecimiento en la vía pública; es aquel que se separa de su familia como tantas veces y sube todos los años al “norte” a escoltar a alguien que está amenazado o establece controles en esas carreteras para detectar esos comandos terroristas que siembran el terror en casi toda la geografía española, es aquel que, sin vacilar, entró en casa de un peligroso delincuente para proceder a su detención; es aquel que ves cruzar Madrid con las sirenas del vehículo encendidas para intentar detener a esos aluniceros que se llevan los artículos de una joyería o se va a enfrentar al atracador que está encañonando a la cajera del supermercado; es el mismo que perdió a su compañero cuando mientras desalojaban la calle en la que se detectó la bomba, esta estalló antes de tiempo; es aquel que tantas veces a resultado herido por cumplir con las órdenes recibidas y proteger a los ciudadanos que de nada conoce.
Ahora ya sabéis quien es aquel al que buscáis y podéis estar seguros de que ese policía, si mañana en su labor diaria, se encontrase con la joven "Maika" en alguna situación de peligro no dudaría en arriesgar su propia vida para salvar la ajena, y todo porque no concibe su profesión de otra manera y por eso siempre lo ha hecho así y así lo seguirá haciendo a pesar de ser castigado él y su familia sin el sueldo con el que los alimenta y a pesar de que aquellos que se atribuyen diariamente los logros de ese servidor, en casos como este le den la espalda para proteger sus intereses.
SALUDOS COMPAÑEROS.
