Como orfebres no eran malos del todo. Cogían auténtica bisutería y la transformaban por arte de magia en joyas de oro macizo que vendían a precios muy elevados. Como estafadores tampoco les iba mal del todo, ya que lograron engañar a numerosos joyeros y responsables de casas de empeño de todo el territorio nacional hasta que se cruzó en su camino la Policía Nacional de Pontevedra.
Los agentes de la Comisaría Provincial acaban de detener a dos personas, un ciudadano colombiano natural de Medellín de 46 años, J. F. A. Y.; y a una persona natural de Ibiza de 20 años, J. M. B. M; como presuntos autores de un delito de estafa ya que ambos están acusados de vender como verdaderas joyas de oro macizo piezas que realmente solo tenían un recubrimiento con este metal precioso.
Todo sucedió a raíz del conocimiento por parte de los agentes de Pontevedra, de diversas notas informativas policiales en las que se advertía de que uno de los "modus operandi" utilizados por los individuos que se dedican a la venta de joyas fraudulentas es la de aparentar la autenticidad de las mismas con esta capa exterior. Un recubrimiento lo suficientemente grueso como para que "cuelen" por buenas tras aplicarles un primer reactivo superficial. Una prueba que en algunos establecimientos es suficiente para realizar la transacción.
Así, el pasado viernes, a varios policías pontevedreses les llamó la atención la actitud de individuo que se encontraba en el exterior de una joyería de Cruz Gallástegui, como si estuviese esperando a alguien de dentro. Cuando su acompañante salió, procedieron a su identificación y les intervinieron cinco cadenas, una sortija, un reloj, y 1.757 euros en efectivo. Además, contaban con un papel con anotaciones de diversos establecimientos de venta de joyas en varias ciudades de Galicia y España. A raíz de las detenciones, los policías de la Comisaría realizaron una batida por los establecimientos de compraventa de joyas de la capital, para comprobar el objeto de las numerosas visitas que realizaron. Poco a poco fueron descubriendo que en realidad se trataba de estafadores que vendían piezas con apariencia de oro macizo pero que realmente no eran tal, sino que tenían un baño que al aplicar el reactivo de contraste del oro inducía a engaño a los propietarios de las casas de empeño. De hecho, la única manera de comprobar si las joyas eran verdaderas pasaba por realizar un corte profundo o incluso cortar completamente uno de los eslabones.
Según explicaron fuentes de Comisaría, una vez comprobado lo anterior se procedió a realizar un pesaje de las joyas intervenidas y poder así llevar a cabo una estimación de la entidad de la estafa que los detenidos pretendían llevar a cabo en la ciudad. Teniendo en cuenta que el precio del gramo de oro en Pontevedra se está pagando a entre 18 y 19 euros, los investigadores concluyen que de realizarse la venta de los artículos intervenidos obtendrían unos 8.404 euros.
Cuando los agentes llegaron con las piezas intervenidas ante expertos joyeros de la ciudad, en un momento inicial aseguraron que se trataba de piezas de oro macizo, hasta que se realizó el corte de una de ellas, de tal forma que se pudo destapar el fraude al comprobar que el oro sólo recubría un metal pesado mucho menos noble y, claro está, mucho menos valioso de lo que hacían creer.



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