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Ahorro Y Despilfarro
Están congeladas las pensiones, se ha rebajado el salario de los funcionarios, hay, en fin, una disminución drástica del gasto público; no debe sorprender, por lo tanto, que el Ejército del Aire anuncie que «la política de austeridad obligada» limite a dos patrullas su participación en el VI Festival Aéreo de Gijón. Esto significa que el 31 de julio no habrá exhibición de la Patrulla Águila ni de un caza F-18 o 'Eurofighter' ante la multitud congregada para contemplar el espectáculo (muchos miles de personas, sin duda, pero nunca las 400.000 de la versión oficial, cifra exagerada que parece obtenida con criterios contables semejantes a los aplicados para inventariar la asistencia a las manifestaciones de cuando entonces en la plaza de Oriente madrileña).
Contrasta ese ejemplo de ahorro con un caso cercano de prodigalidad, atribuible a otro organismo que también se nutre del erario, la Universidad de Oviedo, que ha amurallado parte del campus gijonés con una llamativa valla metálica, a modo de novísimo cordón sanitario, para proteger la finca de hipotéticos peligros derivados de la vecindad de otro acontecimiento no menos multitudinario que el festival aéreo, la Semana Negra, con sus decenas de miles de visitantes.
No estaría de más saber si la aparatosa operación de aislamiento tiene la preceptiva licencia municipal -con pago de las tasas correspondientes- o ha bastado el tacto de codos perceptible últimamente en las relaciones entre las dos instituciones concernidas por el contencioso sobre la propiedad de aquellos predios. Sea como fuere, en tiempos de derribo de barreras de todo tipo, la erección del muro de Cabueñes, sin 'vopos', pero con vigilantes de seguridad, novísimo telón de acero galvanizado, posee las características de un despilfarro, ordenado desde las mismas instancias que se quejan sin cesar de la escasez de recursos. Y da la impresión de que puede ser a la vez reveladora del síndrome de insularidad que afecta a un sector de la Universidad respecto de parte sustancial de la vida real, la que hay extramuros del alma máter, una de cuyas manifestaciones palpables consiste precisamente en la Semana Negra.
http://www.elcomercio.es/v/20110711/gijon/ahorro-despilfarro-20110711.html
Están congeladas las pensiones, se ha rebajado el salario de los funcionarios, hay, en fin, una disminución drástica del gasto público; no debe sorprender, por lo tanto, que el Ejército del Aire anuncie que «la política de austeridad obligada» limite a dos patrullas su participación en el VI Festival Aéreo de Gijón. Esto significa que el 31 de julio no habrá exhibición de la Patrulla Águila ni de un caza F-18 o 'Eurofighter' ante la multitud congregada para contemplar el espectáculo (muchos miles de personas, sin duda, pero nunca las 400.000 de la versión oficial, cifra exagerada que parece obtenida con criterios contables semejantes a los aplicados para inventariar la asistencia a las manifestaciones de cuando entonces en la plaza de Oriente madrileña).
Contrasta ese ejemplo de ahorro con un caso cercano de prodigalidad, atribuible a otro organismo que también se nutre del erario, la Universidad de Oviedo, que ha amurallado parte del campus gijonés con una llamativa valla metálica, a modo de novísimo cordón sanitario, para proteger la finca de hipotéticos peligros derivados de la vecindad de otro acontecimiento no menos multitudinario que el festival aéreo, la Semana Negra, con sus decenas de miles de visitantes.
No estaría de más saber si la aparatosa operación de aislamiento tiene la preceptiva licencia municipal -con pago de las tasas correspondientes- o ha bastado el tacto de codos perceptible últimamente en las relaciones entre las dos instituciones concernidas por el contencioso sobre la propiedad de aquellos predios. Sea como fuere, en tiempos de derribo de barreras de todo tipo, la erección del muro de Cabueñes, sin 'vopos', pero con vigilantes de seguridad, novísimo telón de acero galvanizado, posee las características de un despilfarro, ordenado desde las mismas instancias que se quejan sin cesar de la escasez de recursos. Y da la impresión de que puede ser a la vez reveladora del síndrome de insularidad que afecta a un sector de la Universidad respecto de parte sustancial de la vida real, la que hay extramuros del alma máter, una de cuyas manifestaciones palpables consiste precisamente en la Semana Negra.
http://www.elcomercio.es/v/20110711/gijon/ahorro-despilfarro-20110711.html
