Índice
Dos Vigilantescontrolarán el acceso al hotel del Club Robinson
Una comisión judicial acudió ayer hasta el antiguo hotel del Club Robinson para entregar la posesión del mismo a la Caja de Ahorros del Meditérraneo (CAM), entidad propietaria del edificio a través de la inmo-biliaria Tenedora de Inversiones y de Participaciones S. L. Antes de levantar acta, la gestora y la agente judicial, casi una decena de guardias civiles, un representante de la propiedad y una vecina visitaron prácticamente todas las dependencias y pudieron comprobar de primera mano el «deplorable» estado en que se encuentra por los numerosos daños, la suciedad existente y el abandono que ha sufrido, tal como se hizo constar. Aunque algunos vecinos aseguraban que había ya varias personas viviendo allí de forma ilegal, durante la actuación judicial no se pudo ver a nadie. «No hay ningún ocupante, aunque hay signos de que sí», indicó la gestora en el acta.
Una vez realizada la toma de posesión, la entidad bancaria colocó en el antiguo hotel a dos vigilantes de seguridad que permanecerán allí las 24 horas del día para evitar más okupaciones del establecimiento. El representante de la propiedad dijo que está previsto que una empresa constructora se desplace al Club Robinson en los próximos días para asegurar el recinto del hotel y cerrar los distintos accesos. Al parecer, el banco o bien su inmobiliaria ya lo han vendido, según fuentes conocedoras de la situación, que eludieron precisar quién es el comprador y qué tiene previsto hacer con él. «Esto de lo que tiene licencia es de hotel», señalaron estas fuentes.
Eugenia de Castro, una vecina de la urbanización que no se quiso perder la actuación judicial, explicó que hace dos años que comenzaron los problemas con los okupas en el Club Robinson. Como ya hicieron con anterioridad otros vecinos, De Castro resaltó la inseguridad y delincuencia que están sufriendo. «La mayor concentración es en verano. Ellos dicen que hacen actividades lúdicas, pero en realidad está todo lleno de basuras», comentó, e hizo referencia a los vehículos abandonados por calles de la urbanización, a los numerosos robos que han sufrido y a los desperfectos causados. «Tienen un apartamento de dos habitaciones con vistas al mar, con agua y con luz. Mejor imposible», dijo De Castro en referencia a unos «okupas más limpios que llevan dos o tres años» viviendo en un bungalow frente al hotel.
Y precisamente en la visita al hotel se pudo apreciar el lamentable estado en que han quedado las instalaciones. «Qué lastima. Esto es vandalismo, no es okupación. No tiene remedio», fueron algunos de los comentarios de la comitiva. Basura de todo tipo, desde ropa a utensilios y desechos, acumulada en las diferentes estancias, alguna rata muerta incluso, montones de escombros por todas partes, azulejos y cristales destrozados, váteres con lo que parecía que podían ser excrementos, puertas tiradas abajo, pintadas por todas partes... Todo ello esparcido por lo que era un salón, las escaleras, la lavandería, los baños o la cocina.
«Evidentemente se han ido», comentaron las dos miembros de la comisión judicial sobre la ausencia de moradores en el hotel. En este sentido, los vecinos habían indicado que aunque después del juicio del pasado mes de enero contra dos okupas en el que la única que se presentó estuvo de acuedo en marcharse del antiguo hotel antes del 20 de febrero, el edificio había sido habitado nuevamente, ya que con la llegada de la temporada es cuando más aumenta la concentración de moradores. «Se han ido a la ´korrala´ –los apartamentos donde se alojaba el personal de servicio cuando el hotel estaba abierto– al saber que les iban a desalojar», comentó De Castro, que señaló que estas viviendas son de Bancaja, que tiene un procedimiento abierto por la vía penal para echar a los okupas que allí habitan. «Llevan tiempo viviendo ahí y tienen hasta gallinas y todo», aseguró esta vecina, que dijo que esos apartamentos, al igual que otros de la urbanización, han sido «saqueados»: «Se han llevado vitrocerámicas, lavadoras, cobre, lo han dejado sin luz».
La comisión judicial también acudió, guiada por los guardias civiles, a unas viviendas anexas al hotel donde residían algunos okupas a los que los agentes habían notificado el desalojo. «Este lo tiene todo aquí. Piensa volver», comentaron entre todos. Zapatillas tiradas por el suelo, telas, muebles, pinturas, basura, restos de comida o escombros, entre otras cosas, era el panorama que se veía. «En una sala hay mil y pico colillas», comentó uno de los agentes de la Guardia Civil, que aseguró que nunca antes había visto nada igual.
«Esto es un foco de infección», era una de las conclusiones que sacaban los visitantes, que no sabían si opinar que lo mejor era limpiar y reformarlo todo o directamente tirar el hotel entero y levantarlo de nuevo.
http://www.diariodeibiza.es/
Una comisión judicial acudió ayer hasta el antiguo hotel del Club Robinson para entregar la posesión del mismo a la Caja de Ahorros del Meditérraneo (CAM), entidad propietaria del edificio a través de la inmo-biliaria Tenedora de Inversiones y de Participaciones S. L. Antes de levantar acta, la gestora y la agente judicial, casi una decena de guardias civiles, un representante de la propiedad y una vecina visitaron prácticamente todas las dependencias y pudieron comprobar de primera mano el «deplorable» estado en que se encuentra por los numerosos daños, la suciedad existente y el abandono que ha sufrido, tal como se hizo constar. Aunque algunos vecinos aseguraban que había ya varias personas viviendo allí de forma ilegal, durante la actuación judicial no se pudo ver a nadie. «No hay ningún ocupante, aunque hay signos de que sí», indicó la gestora en el acta.
Una vez realizada la toma de posesión, la entidad bancaria colocó en el antiguo hotel a dos vigilantes de seguridad que permanecerán allí las 24 horas del día para evitar más okupaciones del establecimiento. El representante de la propiedad dijo que está previsto que una empresa constructora se desplace al Club Robinson en los próximos días para asegurar el recinto del hotel y cerrar los distintos accesos. Al parecer, el banco o bien su inmobiliaria ya lo han vendido, según fuentes conocedoras de la situación, que eludieron precisar quién es el comprador y qué tiene previsto hacer con él. «Esto de lo que tiene licencia es de hotel», señalaron estas fuentes.
Eugenia de Castro, una vecina de la urbanización que no se quiso perder la actuación judicial, explicó que hace dos años que comenzaron los problemas con los okupas en el Club Robinson. Como ya hicieron con anterioridad otros vecinos, De Castro resaltó la inseguridad y delincuencia que están sufriendo. «La mayor concentración es en verano. Ellos dicen que hacen actividades lúdicas, pero en realidad está todo lleno de basuras», comentó, e hizo referencia a los vehículos abandonados por calles de la urbanización, a los numerosos robos que han sufrido y a los desperfectos causados. «Tienen un apartamento de dos habitaciones con vistas al mar, con agua y con luz. Mejor imposible», dijo De Castro en referencia a unos «okupas más limpios que llevan dos o tres años» viviendo en un bungalow frente al hotel.
Y precisamente en la visita al hotel se pudo apreciar el lamentable estado en que han quedado las instalaciones. «Qué lastima. Esto es vandalismo, no es okupación. No tiene remedio», fueron algunos de los comentarios de la comitiva. Basura de todo tipo, desde ropa a utensilios y desechos, acumulada en las diferentes estancias, alguna rata muerta incluso, montones de escombros por todas partes, azulejos y cristales destrozados, váteres con lo que parecía que podían ser excrementos, puertas tiradas abajo, pintadas por todas partes... Todo ello esparcido por lo que era un salón, las escaleras, la lavandería, los baños o la cocina.
«Evidentemente se han ido», comentaron las dos miembros de la comisión judicial sobre la ausencia de moradores en el hotel. En este sentido, los vecinos habían indicado que aunque después del juicio del pasado mes de enero contra dos okupas en el que la única que se presentó estuvo de acuedo en marcharse del antiguo hotel antes del 20 de febrero, el edificio había sido habitado nuevamente, ya que con la llegada de la temporada es cuando más aumenta la concentración de moradores. «Se han ido a la ´korrala´ –los apartamentos donde se alojaba el personal de servicio cuando el hotel estaba abierto– al saber que les iban a desalojar», comentó De Castro, que señaló que estas viviendas son de Bancaja, que tiene un procedimiento abierto por la vía penal para echar a los okupas que allí habitan. «Llevan tiempo viviendo ahí y tienen hasta gallinas y todo», aseguró esta vecina, que dijo que esos apartamentos, al igual que otros de la urbanización, han sido «saqueados»: «Se han llevado vitrocerámicas, lavadoras, cobre, lo han dejado sin luz».
La comisión judicial también acudió, guiada por los guardias civiles, a unas viviendas anexas al hotel donde residían algunos okupas a los que los agentes habían notificado el desalojo. «Este lo tiene todo aquí. Piensa volver», comentaron entre todos. Zapatillas tiradas por el suelo, telas, muebles, pinturas, basura, restos de comida o escombros, entre otras cosas, era el panorama que se veía. «En una sala hay mil y pico colillas», comentó uno de los agentes de la Guardia Civil, que aseguró que nunca antes había visto nada igual.
«Esto es un foco de infección», era una de las conclusiones que sacaban los visitantes, que no sabían si opinar que lo mejor era limpiar y reformarlo todo o directamente tirar el hotel entero y levantarlo de nuevo.
http://www.diariodeibiza.es/
