Qué hace un jugador del Barça cuando está lesionado? ¿Jugar una partida de póquer con los mejores del mundo durante siete horas? La mayoría se habría quedado en casa, pero no es el caso de Gerard Piqué. El central azulgrana, que se recupera de una rotura fibrilar del gemelo de la pierna izquierda, se presentó el jueves en el Casino de Barcelona para disputar una timba en la que cada participante debía apoquinar 5.000 euros para sentarse en la mesa. La noticia habría sido esa, y solo esa, de no ser por el resultado final: un sorprendente y fenomenal tercer puesto que le reportó 40.950 euros. ¿Mucho? Depende. Para cualquier mortal, sí. Para él, que tiene un sueldo estratosférico, no tanto, igual que para los jugadores profesionales, que en los torneos de verdad pueden llevarse 850.000 euros (o más) si ganan. Es la cantidad que se llevó Martin Schleich, el vencedor del European Poker Tour (EPT) que se disputó en el mismo lugar horas antes. El póquer a este nivel mueve tanto dinero que en un torneo como el que participó el defensa azulgrana (paralelo al EPT y llamado No-Limit Turbo Six Max) se apuntaron 63 jugadores, que dejaron un bote de 315.000 euros (el ganador, Roberto Romanello, se embolsó 110.250).CON GORRA Y GAFAS DE SOL / Como la mayoría de rivales, Piqué llevaba gorra y gafas de sol para ocultar su cara (se trata de mantener el ademán impasible para no dar pistas a los rivales con la reacción que tiene al ver las cartas que tiene en la mano). También se puso unos cascos enormes en las orejas. Jugó con tanta sangre fría como cuando aguanta las bicicletas de Cristiano Ronaldo.

La diferencia es que, el jueves, frente a él había nombres que no sonarán al gran público pero que son cracks de talla mundial: Jason Mercier, Brandon Cantu, Joseph Cheong, Per Linde, Nicolas Chouity, Ronny Kaiser, Sorel Mizzi, Roberto Romanello, Fernando Brito (es el jugador del año)...

El novio de Shakira no ha escrito en Twitter ni una línea sobre su nuevo éxito, algo extraño en él, tan pródigo a colgar mensajes y fotos para sus fans. Uno de los últimos tiene que ver con otro juego de mesa, aunque se intuye que sin tanto dinero de por medio. «Tengo la partida dominada! Soy el azul!». Se refería al parchís (el texto iba acompañado de la foto del tablero que compartía con Xavi, Pedro y Villa), aunque la frase bien podría haberle servido para la timba del jueves en el casino.


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La pasta llama ala pasta