Dos horas y media de caminata son suficientes para quedar impresionado con el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, repleto de flora y fauna hacen que, a cada paso, el paisaje sea distinto al anterior. Entre los lugares imprescindibles se encuentra la famosa 'Ciudad Encantada', un increíble paisaje calcáreo producido por la erosión del agua y el viento, que ha dado lugar a originales 'monumentos rocosos' con distintas formas: desde ballenas hasta puentes y calles. Cerca de allí conviene visitar el paraje conocido como los 'Callejones de Las Majadas', que evoca a través de las piedras erosionadas singulares callejones.

Pero la serranía no solo ofrece turismo rural basado en el senderismo. Cerca de la localidad de Uña se encuentra la laguna con el mismo nombre y el río Júcar, que ofrecen un enclave casi paradisíaco para los amantes de la pesca y otras actividades acuáticas.

Encajonada entre dos laderas y en una vaguada, se encuentra la localidad de Beamud, de origen musulmán. Además de disfrutar de la tranquilidad de un lugar con alrededor de un centenar de habitantes, un paseo por las calles del pueblo se convierten en una lección de arquitectura popular.

Pero sin duda la excursión no puede finalizar sin visitar la capital de la provincia: Cuenca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una ciudad que mezcla edificios históricos en las callejuelas del casco antiguo, así como otros imponentes como el ayuntamiento o la catedral de Nuestra Señora de Gracia, con símbolos de la modernidad. Especial relevancia tienen, con precios bastante asequibles, los museos de la ciudad, como el de las Ciencias o el de Arte Abstracto, que tiene como atractivo, además, una excelente ubicación: se encuentra en medio de las Casas Colgadas.

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