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Uno de los sindicalistas arrestado en Vigo es un histórico de los Grapo
Telmo Varela Fernández, sindicalista vigués arrestado el pasado miércoles en Vigo por su implicación en ataques contra oficinas del INEM y sedes de CC OO y UGT, es un histórico miembro de los Grupos Revolucionarios Armados Primero de Octubre (Grapo). Encarcelado en los años 80 por un atraco con rehenes en Sevilla, abandonó la banda en 1990 y se dedicó a la lucha sindical y vecinal.
Actualmente, secretario comarcal de la Central Unitaria de Traballadores (CUT), el líder sindical pasará a disposición judicial en las próximas horas junto a su compañero José Luis Prado López, que ya fue juzgado el pasado mes de febrero por agresiones a varios agentes durante una protesta en 2008 contra una manifestación de Galicia Bilingüe.
El Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo mantiene bajo secreto de sumario la operación llevada a cabo por agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil para evitar nuevas acciones violentas en el Día da Clase Obreira Galega que se celebra este jueves. En la vivienda de Telmo Varela, en la parroquia viguesa de Coruxo, se habrían hallado varios cócteles-molotov listos para ser utilizados.
El actual secretario comarcal de la CUT nació hace 56 años y se crió en Sárdoma, barrio vigués en el que germinó la rama gallega de los Grapo. En la ciudad olívica conoció a su ex mujer, la histórica dirigente María Victoria Méndez, que ha estado encarcelada durante 16 años, y ambos se trasladaron a Madrid, como relata Pío Moa en su libro "De un tiempo y de un país: la izquierda violenta".
Primer antecedente policial
Su actividad va en aumento y el primer antecedente policial llega en septiembre de 1975 cuando es arrestado por colocar una bandera republicana unida a siete cartuchos de goma-2 en un puente que atravesaba la línea férrea en Leganés.
Cinco años más tarde, en noviembre de 1980, Telmo Varela y María Victoria Méndez son detenidos en Sevilla por un atraco con rehenes a un banco del que lograron llevarse nueve millones de pesetas. La Policía reconoció a uno de ellos en plena calle y, según relatan las crónicas de entonces, un agente de la Brigada de Información le disparó en la pierna cuando intentaba sacar una pistola Star 9 mm Parabellum, robada días atrás a un guardia civil.
Las investigaciones permitieron localizar el piso donde vivía, en compañía de su mujer, y en el que se intervino una metralleta SV 9 mm Parabellum, dos documentos de identidad falsos y 7.410.000 pesetas procedentes del robo.
Varios años en la cárcel hicieron recapacitar a Telmo Varela, que según narra Pío Moa en su libro escrito en 2002, terminaría "abandonando el partido, en la cárcel y acogiéndose a la amnistía, ya en 1990. Tengo noticia de que volvió a prisión por un atraco".
Regreso a Galicia
María Víctoria Méndez se distanciaría de su marido y se trasladaría a Francia para formar parte del Comité Central del Partido Comunista de España (reconstituido). Sería detenida de nuevo en el año 2000 y condenada a ocho años de prisión en el país vecino, tras lo que fue extraditada a España para ingresar nuevamente en la cárcel.
A su regreso a Galicia, Telmo Varela se centró en la lucha sindical desde la sección naval del sindicato CUT, pero también fue constante su participación en movilizaciones vecinales con asuntos polémicos, como el Plan General Urbanístico Municipal de 1994, por el que acabó siendo juzgado tras protagonizar disturbios en el Ayuntamiento. Además, en los últimos años fue portavoz de la asociación de afectados por la estación depuradora del río Lagares, que desemboca en la parroquia en la que ahora reside.
Ignacio Varela, hijo de Telmo y María Victoria, cumple actualmente condena en la prisión de Mansilla de las Mulas (León) tras ser apresado en 2003, cuando contaba con 25 años, por su relación con unatraco a entidades bancarias y furgones. Con él también fue detenida la viguesa Mónica Refojos, vinculada directamente al asalto de un vehículo de Prosegur muy cerca del barrio de Sárdoma en 2002, donde murieron dos vigilantes de seguridad.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/10/galicia/1299749643.html
Telmo Varela Fernández, sindicalista vigués arrestado el pasado miércoles en Vigo por su implicación en ataques contra oficinas del INEM y sedes de CC OO y UGT, es un histórico miembro de los Grupos Revolucionarios Armados Primero de Octubre (Grapo). Encarcelado en los años 80 por un atraco con rehenes en Sevilla, abandonó la banda en 1990 y se dedicó a la lucha sindical y vecinal.
Actualmente, secretario comarcal de la Central Unitaria de Traballadores (CUT), el líder sindical pasará a disposición judicial en las próximas horas junto a su compañero José Luis Prado López, que ya fue juzgado el pasado mes de febrero por agresiones a varios agentes durante una protesta en 2008 contra una manifestación de Galicia Bilingüe.
El Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo mantiene bajo secreto de sumario la operación llevada a cabo por agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil para evitar nuevas acciones violentas en el Día da Clase Obreira Galega que se celebra este jueves. En la vivienda de Telmo Varela, en la parroquia viguesa de Coruxo, se habrían hallado varios cócteles-molotov listos para ser utilizados.
El actual secretario comarcal de la CUT nació hace 56 años y se crió en Sárdoma, barrio vigués en el que germinó la rama gallega de los Grapo. En la ciudad olívica conoció a su ex mujer, la histórica dirigente María Victoria Méndez, que ha estado encarcelada durante 16 años, y ambos se trasladaron a Madrid, como relata Pío Moa en su libro "De un tiempo y de un país: la izquierda violenta".
Primer antecedente policial
Su actividad va en aumento y el primer antecedente policial llega en septiembre de 1975 cuando es arrestado por colocar una bandera republicana unida a siete cartuchos de goma-2 en un puente que atravesaba la línea férrea en Leganés.
Cinco años más tarde, en noviembre de 1980, Telmo Varela y María Victoria Méndez son detenidos en Sevilla por un atraco con rehenes a un banco del que lograron llevarse nueve millones de pesetas. La Policía reconoció a uno de ellos en plena calle y, según relatan las crónicas de entonces, un agente de la Brigada de Información le disparó en la pierna cuando intentaba sacar una pistola Star 9 mm Parabellum, robada días atrás a un guardia civil.
Las investigaciones permitieron localizar el piso donde vivía, en compañía de su mujer, y en el que se intervino una metralleta SV 9 mm Parabellum, dos documentos de identidad falsos y 7.410.000 pesetas procedentes del robo.
Varios años en la cárcel hicieron recapacitar a Telmo Varela, que según narra Pío Moa en su libro escrito en 2002, terminaría "abandonando el partido, en la cárcel y acogiéndose a la amnistía, ya en 1990. Tengo noticia de que volvió a prisión por un atraco".
Regreso a Galicia
María Víctoria Méndez se distanciaría de su marido y se trasladaría a Francia para formar parte del Comité Central del Partido Comunista de España (reconstituido). Sería detenida de nuevo en el año 2000 y condenada a ocho años de prisión en el país vecino, tras lo que fue extraditada a España para ingresar nuevamente en la cárcel.
A su regreso a Galicia, Telmo Varela se centró en la lucha sindical desde la sección naval del sindicato CUT, pero también fue constante su participación en movilizaciones vecinales con asuntos polémicos, como el Plan General Urbanístico Municipal de 1994, por el que acabó siendo juzgado tras protagonizar disturbios en el Ayuntamiento. Además, en los últimos años fue portavoz de la asociación de afectados por la estación depuradora del río Lagares, que desemboca en la parroquia en la que ahora reside.
Ignacio Varela, hijo de Telmo y María Victoria, cumple actualmente condena en la prisión de Mansilla de las Mulas (León) tras ser apresado en 2003, cuando contaba con 25 años, por su relación con unatraco a entidades bancarias y furgones. Con él también fue detenida la viguesa Mónica Refojos, vinculada directamente al asalto de un vehículo de Prosegur muy cerca del barrio de Sárdoma en 2002, donde murieron dos vigilantes de seguridad.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/10/galicia/1299749643.html
