Mohamed B., de 19 años, detenido cuatro veces en la última semana por agredir a policías municipales y vigilantes de seguridad, no se presentó ayer al juicio rápido que se celebró a mediodía en los juzgados de Getxo por su última fechoría. El delincuente multirreincidente, arrestado el miércoles de la semana pasada y dos veces el sábado en Barakaldo, terminó de nuevo en los calabozos anteayer por asestar puñetazos al guarda de la estación del metro de Leioa, abriéndole el labio y provocándole una hemorragia nasal. El juez le condenó en ausencia a pagar a la víctima una indemnización de 350 euros, que no abonará al declararse insolvente.
Mientras el agresor continúa en libertad e impune, los vigilantes implicados en la trifulca acudieron ayer a su puesto de trabajo «pendientes porque puede aparecer en cualquier andén». En dos de las últimas ocasiones en que ha sido arrestado, los policías le ocuparon sendos puñales. Los vigilantes no van armados, llevan una defensa y unos grilletes.
«Ansiedad y estrés»
El sindicato CC OO denunció ayer la «inseguridad» que sufren los vigilantes de seguridad del metro, y pidió «que los efectivos sean dobles». El aumento de las agresiones produce en los trabajadores «ansiedad y estrés». Así, un vigilante falleció la semana pasada en Igorre durante un turno de noche a las tres de la mañana, víctima de un paro cardiaco, informa el sindicato. «Son los grandes olvidados, se les trata como a trabajadores de segunda», denuncian.
La central critica que, en sus comunicados de prensa, Metro se refiera a las agresiones a los vigilantes como «hechos aislados», cuando son víctimas de una «cada vez mayor inseguridad».
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